Dice Mónica Ferreyra que ayer sintió que se sacó 200 kilos de encima. Que, por la tarde, después de la sentencia por el femicidio de su hija, Araceli Fulles se le caían los párpados del cansancio. También dice que después de este fin de semana, ella vuelve a sumarse a la lucha de otras mamás que hoy persiguen justicia por el crimen de sus hijas.
El jueves por la tarde se conoció la sentencia a los femicidas de su hija: tres de los imputados recibieron condena perpetua y cinco de los acusados que llegaron libres al juicio fueron absueltos. Según el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3, Carlos Casalz, Hugo Cabañas y Marcelo Escobedo fueron considerados coautores del “homicidio agravado por mediar violencia de género” en perjuicio de Araceli.
“Mientras íbamos colgando las banderas ayer por la mañana todo era nervios, angustia, ansiedad estábamos como confundidos pero positivos porque sabíamos que iba a terminar bien”, cuenta Mónica a Tiempo Argentino.
-¿Cómo fue para vos todo este proceso?
-Mi proceso fue incansable porque primero fue buscarla a ella, estar todo el tiempo activada con ella, pensar con la ilusión de encontrarla viva. Bueno, hasta lo que pasó. Es como a toda leona le sacaron su cachorro y te transformás, y ese sentimiento se transformó en lucha. En acompañar a familiares, en estar pendiente, en hacer de abogada, de investigadora, buscar pruebas, buscar todo. Fueron muchos años de una lucha muy grande para nosotros.
-¿Confiabas en que la justicia iba a fallar de ese modo?
-Sí, me sentí segura del momento que empezó el juicio que fue casi un mes y siete días. Me sentía segura de lo que yo quería a pesar de que muchos me decían “no, no va a pasar nada”. Hay que creer en la justicia y no quedarse, hay que seguir porque lamentablemente lo que le pasó a ella, lo que pasa tiene que ver con el Estado, que es responsable. Entonces tenemos que seguir en la lucha, pedirle al Estado que nos ayude para seguir, para andar, para moverse, para empezar a hablar con la gente. No hay que quedarse. Porque es cierto que tu hija no vuelve nunca más. Mi hija no va a volver nunca más, pero mi lucha va a seguir por las que están para mi hija, por mis nietos, por las luchas de los demás, por todo eso es que voy a seguir luchando.
-¿Qué te provoca cada vez que te enterás de un femicidio?
-Volvés a revivir todo porque sabés que esa mamá que recién le pasa está sintiendo ese dolor que que vos lo pasaste. Entonces quiero ir a ayudarla, a decirle también que siga en la lucha como lo hice yo, a pesar del dolor. Como que pensás en ayudarla, acompañarla, tratar de calmar su dolor. Todas sabemos que hasta el día de la muerte no nos vamos a sacar ese dolor. Pero a la lucha hay que seguirla.
-También vos recibiste esa compañía que fundamental para vos y para las luchas
-Es muy importante que ellas estén, yo el jueves estuve acompañada por muchas familiares de víctima vinieron nueve o diez personas de La Plata, vino la ministra también de Género de La Plata. También estuvieron acompañándome de Nación. Es una lucha que tenés que proponerte no quedarte a llorar, que te tenés que levantar porque es tu hija la que te está pidiendo a gritos que haya justicia. Eso a mí me movió muchísimo. Moverme fue mezclarme con la gente, ir a cada evento de cada aniversario de cada víctima. Si las madres quieren ir a hacer una protesta en Plaza de Mayo yo me iba con la banderita de mi hija, en el Día Internacional de la Mujeres, me iba con la bandera de mi hija… Es moverse porque no puede quedar así, yo tengo que seguir luchando.
-Decís que tenías confianza en la Justicia que en muchos casos falla sin perspectiva de género
-Tuve la suerte de que me tocaran unos buenos jueces y unos buenos fiscales que se esmeraron. Los tomo como jueces con perspectiva de género para mí, porque pareciera que sintieron nuestra lucha, muchos otros jueces tendrían que tomar este ejemplo. A ellos también les puede tocar pasar por lo mismo que estamos pasando nosotros. Por eso cuando se trata de un femicidio tienen que estar encima ayudar y sacarlos de la calle a todos esos asesinos. A veces me da bronca, otras me da impotencia pero estoy orgullosa de lo que me tocó. Yo sé que a mi hija le volvieron a crecer las alas, y ella puede decir que descansa en paz.
