Frente a las temperaturas extremas que baten récords para marzo en el centro y este del país, especialistas en meteorología advirtieron a Télam que se trata de «las olas de calor intensas más frescas del resto de nuestras vidas» y explicaron que Argentina atraviesa el verano más cálido de su historia por una suma de «factores desafortunados» que van desde la variabilidad natural hasta la influencia del cambio climático.
«Esta ola de calor es una combinación de factores desafortunados. Por un lado, por el efecto del cambio climático producido por actividades humanas cada vez que la atmósfera produce un período cálido hay más chances de que se tenga una ola de calor», indicó en diálogo con Télam Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera e investigadora principal del Conicet.
Vera, quien es vicepresidenta del grupo de trabajo I del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, consideró que «antes era muy raro que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tenga temperaturas por arriba de 34 grados y ahora es mucho más frecuente».
La investigadora explicó que otro de los factores clave es la oscilación de Madden-Julian (MJO), un patrón climático natural que se produce en la zona tropical y altera los campos de presión sobre Sudamérica, favoreciendo que sea más alta de lo normal en el centro de nuestro país.
«El calor persiste tantos días porque ese patrón promueve que las condiciones de presión no cambien», agregó la científica.
Gran parte del centro del país y el Litoral se encuentran desde el 28 de febrero bajo un calor sofocante que ya batió récords históricos de temperaturas máximas para marzo en decenas de ciudades.
El 2 de marzo la ciudad de Buenos Aires alcanzó los 38 grados, superando la marca histórica de 37.9 del 7 de marzo de 1952, y llegó a una sensación térmica de 43 grados.
A nivel nacional, el país registró el verano más cálido de su historia con 1,3 grados por encima de la temperatura normal, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en base al período de referencia que va de 1961 a la actualidad.
A su vez, este verano fue el tercero más seco en Argentina, mientras que el pasado febrero fue el segundo más seco con un 41,9% menos de lluvia que el promedio.
Para Leandro Díaz, climatólogo en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (Cima) del Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA), existen «causas múltiples que favorecieron condiciones más cálidas y secas», como la influencia de altas presiones sobre el Atlántico Sur y del fenómeno natural de La Niña, que afectó al país en los últimos tres años con una sequía extrema.
Si bien la oficina estadounidense de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) anunció el jueves que «La Niña ha culminado», en Argentina todavía «no vamos a ver mucha variación en las precipitaciones», informó el SMN.
Sobre este punto, Vera agregó que «justo ahora que se está debilitando La Niña, la oscilación de Madden-Julian en el último mes empezó a ser activa en la fase que produce en nuestro país condiciones secas y cálidas».
En este cierre del verano con un calor sofocante también se batió el récord de cantidad de olas de calor, con nueve eventos en diferentes regiones del país durante el semestre cálido 2022/2023.
«Teniendo en cuenta la última década, nunca se habían registrado más de 4 o 5 episodios por temporada», reportó el SMN y recordó que para declarar una ola de calor se deben registrar 3 días o más con temperaturas mínimas y máximas por encima de ciertos umbrales, según cada ciudad.
La novena ola de calor impactó en doce localidades del centro del país entre el 28 y el 7 de marzo, y la zona más afectada fue el norte de la provincia de Buenos Aires que registró entre 8 y 10 grados de temperatura máxima media por encima de lo normal, algo «excepcional para el inicio de marzo», señaló el organismo nacional.
Si bien la última ola de calor se interrumpió porque la temperatura mínima del martes 7 quedó por debajo del umbral necesario, el calor agobiante continúa y la ciudad de Buenos Aires y alrededores se encuentran desde el 2 de marzo bajo alerta roja por temperaturas extremas «muy peligrosas» que pueden afectar a todas las personas.
«Este calor tan intenso tiene consecuencias sobre la población y los ecosistemas. Existen muchos estudios que vinculan períodos de calor extremo con el aumento de la mortalidad, especialmente en los sectores más vulnerables», afirmó a Télam Díaz, doctor en Ciencias de la Atmósfera.
En los hospitales de la ciudad de Buenos Aires las consultas aumentaron un 15% en las últimas dos semanas por los efectos del calor, siendo los síntomas más frecuentes fatiga, mareos, náuseas y visión borrosa, informó el Ministerio de Salud porteño.
«Sin dudas, es un evento muy extremo para esta época del año. Es probable que en toda esta zona sea uno o el marzo más cálido del registro», sostuvo Díaz.
Y apuntó: «Está en línea con lo que se observa a nivel mundial de una mayor frecuencia de eventos de calor extremo debido al calentamiento global».
Los investigadores consultados por Télam coincidieron en que las olas de calor serán cada vez más frecuentes e intensas por la influencia humana en el clima.
«La realidad es que el calentamiento global que estamos experimentado no se frena, ya que se debe a la acumulación de gases de efecto invernadero desde el inicio de la era industrial», afirmó Vera, para quien «se podría decir que estamos experimentando las olas de calor intensas más frescas del resto de nuestras vidas».
Y precisó: «Hoy el nivel del calentamiento global está alrededor de un grado. Con un mundo de 1.5 grados de aumento se van a acelerar cinco veces la frecuencia e intensidad de las olas de calor. Según las proyecciones, en torno al 2040 estaríamos alcanzando ese aumento».
Respecto a cómo seguirá el clima en los próximos días, el SMN informó que continuarán las marcas altas entre los 35 y 40 grados en el centro y este del país y que «hacia el final de la semana que viene recién se espera una disminución de las temperaturas y lluvias generalizadas».
Los pronósticos del SMN para el otoño indican que habrá mayor probabilidad (entre 40 y 55% según la zona) de registrar temperaturas superiores a lo normal en el centro y norte de Argentina, por lo que se pueden desarrollar nuevos eventos tardíos de olas de calor.
Para finalizar, Vera agregó que durante «la última década hay una mayor frecuencia de otoños más cálidos y la llegada del invierno se demora».
«Mientras sigan incrementándose los gases de efecto invernadero, el calentamiento va a continuar», concluyó.