Los resultados electorales dejaron a los feminismos un sabor agridulce. Los matices más positivos resaltan la elección de algunas voces feministas que estarán presentes en el Congreso y que han puesto los derechos de las mujeres y las personas LGBTTTIQ+ en el centro de su campaña electoral. La parte negativa reside en el avance de las fuerzas de extrema derecha, contrarias a la igualdad de género. La paridad se expresa como un objetivo cercano, aunque no materializado totalmente.
Gracias a la Ley de Paridad y la presencia de los cuadros feministas en los partidos que empujan por la democracia paritaria, el número está virtualmente cercano al 50%. Sin embargo, la paridad en las listas no se traduce en la composición de las Cámaras.
De los 127 diputadxs que asumirán sus bancas en la Cámara de Diputadxs, 61 son mujeres, es decir, un 48%. Esto tiene que ver con que de las 56 listas que compitieron, sólo 18 estaban encabezadas por mujeres (32%). Es decir, menos de 1 de cada 3 listas para Diputados estaba encabezada por una mujer. En 7 provincias las listas de diputadxs que ganaron estaban encabezadas por mujeres (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, La Rioja, Santiago del Estero, CABA y Tucumán). Cuando miramos el Senado vemos que entrarán 10 mujeres y de las 16 listas ganadoras, sólo 4 estaban encabezadas por mujeres (25%), bajando la cantidad de mujeres encabezando listas de Senadores a 1 de cada 4.
Así, la conformación de las Cámaras quedará de la siguiente manera: en Diputadxs, habrá un 45% de mujeres (el mayor porcentaje desde 1983) y en el Senado habrá 41% de senadoras. Esto podría aumentar en caso de que el senador electo Claudio Poggi renuncie como anunció a su banca. Esta quedaría en manos de la presidenta de PRO de San Luis, Gabriela González Riollo. En el caso de que el senador electo por Tucumán Germán Alfaro haga lo mismo, ingresaría otra senadora mujer más, resultando en 34 senadoras. Es decir, el 47%.
Con estos datos presentes, es necesario remarcar que ser mujer no implica necesariamente defender la agenda feminista en las propuestas. Es por esto que desde Ecofeminita lanzamos la tercera edición del FeminIndex, en colaboración con Wingu como socio tecnológico y la Fundación para el Desarrollo Argentino (FUNDAR) en la asistencia técnica, para observar qué adhesión muestran lxs candidatxs con respecto a temas clave como violencia machista, economía feminista, participación política, derechos LGBTTTIQ+ y derechos sexuales y reproductivos. En esta plataforma podrán encontrar la postura de diversxs candidatxs en relación a la agenda de género, ya no para ejercer el voto pero si para exigir el compromiso con dichas posturas.
Sin embargo, y ya con la campaña electoral finalizada, debemos dar cuenta de la magra presencia de los temas feministas y la dificultad de imponer la importancia de esta agenda en los discursos de lxs principales candidatxs. Por ejemplo, de acuerdo al sitio #MeRepresenta, de las 140 plataformas analizadas, 76 tenían propuestas relativas a género. Es decir, el 54% de las plataformas. De los partidos con récord perfecto en todas sus expresiones provinciales, el FIT presenta propuestas feministas en todas las provincias donde se analizaron sus plataformas. El Frente de Todos lo hace en el 45% de sus plataformas y Juntos por el Cambio en el 37% de las suyas. A su vez, es necesario recalcar que hay una abrumadora presencia de propuestas que atacan la violencia de género pero no suele haber referencias a propuestas en pos de la autonomía económica o la agenda LGBTTTIQ+, por ejemplo.
Si cruzamos esta información con Feminindex tiene sentido. Lxs candidatxs de la izquierda que respondieron el cuestionario tuvieron un puntaje promedio de 4.5, al igual que lxs del Frente de Todxs. La alianza Juntos por el Cambio tuvo un puntaje promedio en el Feminindex de 3.5. De entre las respuestas al Feminindex que ingresan a la Cámara, los mejores puntajes corresponden a Myriam Bregman del FIT-U y Carla Carrizo, de Juntos por el Cambio.
De todas maneras, es necesario remarcar una tendencia general en el debate electoral. Las propuestas feministas no fueron protagonistas en la campaña, como sí lo fueron en elecciones pasadas, tan marcadas por la ola verde de 2018. Además, luego de las PASO y la buena actuación de las propuestas conservadoras de los partidos de extrema derecha, hubo un giro patriarcal en la designación de los nuevos ministros en el gabinete nacional. Esto no solo alcanzó al gobierno. Mauricio Macri, uno de los líderes del partido opositor Juntos por el Cambio y la fuerza más votada a nivel nacional el pasado domingo, manifestó concordar con la línea que propone la extrema derecha. «Las ideas que expresa Milei son las que siempre he expresado yo» dijo en una entrevista. Solo aclaró que no comparte las formas.
Esta reivindicación de discursos y plataformas que ignoran a los feminismos y la necesidad de avanzar en políticas tendientes a eliminar las brechas de género marcan un giro conservador de la agenda política. En un contexto de salida de la crisis, la recuperación debe contemplar a las mujeres y personas LGBTTTIQ+ ya que fueron también las más afectadas por la crisis. Son las mujeres las que siguen teniendo los trabajos peor pagos, son mayoría en el empleo informal y sobre ellas cae desproporcionadamente el peso de las tareas domésticas y de cuidado que, además, son no remuneradas y sobre las cuales se sostiene la pirámide productiva de los países. Los números empeoran para las personas travesti, trans y no binarias.
Ahora más que nunca, la salida de la crisis por el COVID-19 y la recuperación económica que busca emprender Argentina deben contemplar las agendas feministas. No como una demanda planteada desde sectores medios y urbanos, sino como una emergencia que se presenta en todo el país y que golpea más fuerte a las mujeres de los sectores populares. La valorización de las propuestas feministas en épocas electorales no deben quedar saldadas cuando logramos derechos, sino que deben mantenerse vigentes para seguir conquistando más de ellos. El monitoreo de las posiciones de lxs candidatxs como hace Feminindex y la movilización de los feminismos en las calles, cerca de los sectores vulnerables, no son excluyentes y puede ser un buen lugar por donde continuar.