Un eje del discurso del presidente Javier Milei fue la contradicción de sus palabras: mientras arrancó hablando de «desarrollo» para el futuro del país, luego se dedicó a enumerar la «herencia» para justificar un «ajuste» de shock, cuyas consecuencias anticipó que durarán de 18 a 24 meses. Lo mismo para la Educación, la Salud y la Infraestructura, donde habló de un escenario crítico (con datos volátiles), pero en el que no dijo cómo lo solucionaría. Solo el ajuste. De fondo, el temor a la privatización y la asfixia presupuestaria, por ejemplo en las universidades y la obra pública.
Sobre educación, el líder de La Libertad Avanza planteó: «Para que tengan idea del deterioro que vivimos, solo el 16% de nuestros chicos se reciben en tiempo y forma en la escuela. Solo el 16%. Solo 16 de cada 100. Es decir que el 84% de nuestros chicos no termina la escuela en tiempo y forma».
«A su vez, el 70% de los chicos que sí terminan la escuela, no pueden resolver un problema de matemática básica o comprender un texto. De hecho, en las últimas evaluaciones PISA, la Argentina se encuentra en el puesto 66 de 81 y séptima en América Latina, siendo que Argentina fue el primer país en terminar con el alfabetismo en el mundo. Si se levantara Sarmiento y viera qué hicieron de la educación».
En este caso, hay que marcar que en la realidad la Argentina mejoró en los últimos años la cantidad de alumnos recibidos en el secundario. En 2022, 61 chicos de cada 100 terminaron la secundaria a los 17 años, una mejora sustancial en comparación a los 53 medidos dos años antes y los 45 relevados en 2016. Desde el Observatorio Argentinos por la Educación plantearon en un informe del año pasado que ese 16% (del que habla Milei) es la cantidad de esos alumnos que se reciben sin el conocimiento adecuado en Lengua y Matemática de acuerdo a las pruebas estandarizadas.
A su vez, casi en la totalidad de países (incluso Chile) mostraron un retroceso en las evaluaciones generales de sus alumnos post pandemia y aislamiento. Por otro lado, resulta paradójico pensar cómo mejoraría la Educación de un país, con el diagnóstico dado por el presidente, si el área por primera vez desde Onganía, deja de ser Ministerio para rebajarse a Secretaría. Algo inédito que ni siquiera ocurrió en el macrismo.
Respecto a las PISA, se tratan de pruebas estandarizadas internacionales donde en general la región suele estar de mitad para abajo en el ranking, que no toma en cuenta contextos. Y estas evaluaciones serán pilares de la administración libertaria para justificar cambios o intervenciones, en pos de asemejarse a los modelos chilenos y peruanos, que suelen encabezar estos rankings en Latinoamérica. De hecho, Brasil quedó en las últimas PISA apenas un puesto arriba de Argentina.
Crónica de un ajuste anunciado
En las últimas horas circuló firme una posible propuesta de ajuste de Milei en Educación: congelar el presupuesto 2023 de las universidades para el año que viene. Desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), advirtieron que con una inflación que puede superar el 300% anual ese presupuesto les permitiría funcionar en el mejor de los casos hasta junio. Detrás de cada facultad no hay solo docencia. Desarrollos como el satelital, las vacunas, nanotecnología, bioagroindustria, alimentos, se hacen a través de las universidades.
En el CIN recordaron que en la Argentina todos los sectores vinculados al desarrollo humano y productivo incluyen investigación básica y aplicada generada en las universidades públicas: «En las universidades la investigación, además, nutre a la función de enseñanza universitaria. Aquellos docentes que, además, se dedican a la investigación producen conocimientos, están actualizados y resulta factible que puedan formar recursos humanos de mayor calidad».
Hay un dato más (que no fue dicho en la alocución de este domingo): la Argentina es el país de la región con mayor porcentaje de alumnos universitarios. En nuestra Nación hay 557 estudiantes por cada 10.000 habitantes, mientras que en Brasil son 408 y en Chile apenas 355.
Salud
«En materia de salud, el sistema se encuentra completamente colapsado. Los hospitales están destruidos, los médicos cobran miseria y los argentinos no tienen acceso a salud básica. Tan es así que durante la pandemia, si los argentinos hubiéramos hecho las cosas como la media de los países del mundo, hubiéramos tenido 30.000 muertos. Pero gracias al «Estado Te Cuida» y su ineficiencia, 130.000 argentinos perdieron la vida», aseguró Milei, con Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, cuya política antivacunas y aperturista durante el Covid-19 generó que mueran seis veces más habitantes que en nuestro país, mientras que la nación carioca tiene 214 millones de habitantes, y en la Argentina son 47 millones.
