Después de un arduo y sistemático trabajo, se presentó el manual de recomendaciones para eliminar la violencia de género en los ámbitos actorales que dio a conocer la Fundación Sagai.
El manual tuvo el minucioso trabajo de varias entidades y se elaboró en conjunto con la agencia Grow luego de una profunda encuesta que la fundación había presentado ya en diciembre de 2018 y que tuvo un resultado abrumador: dos de cada tres actrices sufrieron acoso sexual durante algún momento de su carrera.
La encuesta local fue respondida por 1.116 personas sobre un colectivo de 6000. De ese total, el 75% de las mujeres y el 65% de los varones sufrieron alguna situación de maltrato laboral; el 82% de las mujeres y el 76% de los varones afirmaron haber sido testigos de que otra persona haya sido maltratada, el 41% de las mujeres y el 26% de los varones que interpretaron escenas de violencia sintieron incomodidad, mientras que el 58% de ellas y el 50% de ellos vieron a alguien sentirse incómoda o incómodo. El 50% de las mujeres y el 17% de los varones que realizaron escenas de sexo manifestaron haber sentido incomodidad.
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“Fueron varios pasos”, expresó Mora Recalde vocal de Sagai y una de las principales impulsoras de la encuesta. “Primero vimos qué había que preguntar, luego dónde profundizar. Cuando sacamos la encuesta vimos que contestaron 1116 actores de un colectivo de 6000 y al ver los números nos alarmamos un montón”, cuenta la actriz. “Sabíamos o habíamos atravesado en carne propia situaciones de violencia y acoso sexual, pero los números eran mucho más altos de lo que esperábamos”, agrega.
En las mujeres el porcentaje de acosos asciende a un 66% mientras que en los varones el total es de un 32%. A su vez, el 32% de las actrices y el 6% de los actores atravesaron las situaciones de violencia siendo menores de edad. También fue preocupante la cifra del 78% del total que sufrió situaciones de maltrato laboral. Además, el 78% de casos de situaciones de maltrato. Entonces pensamos qué era lo más alarmante y era el maltrato el acoso y las situaciones en la filmación de escenas de sexo y violencia.
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Una vez que sistematizaron esta encuesta, comenzó el trabajo de producción para abordar en forma conjunta la problemática que quedó totalmente expuesta después del caso Fardín. “Nos reunimos con actrices y actores, luego con productores, luego con los teatros, luego con los empresarios teatrales. Todos accedieron, era un trabajo de producción enorme, pero se interesaron todos con un compromiso increíble”, comentó.
La fundación Sagai junto a la agencia Grow presentaron una guía de recomendaciones donde participaron más de 70 personas en representación de Sagai, de Asociación Argentina de Actores, la Academia de Cine, Acervo, Actrices Argentina, AADET, Acción, ADF, APIMA, CAIC, CAPIT, CAPPA, DAC, INCAA, PCI, SICA, SATSAID, del Colectivo de Técnicas, del Complejo Teatral de Buenos Aires y del Teatro Cervantes. Y se centra en espacios y situaciones propia de la actividad actoral: castings, ensayos, talleres y espacios de formación.
Entre las recomendaciones, se plantea que se pueda acudir acompañadas a los castings, que estos no sean en horarios nocturnos, que haya varias personas de distintos géneros y que se protejan los derechos de imagen. En cuanto a los momentos de actuación, que hay pautas claras de convivencias, que se respete la privacidad y que en caso de acoso se informe con inmediatez. Otro punto que aflige a los actores es el de las escenas de sexo. En este sentido el manual recomienda que estas sean informadas de antemano, que se acuerde cómo se harán, que haya consentimiento, que se respete la intimidad, que no circulen las imágenes. También se sugiere que haya una capacitación general en temas de género.
El informe se puede consultar en este link www.fundacionsagai.org
El impacto del informe
Mora Recalde está más que satisfecha con el trabajo que realizaron dentro de la Fundación Sagai. Es la primera vez que el colectivo de actores y actrices se enfrenta a un estudio de tanta contundencia.
