Los análisis realizados sobre las manchas halladas en la camioneta de César Sena, el joven detenido por el femicidio de su esposa Cecilia Strzyzowski, desaparecida desde el 2 de junio en Resistencia, Chaco, determinaron que se trata de sangre humana, por lo que ahora se intentará determinar si pertenece a la mujer de 28 años, informaron fuentes judiciales.
El resultado del peritaje fue incorporado en las últimas horas en el expediente y se trata de los rastros que habían sido hallados en la caja de la camioneta Toyota Hilux perteneciente al hijo de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, donde se presume que fue trasladado el cadáver de Cecilia hasta el campo en el que fue incinerado.
El análisis fue realizado ayer por expertos del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Resistencia y, según un comunicado del Poder Judicial de Chaco, «dio resultado positivo como sangre humana en la camioneta Toyota Hilux».
De acuerdo con el informe de los peritos -al que Télam tuvo acceso- la muestra fue encontrada en un asiento trasero de la pick up de César Sena, patente ECV705.
El rastro analizado, del cual se elaboró un ADN, fue derivado al Depósito de Muestras Forenses del Laboratorio de Biología del IMCiF y ahora será cotejado con el patrón genético de los familiares de Cecilia para intentar establecer si la misma pertenece a la joven de 28 años, como ya ocurrió en la sangre hallada en los muebles que el matrimonio imputado había donado a una mujer.
En tanto, el Equipo Fiscal Especial, integrado por los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez, denegó los pedidos de la defensa de Sena hijo para que acceda a un teléfono celular y televisión.
Es que según lo informado por la justicia chaqueña la psicóloga que lo trata en el Servicio Penitenciario Provincial desaconsejó que tenga información sobre el avance de la causa debido a su estado emocional.
Además, la fiscalía también rechazó la posibilidad de que las personas detenidas estén en contacto entre ellas, para que no entorpezcan la investigación.
Todo ello debido al envío de cartas por parte de Acuña a los abogados y a su esposo en las que ella admitió haber encubierto a su hijo en el hecho, pero negó la participación de ambos en el crimen.
«Bajo ningún concepto, dado todo punto de vista, ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas con sangre, no hay antecedentes, ni historias que puedan justificar semejante barbaridad», dijo en una de las misivas.
Por otra parte, los fiscales solicitarán una pericia de análisis morfológico entre el anillo y dije secuestrados a partir de las declaraciones de Gustavo Obregón y las imágenes fotográficas de Cecilia a fin de compararlos.
Y peritarán el colchón y cama en que se encontró la sangre de Cecilia y que salieron de la vivienda ubicada en calle Santa María de Oro 1460, dado que la defensa dice que no pertenecieron a ese domicilio, pese a que el testigo que hizo la mudanza así lo confirmó.
Por último, esta mañana se le extrajo una muestra de sangre a Emerenciano Sena para evaluar su estado de salud y posteriormente trasladado al Sanatorio Galeno a solicitud de parte.
Las fuentes judiciales confirmaron que mañana Emerenciano será trasladado a un control oftalmológico y el lunes próximo continuarán los estudios complementarios para determinar si puede continuar detenido o si por su estado de salud debe ser beneficiado con un arresto domiciliario, tal cual pidió la defensa.
Cecilia fue vista por última vez a las 9.16 del 2 de junio último, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de su marido, a la casa de sus suegros, Emerenciano y Acuña, en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.
Según la resolución de los fiscales, Cecilia fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 en una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña.
Su cuerpo fue luego trasladado por Gustavo Obregón y César Sena envuelto en una frazada a bordo de una camioneta hasta la chanchería, propiedad de los principales imputados, donde fue calcinada.
Finalmente, sus restos fueron esparcidos en distintos sectores, entre ellos junto a una de las márgenes del Río Tragadero, que linda con la chanchería de los Sena.
Además de los tres integrantes del denominado Clan Sena, por el caso permanecen con prisión preventiva Obregón y su esposa Fabiana González (ambos asistentes de los Sena), y Gustavo Melgarejo y su mujer Griselda Reinoso (caseros de la chanchería, propiedad de los principales acusados del femicidio).
Los fiscales imputaron con prisión preventiva a la familia Sena por el delito de «homicidio triplemente agravado por el vínculo, por femicidio y por el concurso premeditado de dos o más personas», mientras que a los restantes acusados por el «encubrimiento agravado» del hecho.