En febrero de 2019, eran apenas bloques de durlock sostenidos por columnas de cemento. El suelo de todos sus pisos estaba pelado. No estaban colocadas las baldosas y ni habían comenzado la instalación de caños internos para el cableado eléctrico. La orden era inaugurar el edificio antes de julio de ese año. “Imposible”, alertaron desde la empresa que se había quedado con la licitación pública para la realización de toda la obra. “Se inaugura igual”, ordenaron desde el Ejecutivo porteño. Y así fue.
Inaugurada a las apuradas, sin terminación de obra y con grandes desperfectos en toda la infraestructura escolar. Muchas de las obras porteñas que son estrenadas en medio de un año electoral, tarde o temprano empiezan a flaquear. Eso fue lo que sucedió desde un principio con el Polo Mugica, un conglomerado de establecimientos educativos que comprende los tres niveles: inicial, primaria y secundaria. Su inauguración fue en 2019, cuando Horacio Rodríguez Larreta se postulaba nuevamente como candidato a jefe de gobierno porteño, tras cuatro años de su primera gestión. Desde entonces, todas las escuelas del Polo padecen graves problemas de infraestructura: caída de techos, inundaciones, problemas eléctricos y rotura de caños.
Este miércoles las clases fueron suspendidas en el nivel medio por la rotura de un caño cloacal. Una situación que fue alertada en varias ocasiones por el equipo docente y auxiliar del establecimiento educativo: “Jamás tomaron nota de que esto iba a suceder”, señaló en diálogo con Tiempo Florencia Diasprotti, delegada de la escuela por la Unión de Trabajadores de la Educación. Más de 400 chicos y chicas se quedaron sin clases nuevamente por problemas de infraestructura escolar. Este domingo, Tiempo publicó en su edición impresa que hay alrededor de 16.000 chicos sin clases por día en CABA por problemas de infraestructura escolar.
El caño averiado recibe toda el agua de las cloacas de la planta baja, del primero, del segundo y del tercer piso. Apenas fue inaugurado el edificio, habían alertado que estaba mal hecho el desagüe cloacal. “No es la primera vez que pasa, todo el tiempo tenemos situaciones con este edificio que se vuelan techos que se rompen y demás. El caño está en el subsuelo que se encuentra todo inundado. Ahora, tienen que romper una columna entera. Nuestra escuela es de esas construcciones en seco, tiene las columnas hechas de durlock, pero justo donde está el caño es de cemento”, explica Diasprotti. Las y los estudiantes del secundario describen bien la situación: “Las paredes de nuestra escuela son de cartón y los techos de telgopor”, lo único sólido de hormigón en el interior, son las columnas que sostienen los pisos de todo el edificio.
“Avisamos en reiteradas oportunidades que este caño iba a colapsar, pero como siempre jamás nos escucharon. El caño se rompió cuando ya no estábamos en la escuela y la empresa que lo está arreglando recién evaluó toda la situación cuando se encontró con la escuela inundada”, suma la docente. El establecimiento está impregnado por un olor putrefacto que es percibido, incluso, desde afuera de la escuela secundaria, ubicada casi sobre Avenida Antártida Argentina.
“Este edificio fue inaugurado a las apuradas sin final de obra en el 2019 en vista de las elecciones locales”, recuerda en diálogo con Tiempo Walter Larrea, preceptor de la escuela. El trabajador y referente educativo del Barrio 31, arremetió contra los funcionarios que hicieron campaña con la escuela y que hoy se encuentra en estado de abandono. “Soledad Acuña y Larreta decían en campaña que es la escuela más grande y la mejor de la Ciudad de Buenos Aires, pero desde que se inauguró, tuvimos infinidad de problemas, se cayeron techos, se prendió fuego un aula, cada vez que llovía se inundaba todos los pisos. Estas son situaciones que siguen sucediendo y ahora le tocó al caño cloacal que, desde un principio en la planta baja, se sienten olores feos, es un problema del sistema de cloacas que está mal hecho”, agrega.
Una carencia tras otra en una escuela de cartón
A los pocos días de inaugurado el Polo Mugica, una de sus aulas sufrió un grave incendio. En varias ocasiones se volaron los techos “de telgopor” y se desmoronó parte de la mampostería.
En el año 2019 mudaron a este edificio las escuelas existentes en el Barrio Mugica, es decir, no generaron nuevas vacantes. Pero la mudanza se realizó sin final de obra. El cuarto piso no estaba terminado, no tenía las protecciones adecuadas para contener a las y los estudiantes. “Nos obligaron a mudarnos en condiciones que no eran seguras. Ni bien nos mudamos, se rompían todos los picaportes y nos quedábamos encerrados en las aulas estudiantes y docentes. Al poco tiempo se inundó la escuela, hay filtraciones que se van a arreglando pero que se vuelven a producir porque la falla es estructural”, recordó Diasprotti. A fines de 2019 se prendió fuego un aula, el primer peritaje dijo que fue un desperfecto eléctrico. “La escuela está construida con material de mala calidad en muchos casos, las puertas y los baños se rompen”.