-Después de cuatro años de lucha ¿cómo fue volver a tu casa anoche?
-Después del juzgado nos fuimos todos, hasta el mural, amigos, familiares, conocidos, gente que nos acompañó durante estos cuatro años. Les prendimos velitas y bueno, sentí como un rélax, me saqué 200 kilos de encima, se me caían los párpados y ahí me dije “estoy cansada”. Pero el cansancio es de alivio. Después de descansar me voy a volver a levantar por todas las mujeres que me necesitan bien.
El agradecimiento de una madre
Al finalizar la entrevista, Mónica pidió especialmente agradecer a un listado de personas: “Tengo para agradecer a toda la gente que nos acompañó durante estos cuatro años y 7 meses, a todas las organizaciones, a todas y a todos los amigos de Araceli, a toda la gente que hizo suya esta lucha y el nuestro dolor como familia; a los familiares de víctimas que nos acompañaron, a Marcelo Ferri, la señora del intendente Moreira, al señor Moreira que también estuvo presente, a Mercedes Contreras, Ximena, Verónica, Ginés e el señor Gabriel Katopodis, a Valeria Ivana. Y bueno, y en especial agradecer a la fiscal Mariana Piwarczuk, a la la secretaria Liliana Sonrias y al doctor Sergio Lopez. Que ellos desde el primer día empezaron con una causa de cero. También al personal de las chicas del TOC 3 que es la policía que nos acompañó que se dedicó de lleno a nosotros. También al secretario Pablo Mandrili a los jueces y a nuestros abogados Diego Szpigiel y Claudia Clemente. También de parte de del Ministerio de la Mujer de Género y Diversidad de la Nación a Natalia Cinuti y Belén Zavala que nos acompañaron durante todo el proceso del juicio. Fue una lucha muy fuerte pero acompañada por todas estas personas. Por eso les digo a las mamás que no se queden, que hay que luchar y cada vez lo necesiten yo voy a estar”.
El acompañamiento del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad
El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad acompañó el proceso judicial de la familia y antes de la sentencia sostuvo que esperaban que la justicia actuara con perspectiva de género. “Para nosotros fue un día importante, conformes con lo que sucedió y porque vimos a la familia que reaccionó en forma positiva, era lo que se había pedido desde la fiscalía, el abogado de la familia, la familia muy acompañada y con un tribunal que falló con perspectiva de género y conforme a Justicia”, dijo a Tiempo, Carolina Varsky, Carolina Varsky, subsecretaria de Programas Especiales contra la Violencia por Razones de Género.
“Nosotros estuvimos acompañado en todo lo que es el inicio del juicio oral. El caso de Araceli es de hace cuatro años y medio cuando todavía no existía la institucionalidad del Ministerio de Mujeres como tal, pero la acompañamos a la familia el equipo interdisciplinario que integra la Dirección de femicidios, transfemicidios y travesticidios porque eran las psicólogas que acompañaba a la familia no términos terapéuticos sino como una cara amiga en ese proceso que implica revivir las situaciones y recordar qué pasó cuatro años y medio atrás. Lo que hicimos fue acompañar a la familia y acercar antecedentes normativos al tribunal y recomendaciones para que ellos tuvieran en cuenta en el momento de tomar una decisión”, detalla Varsky.
El trabajo con la familia incluye estar atentos para acompañar en el caso de que las sentencias no son las que se esperan. “Uno no sabe hasta ese día qué decisión toma la Justicia. También hay casos en los que los agresores se suicidan y no hay imputados pero como sucedió con el caso de Paola Tacacho, la familia continúa con el jury de enjuiciamiento. Lo importante es estar al lado de las familias en todas estas situaciones que son posibles”, puntualiza.