En la última semana de febrero, el Observatorio Adriana Zambrano que dirige la Casa del Encuentro publicó el informe donde se registran 54 hechos de violencia extrema por motivos de género desde el 1° de enero al 28 de febrero de 2023.
De acuerdo a este registro, se produjeron 51 femicidios, 1 trans/travesticidio y 4 femicidios vinculados de varones. Las cifras abarcan todo el territorio nacional y allí se detalla que la provincia con más casos sigue siendo la provincia de Buenos Aires, seguida de Santa Fe, Córdoba y CABA.
“Con mucha preocupación vemos los números de este año que recién comienza. No encontramos las palabras suficientes y necesarias que abarquen el peligro, la soledad, la falta de rumbo en el que se encuentra una mujer en situación de violencia. No nos cansaremos de exigir la implementación y el cumplimiento de medidas de protección efectivas en todo el territorio nacional, y políticas públicas que trabajen especialmente en la asistencia y prevención con un abordaje federal”, dice el comunicado emitido por el observatorio.
Entre los datos que destacan, son 45 hijas e hijos que quedaron sin madre, el 58% son menores de edad; el 64% de los agresores eran parejas o exparejas y el 37% de las víctimas tenían entre 19 y 30 años.
De las víctimas, cinco realizaron la denuncia, una víctima en presunción de trata, una víctima embarazada, dos tenían indicio de abuso sexual, una víctima era mujer trans, cinco eran migrantes. Hubo seis femicidios en contexto de narcocriminalidad. De los femicidios vinculados se registraron cuatro de varones adultos y niños.
De los agresores, tres femicidas tenían dictada medida cautelar de prevención; un femicida pertenecía a una fuerza de seguridad, y siete femicidas se suicidaron
“Como expusimos en el informe final del 2022, incluimos los femicidios en contexto de narcocriminalidad. El narcotráfico es un delito complejo en el que intervienen múltiples variables, cuyo análisis debe incluir la perspectiva de género. Desde La Casa del Encuentro consideramos necesario incorporar esta variable específica. La misma tiene en cuenta las desigualdades estructurales propias del patriarcado que posibilitan a las redes narco utilizarlas como objetos para sus propósitos, hasta la muerte misma, con modalidades particulares. Los crímenes se comenten, en su mayoría, en la vía pública dificultando cualquier investigación posterior”.