Se acerca el verano y te acechan los antipanza, los gordofóbicos, los que te quieren vender un polvo mágico que si le tirás a la comida te convertís en Campanita.
La abuela te dice que estás más gordita y te ofrece varias dietas; mientras el tío que tiene más tetas que vos está en la pelopincho. Vas a comprar una malla para las vacaciones, pero cuando entrás al local de ropa los tamaños son para tu hermanita de diez años. Te preocupa tener que meterte a la pileta; al río, y ni pensar si tenés que correr al mar si la arena quema.
¡Basta hermana!, llegó el momento de hablar y soltar tu panza. La operación bikini ya no tiene que existir.
¿Con qué cuerpo llegamos al verano?, nos preguntan. Con el mismo cuerpo, deberíamos responder.
Hermana, soltá la panza
Desde la cuenta de Instagram Mujeres que no fueron tapa (@mujeresquenofuerontapa) lanzaron hace unos meses una campaña para hackear “la operación bikini”, esa que profundiza la violencia contra la diversidad de cuerpos.
La respuesta fue más de cuatro mil panzas revolucionadas y libres – muchas por primera vez -.
“La campaña ‘Hermana, soltá tu panza’ empezó para seguir abordando la idea que el mandato de belleza es uno de los mandatos que modela más silenciosa y eficientemente la identidad de la vida de las mujeres. Todas somos educadas en la idea de que lo más importante que venimos a darle al mundo es ser agradables a la vista, y ser objetos de deseo. No importa la profesión y lo que hagamos. Siempre lo más importante va a ser que estemos flacas y que más o menos encajemos en ese ideal de belleza. Esta campaña es una excusa para seguir hablando de esto”, explica Lala Pasquinelli, activista, comunicadora y fundadora de Mujeres que no fueron tapa.
Con esta campaña, se invitó a miles de mujeres a mandar fotos de sus cuerpos, de sus panzas; y contar sus historias.
“Fue y es muy emocionante leer que muchas mujeres dicen que gracias a la campaña pudieron ver que hay cuerpos como el suyo; que se sienten mejor; que se compraron una bikini o se pusieron un top por primera vez en su vida. Al abrir esta conversación nos damos cuenta que todas vivimos algún tipo de presión similar en relación a nuestro cuerpo. El problema no lo tenemos nosotras, el problema está afuera. No sos una falla del sistema, la falla está en el sistema que nos quiere cada vez más pequeñas; no solo la consecuencia literal de ocupar menos espacio físico, sino también ir desapareciendo de lugares”.
“Nena, meté la panza”. Quien no escuchó que su abuela o su madre le diga que meta la panza para la foto. Todas crecimos con esta pedagogía. Desde muy pequeñas lo tenemos normalizado; porque nos educan en esto mujeres muy cercanas, y luego lo re confirman las imágenes y las publicidades a lo largo de nuestra vida.
Todos los cuerpos son válidos
La construcción del ideal de belleza nos violenta: pero todos los cuerpos son válidos, o deberían serlo.
Además, de la violencia, la vergüenza, y la tortura que sentimos; nos roba el tiempo, la plata, la voz, la posibilidad de ocupar espacios; hasta el goce y el amor. Las consecuencias son más dañinas de los que muchos creen.
Lux Moreno, activista gorda y por la diversidad corporal apunta que previa a la llegada del verano hay un recrudecimiento de la gordofobia.
“Hay una necesidad constante de llegar al verano con ciertas condiciones corporales. Hay algo que es muy fuerte; una necesidad de poder encajar en algunos cánones de belleza; no sólo externos, también internos”, cuenta Lux, y hace hincapié en que la idea de “kilos de más” es un estigma social ya que el peso se transforma en una variable central y es la primera causa para señalar a una persona.
Vestirse, complicado
Para las que tenemos “kilos de más” la posibilidad de conseguir ropa es cada vez peor. A diferencia de las personas delgadas que tienen un amplio abanico; nosotras, las que están del otro lado del IMC (índice de masa corporal) tenemos que acudir a exclusivas tiendas de “talles especiales”, que aún no se entiende el qué tienen de especial.
La vestimenta es un rubro bastante complejo; las hormas cada vez son más chicas. Para los que “tenemos kilos demás” la posibilidad de conseguir ropa es cada vez peor. A diferencia de las personas delgadas que tienen un amplio abanico para conseguirla.
“Esto también pasa con los trajes de baño; que es aún más complejo. Una persona gorda estaba destinada a ponerse una malla enteriza y morir ahí. Pero, desde el 2013 tenemos una serie de emprendedores que venden con diversidad corporal”, cuenta Lux.
Si bien es un camino arduo y que va lento, lo cierto es que se estamos haciendo algo; como hicimos al visibilizar la violencia machista. “La violencia gordofóbica es horizontalizadora; les sucede a todas: si una persona no es gorda, también, porque hay una exigencia social para que siga manteniendo su cuerpo de manera hegemónico”, asegura Lux.
Visibilizar, por sobre todas las cosas: Está empezando a pasar que hay otra vida posible, de cuerpos diversos que son tan deseables como cualquier otro.
Sí, vos y tu cuerpo están listos siempre para “llegar al verano”, así, como son. Panza, pancita, panzona ¡Panza que te quiero, panza! Gritá y que te escuchen.