Además, la Argentina fue destacada en el mundo por sus notificaciones de fallecimientos, a diferencia de casi toda la región en la que se subdiagnosticó y se subinformó. En el bienio 2020-2021, el exceso de mortalidad de nuestro país fue del 18,2 por ciento, uno de los registros más bajos de América Latina. Fue sensiblemente más bajo que la mayoría de los países de la región, como Brasil (34,3%), Ecuador (35,3%), México (42,6%), Colombia (44,2%), Paraguay (55,2%), Bolivia (57,9%) y Perú (60,9%), según los datos de Our World in Data (que recopila información de fuentes oficiales).
«Ese es el Estado presente del que los políticos tanto hablan –siguió Milei–. Argumento que utilizan para justificar el aumento descomunal del gasto público que solo los beneficia a ellos».
El hoy presidente ya ha tenido antecedentes de rechazar propuestas de inclusión en tema de salud, como el voto negativo a la ley de cardiopatías congénitas. La pregunta será hasta dónde llegará el ajuste en áreas tan sensibles como la sanitaria, donde por ejemplo el Estado hoy cubre desde medicamentos gratuitos para jubilados hasta el tratamiento contra la diabetes o el VIH.
Rutas argentinas
«En todas las esferas, miren donde miren, la situación de la Argentina es de emergencia –prosiguió Milei en su discurso de asunción–. Si miramos la infraestructura de nuestro país, la situación es la misma. Solo el 16% de nuestras rutas se encuentran asfaltadas y solo el 11% se encuentra en buen estado. Por eso, no es casualidad que mueran cerca de 15.000 argentinos por año en accidentes de tránsito».
Acá hubo otro dato falso. En 2022, se registraron 3.415 siniestros fatales en todo el país, mientras que la cantidad de fallecidos fue de 3.828, de acuerdo al último informe de siniestralidad vial publicado por el Ministerio de Transporte. Muy lejos de los 15.000 declarados por Milei.
Además eso trae otra paradoja. El gobierno libertario ya anticipó que no seguirá con nueva obra pública. Que, en todo caso, será algo que deberán hacer privados o las intendencias y gobernaciones. Hasta rechazaron obras como el Gasoducto. Sin embargo, la infraestructura vial, por caso, es significativamente cara. Hoy la Ruta 3, que la gestión saliente comenzó a hacer autopista en casi 45 kilómetros desde Monte a Las Flores (un pedido histórico de las poblaciones del centro bonaerense) está casi paralizada, con apenas dos obreros trabajando.
Es una arteria clave por el enorme flujo de camiones que van desde Bahía Blanca a CABA. ¿El freno a obras como la Autopista de Ruta 3 no resultaría en más víctimas fatales por siniestros viales? Sin contar el enorme perjuicio de desocupación que genera el freno a la obra pública: hasta noviembre fueron 250 mil empleos.
Gabriel Katopodis, ministro saliente de Obras Públicas de la Nación y recién nombrado como ministro de Obras de Provincia, aseguró en las últimas horas: «En estos 4 años iniciamos 7.267 obras y finalizamos 4.444 para el desarrollo de la Nación. Tocamos cada ciudad y pueblo de la Argentina para generar trabajo, crecimiento y oportunidades. Hicimos Obra Pública sin distinción de partidos políticos. Cerramos esta gestión convencidos de que una Argentina Grande es con Obra Pública. Nunca vamos a perder la responsabilidad de estar cerca de nuestra gente».
«Lo que quiero graficar con todo esto –cerró Milei su discurso sobre las áreas sociales– es que la situación de la Argentina es crítica y de emergencia. No tenemos alternativas y tampoco tenemos tiempo. No tenemos margen para discusiones estériles. Nuestro país exige acción y una acción inmediata. La clase política deja un país al borde de la crisis más profunda de nuestra historia».
Carolina Ragazzon
11 December 2023 - 16:19
SI limpia a los ladrones, bienvenido sea. Pero si NO hace eso, ya sabrán quienes lo votaron q fue todo FARSA para que nos sigan robando.