Una semana después de haber perdido todo, 27 familias del barrio del Abasto aún permanecen en la calle y sin poder ingresar a sus viviendas, ya que ni desde el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como tampoco desde EDESUR respondieron la solicitud de los vecinos. «Nosotros queremos volver a nuestras viviendas, por eso pedimos que las examinen para saber si podemos habilitarlas o no», contó Ana, una de las damnificadas.
El jueves 21 de julio se produjo un incendio en las viviendas de las calles Zelaya y Anchorena. «Fue un accidente con una vela que usamos porque estábamos sin luz. Explotaron garrafas, cayeron paredes y tenemos suerte de no lamentar víctimas fatales», relataron los damnificados en una de las tantas presentaciones ante diversos organismos. «No tuvimos ninguna respuesta. Ni desde la Legislatura, del IVC (Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires), ni en guardias y emergencias de Edesur», contó Ana sobre las negativas.
Los vecinos que desde el jueves viven en la calle frente a lo que quedó de sus casas, con la ayuda de los vecinos y de las organizaciones sociales y políticas, anuncian el corte de la Avenida Corrientes y su intersección con Agüero desde las 18 horas de este viernes. «Vamos a reclamar para que el gobierno, el IVC y EDESUR nos den una solución a nuestra desesperante situación», anunció Ana, quien es la encargada de acompañar a 30 chicos y a una anciana de 85 años en su misma situación, a dormir a un local prestado para no padecer los efectos directos del frío, como el resto de los perjudicados.
«En la Legislatura nos prometieron acelerar la respuesta para arreglar las viviendas y en el IVC nos propusieron que nosotros pongamos nuestro propio arquitecto, para saber qué hacer», detalló la vecina, quien es integrante de una de las familias afectadas, y agregó que: «No vino nadie a vernos, a preguntarnos qué nos falta. Pusieron una consigna policial y nada más», relató además de mencionar que es el BAP (Programa de atención social a personas y familias en situación de calle, Buenos Aires Presente) el que les está llevando la comida.
Los vecinos contaron que habitan ese complejo hace 15 años. «Después de ocho años pagando el alquiler, nos cortaron el gas y ahí nos enteramos que el dueño había muerto y el encargado no pagaba ese servicio, y que nos estafaba también al estar cobrándonos un alquiler de algo que no le corresponde», detallaron los vecinos que denuncian la indiferencia del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. «No es sólo un accidente lo que nos pasó, es consecuencia de la ausencia de política pública, de planificación y presupuesto», expresaron los damnificados.
Nuevamente somos las familias más humildes las que sufrimos la inacción del Estado en lo que respecta a la vivienda.. Existe un problema estructural con la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires, que nos condena a la precariedad habitacional, a vivir en hoteles, pensiones, inquilinatos o finalmente villas y asentamientos. Para las familias trabajadoras no hay ni una posibilidad siquiera de acceso a una vivienda propia, mientras unas pocas empresas constructoras e inmobiliarias hacen negocios millonarios.