El derecho a vivir con el cuerpo que tenemos y queremos
Brenda Mato es activista por la diversidad corporal y estudiante de Sociología en la Universidad de Buenos Aires. «El activismo llegó a mi vida como respuesta en lo que tenía que ver a mi relación a mi cuerpo. El modelaje llega paralelamente», cuenta Mato.
«Fue después de un montón de años de sentir que, aunque me esforzara e hiciera lo que hiciera, simplemente no iba a ser tomada en cuenta porque era gorda. Sos gorda y ya está, lo demás no importa», describe la activista.
Las redes sociales fueron en su cambio las que aportaron a mirar de otra manera lo que venía viviendo. «Con la llegada de Facebook empecé a compartir las cosas que me pasaban y así me encontré con un montón de gente que le pasaba lo mismo; y me di cuenta que el problema no era yo ni mi cuerpo – aunque me lo hicieron creer un montón de tiempo-. Muchas cosas que yo sentía que eran mi culpa eran por estar dentro de un sistema que lo que hace es expulsar a esas personas que considera diferente o fuera de la norma».
«Cuando abrís los ojos y te das cuenta de un montón de cosas, no lo podés dejar de ver. Estamos en una sociedad que nos educa para que nos odiemos y después se encarga de lucrar con esas inseguridades».
De a poco, comienzan a cuestionarse esos paradigmas, sin embargo, dice Brenda, falta. «Si bien el cambio está siendo muy lento, va avanzando. A veces es agotador ver cómo, a pesar de que creamos que ciertas cosas deberían haber cambiado, siguen igual. Por ejemplo, cuando vemos que estrenan una nueva ficción y no hay diversidad de cuerpos. Pero a la vez te encontrás con proyectos hermosos y gente súper comprometida. Pasa y no pasa. Es un constante de ‘está pasando’, hay que tener un poco más de paciencia».
La gordofobia, bajo la excusa de la salud es habitual en los medios y en la vida cotidiana. Pero no es habitual comprender fácilmente la referencia a los cuerpos diversos.
«Y a aquellos que acusan que hacemos apología de la obesidad le decimos que existir no es apología a un delito. Que no estamos diciéndole a la gente que pese 200 mil kilos y se muera de colesterol. Le estamos diciendo que tiene el mismo derecho que cualquier persona a existir con el cuerpo que tienen, y que no existe un número máximo en la balanza en el cual deja de ser un sujeto de derecho y una persona que merece amor y respeto. Pedimos respeto. El resto son lecturas erróneas y justificaciones a ser personas gordofóbicas y violentas».
Ropa para todes
Una marca inclusiva fue creada en Mendoza con venta online a todo el país. Se trata de Carolina Bureu y lleva el nombre de su creadora. Está pensada para el diseño y confección de indumentaria con gran curva de talles.
«Surgió a partir de la necesidad personal ya que no encontraba marca que cubriera mis necesidades personales y no queriendo adaptarme a las exigencias del mercado, decidí lanzar una marca inclusiva», cuenta Bureu a Tiempo.
«Apuntamos a mujeres activas que quieran sentirse cómodas con su cuerpo, buscando atravesar cualquier prejuicio rompiendo estereotipos camino a la nueva visión de una mujer más allá de su talle».
Las campañas de aceptación, según cuenta, fueron fundamentales. «Gracias a muchas campañas de aceptación y amor propio podemos ir dejando de lados estereotipos que tantos daños nos hacen».
«La frase más recurrente de nuestras clientes es “las bikinis son bien altitas tapan hasta el ombligo no?”; lamentablemente, y saltando los gustos personales de las clientas nos damos cuentas que en la mayoría de las mujeres se repite la gran problemática de mostrar de más; si bien notamos que con el pasar de los años las inseguridades van disminuyendo aceptar el cuerpo y amarlo es un desafió para todas».
En busca de cuerpos reales
Un estudio realizado por la organización Any Body en Argentina, afirma que 7 de cada 10 personas tienen dificultad para conseguir ropa de su talle. El porcentaje llega a 95% cuando se trata de prendas femeninas.
La Fundación Bellamente demostró que 8 de cada 10 mujeres se sienten insatisfechas con su imagen corporal, de las cuales un 59% considera que está gorda o con exceso de peso y el 5% delgada o muy delgada.
El 55% de las consultadas afirmó que después de ver una publicación en Instagram de lo que consideran como un “cuerpo ideal”, se encuentran visitando páginas para cambiar partes de su cuerpo.
Dónde comprar
Carolina Bureu, body positive. La marca ofrece trajes de baño de autor, con diferentes modelos y colores. «La prioridad de la marca es que las piezas sean cómodas y sentadoras», afirman. Hay envíos para todo el país y se pueden conseguir a través del IG @carolinabureu.
Eje Livera. Es una cooperativa de La Garganta Poderosa que confecciona en la Villa 31 lencería para cuerpos reales. También lanzaron una línea de bikinis respetando los talles de «cuerpos reales». Los modelos y formas de compra se pueden ver en el IG @eje.livera
Espuma textil. La marca ofrece top, calzas, remeras, lencería y mallas. Dentro de los trajes de baño ofrece triangulos, tops, colaless, vedetina, tiro alto y enterizas. Las compras se pueden hacer a través de la web <www. espumatextil.com.ar> o el IG @holaespuma.