A un año y tres meses de la desaparición de Johana Ramallo en manos de redes de trata, organizaciones feministas, de Derechos Humanos y políticas, apoyaron en una conferencia de prensa realizada a Marta Ramallo, madre de la chica que fue cooptada. Allí, la mujer denunció que sufre continuas amenazas de parte de la Policía Bonaerense.
“A los proxenetas los cuida la policía”, se escuchó cantar mientras Marta se preparaba para dar una conferencia de prensa con el propósito de visualizar la violencia institucional que viene sufriendo por reclamar la inmediata aparición con vida de su hija.
En ese sentido, denuncia la complicidad de los efectivos bonaerenses que, junto a los proxenetas, regentean la prostitución, las redes de trata y el narcotráfico de la zona.
La mujer aprovechó para agradecer a todas las personas que la han acompañado en este camino tan duro que le toca transitar. Entre ellas mencionó a Susana Trimarco, madre de Marita Verón, víctima de trata, y a Lorena Galle, familiar de las víctimas de un cuádruple crimen.
“Estaba caminando en mi casa, justo por entrar en a la pieza de mis nenes, cuando escucho un auto que frena y dos disparos, yo estaba justo a la altura de la ventana. Pude ver que era un auto negro, conducido por un tipo de unos 35 o 40 años, morocho, con remera blanca y apuntaba con su arma hacia mi ventana”, aseguró Marta durante la conferencia de prensa. Y agregó. “Me quedé paralizada en la ventana y el tipo siguió disparando hacia mi casa, tuve que meterme en la pieza de mis hijos, porque era la más continua del lugar de la vivienda en el que me encontraba”, describió el momento del ataque.
Hace un año y tres meses que familiares, amigos, movimientos sociales, de Derechos Humanos, políticos, sindicales, feministas y de la disidencia sexual buscan a Johann Ramallo. Cuentan que aquel 26 de julio de 2017 marcó el inicio de una interminable lucha por encontrar a la joven que fue cooptada por una red de trata que trabaja en conjunto con la Policía Bonaerense. Denuncian que las chicas no desaparecen solas, sino que son secuestradas por estas redes en las cuales participan las fuerzas de seguridad para ser prostituidas.
Sin embargo, Marta no baja los brazos y continúa buscando a su hija junto a organizaciones feministas, lesbianas, trans, travestis y bisexuales, quienes la acompañan a lo largo de todo este tiempo.
“No es la primera vez que me sucede algo así, a los nueve meses de la desaparición de Johana, realizamos una marcha en la cual recibimos el apoyo de muchos medios de comunicación. En ese momento también me tirotearon mi casa, pero en esa oportunidad no pude ver nada, porque estaba dormida”, finalizó Marta el relato del atentado.