Ella tenía 12 años cuando se animó. Logró que su tío, el hombre que la abusaba sexualmente desde hacía años, quedara registrado por las cámaras de seguridad de su casa. Esa prueba y su testimonio fueron claves para llevar el caso a la Justicia. Dos años después del acto valiente de una nena, el acusado sigue prófugo.
El Ministerio de Seguridad acaba de elevar la recompensa de uno a cuatro millones de pesos para quien aporte datos que permitan dar con el paradero de Leandro Sebastián Martínez, de 43 años. La resolución fue firmada por el ministro Aníbal Fernández en respuesta a la solicitud de la Fiscalía N° 2 de Moreno/General Rodríguez, a cargo de Carina Saucedo, y del Juzgado de Garantías N° 1.
Contador público, Martínez vivía en el barrio privado Weston, de Francisco Álvarez, partido de Moreno. Allí hubo vecinos que dijeron haberlo visto alguna vez en estos años e incluso uno llamó a la Policía para alertar, pero nunca fue encontrado. Esos mismos vecinos ven a la esposa del denunciado sacar los afiches con su cara.
“Todo lo que es la etapa de instrucción, la Cámara Gesell, está culminada. La jueza dictaminó la carátula («abuso agravado por la condición de ser encargado de la guarda de la víctima menor de 13 años, en cuanto menos dos oportunidades y abuso sexual simple, todos ellos en concurso real entre sí»). Desde lo judicial, se actuó y se terminó todo. Y el Ministerio de Seguridad ahora eleva la recompensa. Pero en el medio hay un jugador, que es el que ejecuta la planificación de la búsqueda, la División de Prófugos de la Policía Federal. Donde está la falencia es en la estrategia que usan para buscarlo… no lo buscan”, cuestionó D., mamá de la víctima, en diálogo con Tiempo. “El pedido nuestro es difundir lo más que se pueda la cara para que alguien pueda dar algún tipo de información”, añadió.
El abogado del denunciado llegó a ofrecer un juicio abreviado y una suma de dinero. “Claramente, no es ese nuestro interés. Nuestro interés es que cumpla lo que tiene que cumplir por lo que hizo. Y que lo puedan ‘sanar’ para que en algún momento se reinserte en la sociedad”, remarcó la mamá de la sobreviviente.
Abuso intrafamiliar
Lo indican las estadísticas: la mayor parte de los casos de abuso sexual infantil se dan en el ámbito familiar. Martínez, con un puesto gerencial en una empresa de plástico, está casado con la prima del padre de la nena. Había una relación de mucha confianza entre las familias, al punto que la víctima solía ir a dormir a su casa para jugar con el hijo del contador.
Antes de ocuparse de generar la prueba que mostrara al abusador in fraganti, la nena había advertido su incomodidad en una charla de Educación Sexual Integral (ESI) en la escuela. Pero la denuncia se concretó cuando Martínez quedó filmado.
En febrero de 2020, la nena insistió en mostrarle el cuarto recién pintado de su casa. Así lo hizo pasar ante las cámaras. En el video se ve cómo el hombre se le acerca durante todo el recorrido, incluso delante del hijo de él. Hasta que la niña señala las nuevas cámaras de seguridad del dormitorio: “¿Viste que mis papás pusieron cámaras?”
A partir de allí, la nena de 12 años habló con su niñera. Y le contó por audio a una amiga lo que sufría: la mamá de esa otra niña envió el testimonio a la mamá de la nena.
Tras más de dos años esperando que el acusado sea detenido para llegar a juicio, la mujer lamenta: “Ya nos dijeron que esto es peor que un delito, que lo llevás para toda la vida. Nosotros con todo el amor de la familia la acompañamos, y con una terapia para que pueda tener recursos para salir. Pero no hay un día en que no pensemos en esto. Y es algo que afecta a toda la familia, hasta mi nene más chiquito está involucrado. Porque lo vive todo el tiempo. Un noticiero, una nota, llega algo de la fiscalía. Lo vivimos todos. Somos todos víctimas de esto”.