“Gracias al Bonaparte trabajo”, “Gracias al Bonaparte tengo vínculos”, “Gracias al Bonaparte estoy vivo”, “Lxs putas nos atendemos en el Bonaparte”, “Tengo miedo de mi salud mental”, “Los pacientes resistimos”, “El Bonaparte es nuestra esperanza”.
Las frases dan cuenta de las 9000 consultas telefónicas, las 7000 intervenciones por guardia y las 18.200 consultas en lo que va del año brindadas por el Hospital Laura Bonaparte, ubicado en Combate de los Pozos 2133 (Parque Patricios).
Escritas a mano, algunos con colores y otros con más o menos producción los mensajes muestran tanto el amor como la desesperación de los pacientes de la institución que esta última semana sufrió una amenaza de cierre. También muestran que la importancia de brindar en salud mental un trabajo integral, realizado con responsabilidad y perspectiva en derechos humanos.
La salud mental en el olvido
El Hospital Laura Bonaparte fue fundamental en el proceso de desmanicomialización enel marco de la Ley de Salud Mental. También lo es el trabajo con las diversidades sexuales enmarcado en la Ley de Identidad de Género.
“Una se queja siempre, pero la verdad es que nunca fui maltratada acá. Siempre recibí una atención de primera”, cuenta a Tiempo Argentino, L, una mujer que actualmente recibe tratamiento psiquiátrico.
Viaja una vez por semana desde el barrio de Almagro para su atención. Aclara que ahora viene a consulta psiquiátrica pero que antes, iba más seguido porque recibía contención en otros espacios del hospital.
Diversidades
El departamento de salud integral es un espacio vital para las diversidades sexuales y mujeres. Se creó hace cuatro años y allí se garantizan atenciones integrales y acompañamiento del tratamiento de modificación corporal. “No son acompañamientos sólo para hormonización. También vienen personas de la comunidad LGBTI+ que quieren hacerse un control periódico de salud. El hospital es abierto a la comunidad”, explica a Tiempo y Presentes, Cecilia Karagueuzian, jefa del Servicio de Clínica Médica del departamento de Salud Integral.
Con la creación del departamento, se ampliaron las prestaciones, se sumaron médicos generalistas y se agrandó el equipo de trabajo. También se incluyeron prestaciones de salud sexual, salud de la mujer, tratamientos de acompañamiento en hormonización, interrupción voluntaria del embarazo y tratamiento de alivio del dolor.
“Eso permitió el acceso a muchas más personas”, dice Karagueuzian. “También permitió una apertura del servicio a la comunidad. Cualquier persona que sea vecino o viva cerca o simplemente tenga ganas de venir a atenderse, saca turno, y viene a atenderse con los médicos generalistas que estamos acá en el hospital. Hay un pool de aproximadamente de 2000 a 3000 personas que solo se atienden con nosotros en el servicio”, agrega la médica.
La periodista Marta Dillon recordó en la red social X que la atención en el Bonaparte fue clave para contener a Sofía, la mujer lesbiana que sobrevivió al ataque del triple lesbicidio en un hotel de Barracas.
Un lugar donde te tratan bien
Celina Esteban ingresó en 2023 al Hospital Bonaparte como enfermera de guardia. Dice que tuvo una aceptación inmediata entre sus compañerxs y con lxs pacientes. Como mujer trans, ingresó en el marco de la Ley 27.636 de cupo laboral travesti trans. Este año fue una de las despedidas que logró ser reincorporada.
“Este trabajo significa muchísimo. Me encanta lo asistencial, ayudar al otro. Como paciente me ha pasado mucho de recibir maltrato, o esa atención media expulsiva. Siempre quise dedicarme a esto para tratar a la gente como me hubiese gustado que me traten a mí”, cuenta a Tiempo y Presentes.
La enfermera se formó en la escuela Cecilia Grierson y luego cursó la licenciatura en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Cuenta que muchxs pacientes del colectivo trans que se acercan al lugar, “es excelente porque hay muchos espacios para ellas”.
