El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó el nuevo Mapa Nacional de la Discriminación, un relevamiento que tiene como objetivo mostrar las formas en que se expresa la discriminación en la Argentina.
Este nuevo informe, actualiza datos después de seis años. “Su carácter federal posibilita realizar diagnósticos más precisos que favorezcan la creación y aplicación de políticas públicas específicas y eficaces”, expresa el informe. Se elaboró a través de encuestas realizadas a 11.700 personas en sus hogares durante 2019.
Según los datos arrojados, el 36% de la población considera a la discriminación como una “vulneración de derechos”, el 72% experimentó alguna situación discriminatoria y los espacios más reiterados donde se sufrió este hecho fueron en los ámbitos educativo, laboral y en la vía pública.
El racismo, lo más preocupante
“Con el mapa confirmamos es que la primera causa de discriminación en la Argentina tiene que ver con el racismo. Como precisamente las cuestiones relacionadas con el racismo es un tema bastante ausente, invisibilizado te diría del diálogo político argentino pero que es algo que hay que seguir trabajando. Explicar el porqué de esta construcción que invisibiliza cómo se fue construyendo la Argentina durante todos estos años desde que dejamos de ser colonia hasta hoy”, expresa a Tiempo Victoria Donda, titular del INADI.
El mapeo del Inadi identificó como la más reiterada a la discriminación étnico-racial, es decir, aquella que sufren las personas por su color de piel, su nacionalidad, su situación socioeconómica, su lugar de origen y su pertenencia étnico-cultural, entre otras características.
En particular, la discriminación por la situación de pobreza fue la respuesta más mencionada por las personas en las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.
En cuanto a la dimensión de género, mientras que en 2013 las respuestas en torno a la discriminación por ser mujer se encontraban en un 6%, en esta edición se incrementó al 12% por las experiencias sufridas a nivel general y un 21% si solo se tienen en cuenta las respuestas de las mujeres, indica la investigación.
El informe también advirtió que creció “notoriamente” la identificación de las redes sociales como espacios de ámbitos discriminatorios, lo que alerta sobre lo que la población consideró “un entorno hostil donde circulan discursos de odio, noticias falsas y una suerte de cultura del odio (haters)”.
-¿Hubo un cambio en la sociedad sobre el concepto de lo que es la discriminación?
-No. Lo que se vienen profundizando lamentablemente es la discriminación de la mano de discursos de odio impulsados por determinados sectores de la sociedad. Sí, obviamente el avance sobre los derechos individuales ha generado que una parte de la sociedad argentina modifique su mirada, su conducta. Pero la discriminación y el racismo no son conductas individuales ni aleatorias, son estructuras sociales y en ese sentido las estructuras sociales siguen estando intactas. Es más, esos discursos de odio aparecen porque obviamente aparece un avance en los derechos, por ejemplo, de la comunidad LGBT. Y no solo eso, sino que una de las mayorías discriminadas más importantes, somos las mujeres y las diversidades en la Argentina. Hemos avanzado, sí por supuesto, pero queda mucho por avanzar. Hay sectores que obviamente se resisten a ese avance. Porque los avances se dan por sobre la conquista de derechos, y para conquistar derechos discutimos distribución de las riquezas y la reacción sobre aquellos que quieren sostener privilegios y no quieren dejar de ser privilegiados.
– ¿De qué modo inciden en las situaciones de discriminación las decisiones de los gobiernos?
-La conquista de derechos es permanente. Desde que el feminismo logró conquistar el divorcio pasando por la modificación de lo que hoy se llama responsabilidad parental, que es la tenencia de los chicos, pasando por esas conquistas, los derechos son paulatinos. El gobierno que más ha garantizado derechos individuales a distintas mayorías ha sido sin lugar a dudas la presidencia de Cristina y de Néstor. Pero sobre todo Cristina con el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y otras discusiones que fuimos dando en el año 2009 por ejemplo para evitar la forma de violencia hacia las mujeres. Ahora, los cuatro años de macrismo, lo que discutieron fue la distribución de la riqueza, porque para poder garantizar todos los otros derechos discutís cómo se distribuye la riqueza. No se puede garantizar por ejemplo el cupo laboral trans si nosotros tenemos un estado desigual. No es casualidad que Javier Milei discuta que determinados espacios del Estado tienen que cerrarse. Lo que está discutiendo en realidad Milei es el Estado, porque son políticas reaccionarias que no quieren un Estado fuerte porque precisamente lo que hace el Estado es regular y proteger a la parte más débil de la sociedad. Y ellos lo que hacen es sostener privilegios para este sector minoritario y hegemónico de esta sociedad.
– ¿Qué desafíos implica para el organismo un contexto de creciente racismo y discriminación en el mundo?
-Es un contexto donde la crisis de la pandemia suma y profundiza la crisis financiera. Las crisis desnudan la desigualdad y ponen a la defensiva también estos sectores privilegiados de la sociedad. No es casualidad Le Pen en Francia, no es casualidad de Vox, no es casualidad la aparición de un partido neonazi en Alemania que tiene hoy escaños en el parlamento alemán, como no es casualidad la existencia de Trump o Bolsonaro. Pero sí de los efectos que tiene en la Argentina y que son totalmente reaccionarios, representados por algunos sectores de Juntos por el Cambio como podría ser Patricia Bullrich o por fuera de Juntos por el Cambio como es el ejemplo de Milei. Estos sectores existen porque lo que existe es una reacción a dejar de ser los fuertes y hegemónicos de la sociedad. Esa minoría que siempre ha sido beneficiada. El racismo es el sistema de dominación de un sector minoritario sobre todo y no es solamente cromático por eso el racismo aparece cuando hay crisis.
-Tampoco decrece la discriminación hacia las mujeres
-Sin embargo, hoy tenemos los espacios para difundir lo que nos ocurre, pero las razones de género son una de las principales razones de discriminación. Desde aquellas mujeres que no las contratan por un cartel de Ni Una Menos hasta las exigencias estéticas para poder entrar en determinados mercados laborales. Hoy se discute con un sector de la sociedad el poder avanzar sobre la distribución más equitativa de la riqueza. Cuando vos discutís el mercado laboral, en definitiva, estás discutiendo la riqueza.
– ¿Cuál es la intervención más profunda que apunta a tener el INADI para el caso de los discursos de odio en los medios de comunicación?
-Son discursos de odio que luego generan niveles inusitados de violencia en la sociedad y lo hemos visto a lo largo de la historia de la humanidad. Por un lado, lo que hay que hacer es capacitar y tener una política activa de prevención de esos discursos en los medios de comunicación. A veces los repetimos y los reproducimos sin darnos cuenta del daño que estamos causando. Y en otros casos, y por eso estamos peleando, lo que necesitamos es una modificación de la ley de discriminación actual nacional, para lograr mayor capacidad de espacios como el INADI que generen una presión concreta a través de la sanción, y para evitar ese tipo de conductas. Capacitar, prevenir, promover derechos y por otro lado tener la posibilidad de sancionar. Por eso necesitamos modificar la ley por eso tenemos un proyecto de ley para modificar la ley antidiscriminación que presentamos en la provincia de Buenos Aires y pronto se va a presentar en el Congreso Nacional.
El informe se presenta el 31 de mayo a las 16 en el Salón de las mujeres de Casa Rosada. Además de Victoria Donda, titular del INADI participan Ornella Infante, directora de Políticas y Prácticas contra la Discriminación; y Karina Iummato, coordinadora de Investigaciones y Observatorios.