“Estoy movilizada como actriz y como mujer. En mi primera película sufrí acoso sexual y la pasé mal, lo sufrí mucho pero nunca lo dije en voz alta. Cuando empezamos a trabajar en esto, yo dije que nunca lo había pasado, pero en realidad, lo había olvidado. Somos de una generación que comenzó naturalizando esto pero estaba mal y no quiero que le pase a las pibas que vienen atrás”, dice Recalde.
María Fiorentino es integrante de la comisión de género de Sagai y también impulsó este intenso y necesario trabajo. “Como actriz respondí la encuesta y la envié. Cuando se conoció la data dura, impensada, la encuesta quedó dando vueltas en mi cabeza y empecé a hacer una lista”, relata emocionada la actriz. “Llevo hasta ahora casi 40 años en esta carrera. Esa semana me puse hacer una lista de cosas que acudían a mí luego de haber respondido la encuesta y la verdad, es que yo me había olvidado o había naturalizado o había enterrado esas experiencias”.
Y continúa. “Hace 40 años era natural que un compañero para celebrar que estabas debutando en teatro, en lugar de tocarte el hombro te tocara un poco más abajo. Y la verdad es que estaba muy naturalizado. A lo largo de estos encuentros y estos trabajos con entidades, cámaras empresariales que fue arduo el estar abiertos a recibir intercambio y a corregir sobre lo ya tratado nos hacía reflexionar sobre cuánto tiempo llevaba la industria cultural esperando alguien que abriera esa compuerta que abrió Thelma”.
Jorge Marrale es el presidente de Sagai. “Los resultados fueron sorprendentes. Uno puede imaginarse cosas pero hasta que no ves lo que cada compañero dice lo que le pasó pero hasta que recordás momentos de tu vida en términos de que viste destratos, de alguna forma intrusivas o invasivas hasta que no lo ves explicitada por otra, uno hace un poco de memoria emotiva en términos de qué ámbito las cosas suceden. Esto no es simple estadística, esto sucedió, no es que hago una proyección, esto sucedió y eso era una confesión. Frente a eso, para mí fue muy revelador”, asume el actor.
“Ahora hay que orientar en términos de acción. Uno puede tener consenso, bajar línea estructurar protocolos la cuestión es que todo eso se ponga en acción. Que en cada ámbito haya elementos que nos permitan a todos saber que hay cosas que no pueden ser”, enfatiza. “Hay que verificar que los acuerdos no sean una mascarada. Tiene que ser una realidad que se caiga la máscara de lo que pasa. Detrás de esto hay una profunda injusticia”, comenta. “Primero por el silencio y segundo por el prejuzgamiento, quién es la víctima, de qué manera se le pone el rótulo, cómo se lo enuncia, cómo se dice. Todo esto está en el tapete y hoy cuando vemos un relator de una noticia vinculada a uno de estos casos te das cuenta por la forma de narrar y relatar y qué hay atrás de ese relato”.
En ese sentido, Mora Recalde afirma que después de esta guía de recomendación hace falta profundizar en dos sentidos: el trabajo artístico infantil y el contenido. “Hay que hacer una tarea de sensibilización. Por ejemplo, en las escenas de sexo no hay mucha data de cómo se hacen, llegás al set y no sabés cómo va a ser, cómo te van a cubrir. Habría que hacer una tarea para informar cómo se hacen esas escenas”.
Respecto al contenido, Recalde dijo “es una pelea complicada pero sí podemos trabajar en que haya guionistas que tengan conciencia de género, sobre la temática y su abordaje. Sobre todo que haya más guionistas y directoras mujeres, eso es un cambio de paradigma. Cuando las mujeres encabezamos y contamos las historias es algo que ya cambia”, finaliza.
También se presentó una guía de recomendaciones para garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de la actividad actoral, que se trabajó con especialistas de infancia.