María Roldán salió este martes a recorrer el cañaveral donde apareció tirado el documento de su hija, María Luján Barrios, de 24 años. El DNI fue encontrado ayer por una persona que caminaba por un terreno convertido en basural, entre un cementerio y la cancha del Monte Grande Rugby Club. Hubo rastrillajes policiales que no arrojaron datos y ella decidió volver sola, en busca de alguna información sobre el paradero de su hija: hace 25 días que no sabe dónde está.
Luján es mamá de cuatro hijos, de nueve, ocho, seis y un año. Los tres mayores están con su abuela. El más chiquito, con el papá. La joven lo llevó con él el 3 de diciembre, el día que desapareció. La última vez que la vieron salió de su casa en Luis Guillón –en Esteban Echeverría, provincia de Buenos Aires- a bordo de una Fiat Fiorino blanca conducida por un hombre. Más tarde, desde su teléfono hubo pedidos de dinero a sus amigas y luego fueron bloqueados sus contactos. Nunca más respondió: el celular está apagado.
“No hice la denuncia el mismo día que desapareció porque pensé que estaba en su casa. Y ella siempre salía, pero estaba en contacto. Cuando apareció su amiga a decir que le había pedido plata, y no era su costumbre, que debía estar en problemas, ahí fuimos a hacer la denuncia”, contó María Roldán, su mamá. El caso es investigado por la DDI de Lomas de Zamora.
Dos hombres de nacionalidad colombiana que María Luján había conocido por intermedio de una amiga y con quienes había estado en una fiesta una semana antes están detenidos por falso testimonio, tras contradecirse en los horarios en los que estuvieron con la joven. Antes de desaparecer, habría estado con ellos. “Parece que fue a llevarles plata, no sé si se quedó en esa casa, parece que tenía relación con uno de ellos. Yo no los conocía. Los conocí cuando fui a preguntarles si estaba mi hija ahí. Ellos dijeron que no querían tener problemas porque no tenían documentos”, contó.
No es la primera vez que María Luján falta de su casa. Por sus adicciones a las drogas, llegó a ausentarse tres meses de su hogar. Pero nunca antes había perdido el contacto con todo su entorno. “Ahora andaba tranquila, estaba haciendo las cosas bien y ahora pasa esto. Era una chica adicta, pero ahora no andaba drogándose como antes, estaba trabajando en un comedor comunitario. Estaba bien, eso es lo raro”, dijo su mamá.