Celina destaca que existe un trabajo territorial que resulta fundamental. “Somos un hospital que atendemos 24 horas todo tipo de necesidades y tenemos contacto permanente con la comunidad.Hay un trabajo interdisciplinario y territorial donde lxs compañerxs van al barrio y están presentes con la comunidad”, cuenta.
Contención a las víctimas de la violencia de género
Trabajadoras de la Línea 144 se sumaron a la defensa del Hospital Laura Bonaparte. Dicen que la institución es un espacio de contención fundamental a las mujeres y diversidades que hoy, además, de la violencia estructural, sufren el vaciamiento de las políticas de género del gobierno nacional.
Existen en el hospital dispositivos asistenciales de demanda espontánea para casos de personas víctimas de violencia de género. Incluye situaciones de abuso en el que se activa el protocolo de profilaxis post exposición a infecciones de transmisión sexual y en ese contexto se articula con el servicio de atención integral. “Para nosotrxs ya era una temática preponderante, y en estos contextos de mayor violencia y vulneración de derechos es que aumentan esas necesidades de generar intervenciones interdisciplinarias”, expresa Karagueuzian.
“Las prestaciones que se abren a la comunidad demuestran que es una institución que no solo atiende la salud mental de la población, sino también atiende cuestiones de salud en general. Las personas que habitan esta institución tienen padecimientos objetivos. En ese sentido, este servicio específicamente de medicina general y familiar, cobra aún más relevancia e interés.”
En comunidad
El rol de las organizaciones sociales es fundamental para el acceso a la salud de los pacientes del Bonaparte.“No podríamos articular sin la intervención de las organizaciones. Tenemos un trabajo bastante arduo e intenso con la comunidad a través del Servicio de Abordaje Territorial, que con este gobierno fue recortado. Aun así, seguimos yendo a los barrios en postas de salud porque sostenemos que la salud tiene que ir hacia las personas”, dice Noelia Tuliano, médica generalista e integrante del equipo de salud integral
Por su parte, Karagueuzian agrega, “muchas personas llegan acá por la boca en boca. Se realiza un acompañamiento muy fuerte, sobre todo con organizaciones que trabajan la temática de la diversidad. Para la población LGBTIQ+, la accesibilidad en general es un problema, por eso insistimos en la necesidad de que existan espacios plurales, abiertos, con personal calificado y capacitado para atender las problemáticas específicas de la población.”
Tuliano agrega que “es importante ir hacia donde vive la gente, ver en qué condiciones viven, de qué trabajan y cuáles son sus necesidades básicas”. “Sabemos que la salud mental no está compuesta por solo una psiquis y un cerebro, que la hacen un montón de condicionantes socioeconómicos”, destaca la médica. “Una puede asistir a muchas personas a tener escucha activa, contenerles, darle medicación… Pero si esas personas viven en situación de calle, en pobreza extrema, qué cerebro y qué psiquis puede aguantar. Es importante el trabajo en territorio, acercarnos y ver las condiciones de las personas para ofrecer los servicios y adecuarnos a lo que es verdaderamente la vida de esa gente”.
Un intento de cierre que se frenó con organización
Luego de un importante desfinanciamiento, que repercute, por ejemplo, en la farmacia del lugar, el 4 de octubre el gobierno que encabeza Javier Milei, anunció el “cierre definitivo” del Hospital Laura Bonaparte. El apoyo popular, principalmente de los vecinos de la zona, y el repudio masivo fue determinante para que se diera marcha atrás con esa cruenta medida.
En las últimas horas del martes, y luego de una reunión con el Ministerio de Salud de la Nación desde la comisión interna de lxs trabajadorxs del hospital anunciaron que hubo un avance de un principio de acuerdo que incluye normalización del funcionamiento de todos los servicios del hospital, continuidad de todos los contratos y “creación de una mesa de trabajo conjunta con las autoridades para debatir los términos de la reestructuración planteada”.
Esta nota se realizó y publicó en forma conjunta con Agencia Presentes