Las denuncias por acoso sexual callejero en la Justicia de la ciudad de Buenos Aires crecieron más de 50 por ciento en 2018 con respecto al año anterior, mientras las vinculadas a exhibiciones obscenas aumentaron más de 40 por ciento, según cifras del Ministerio Público Fiscal porteño.
La Ley de Acoso Sexual en espacios públicos o de acceso público se promulgó en enero de 2017 en la Ciudad, el primer distrito del país en implementarla, y los datos oficiales reportan que las denuncias van en aumento desde entonces.
Como ejemplo, en julio de 2017 hubo 6 denuncias que subieron a 14 en el mismo mes del año pasado. Las presentaciones saltaron de 16 a 26 comparando los meses de octubre y de 11 a 39 en el caso de diciembre de ambos períodos.
En total, entre junio y diciembre de 2017 se reportaron 98 denuncias por acoso callejero y fueron 154 en el mismo período de 2018, un incremento superior al 50%, según el Departamento de Recopilación y Análisis de la Información del Ministerio Público Fiscal porteño. En la actualidad, son doce las fiscalías que tramitan los casos de violencia doméstica y callejera en toda la ciudad.
Con respecto a los procesos, en la mayoría de los casos el acosador callejero no es identificado, por lo que la causa se archiva.
En el caso de exhibiciones obscenas, un delito penal que puede darse en espacios tanto públicos como privados, las denuncias saltaron de 193 en todo 2017 a 275 en 2018, un aumento superior al 40 por ciento; aunque en los casos agravados (cuando la víctima es menor de edad) el incremento fue de 100 por ciento, ya que subieron de 21 a 43.
El trabajo de la fiscalía porteña fragmentó los datos por barrios, lo que reportó que la mayor cantidad de denuncias por acoso callejero el año pasado tuvieron lugar en Balvanera (26), Monserrat, San Nicolás y Caballito (13) y Flores y Villa Crespo (10).
La menor cantidad de denuncias, en cambio, fueron por hechos en Puerto Madero, Boedo, Monte Castro, Versalles, Villa Santa Rita, Villa Pueyrredón, Colegiales y Agronomia, con un solo caso; y Villa Soldati, Villa Real y Villa Ortúzar, con ninguno.
En cuanto a las exhibiciones obscenas, Palermo encabezó el ranking de denuncias, con 27 el año pasado; seguido por Villa Lugano y Retiro, con 13.
El acoso sexual en espacios públicos fue incorporado al Código Contravencional de la ciudad de Buenos Aires en el Artículo 65 bis, tras su aprobación en la Legislatura en diciembre de 2016, con pena de “dos a diez días de trabajo de utilidad pública y multa de doscientos ($ 200) a un mil ($ 1.000) pesos”.
A nivel nacional, la Cámara de Diputados busca debatir un dictamen consensuado entre distintos partidos políticos para penalizar el acoso callejero, en una sesión prevista para el 24 de abril.
El acoso en la universidad: el 96% de las estudiantes de la Facultad de Ciencias de la salud y trabajo social sufrieron acoso callejero
El Movimiento Universitario SUR que conduce el centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social realizó una encuesta sobre el acoso callejero para todas y todos los estudiantes de la institución. Fue publicada en la semana de concientización sobre el caso del 7 al 13.
Del informe participaron más de 500 estudiantes y los resultados son alarmantes: más del 96% de las mujeres y disidencias encuestadas habían sufrido acoso callejero desde edades muy tempranas (entre 11 y 13 años); el 71% ha sido seguida/o en la calle por varones y que al menos el 30% había estado en situación donde una persona le mostró los genitales en la vía pública sin su consentimiento.
Los datos refieren a que casi el 100% de las y los encuestados toman diversas precauciones para caminar solos: salir en grupos, no salir en horarios específicos, ir hablando por teléfono, avisar por mensaje donde están, entre otras medidas, por temor sufrir acoso.
Alfonsina Loyato, presidenta del CECSYTS, se expresó al respecto: “comenzamos esta iniciativa a partir de las Rondas Feministas que se están llevando a cabo semanalmente en nuestra facultad, donde surge la angustia y la necesidad de muchas estudiantes de erradicar la cultura del piropo para empezar a hablar de acoso callejero. Sabíamos que a muchas nos sucedía cotidianamente, pero verlo en porcentajes es alarmante”.
Por último, sumó a esto la Secretaria de Género de la FUM, Florencia Giménez: “debemos empezar a desnaturalizar estas cuestiones y empezar a visibilizar lo que vivimos cuando caminamos por la calle viniendo a estudiar, yendo a trabajar o esperando el colectivo. Queremos caminar libres y no tener miedo a que nosotras o nuestras amigas no volvamos a nuestras casas. Lo que mal llamamos piropo es acoso y el acoso es violencia”.