El caso cobró gran difusión por su virulencia: adolescentes de cuarto año de una escuela de La Boca intercambiaban mensajes por chat sobre “violar” y “descuartizar” a un grupo de sus propias compañeras. Doce de ellos fueron imputados por “amenazas agravadas” y se dictó una medida perimetral para que no puedan acercarse a las víctimas.
El titular de la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil de la Ciudad de Buenos Aires, Mauro Tereszko, se presentó la escuela San Juan Evangelista para recabar datos y notificar las medidas restrictivas. Ya antes de la decisión judicial se había dispuesto que los alumnos involucrados continuaran su cursada de forma virtual.
El hecho llegó a la Justicia por tres denuncias: una de la escuela y dos de familias de las chicas amenazadas. Antes que esas denuncias se formalizaran, el caso se viralizó rápidamente en redes sociales. Porque incluso uno de los autores de los mensajes realizó publicaciones al respecto.
En el marco de la investigación se allanaron los domicilios de cuatro de los adolescentes. La carátula de la causa pasó de “amenazas” a “amenazas agravadas”. En el expediente interviene la jueza en lo penal, contravencional y de faltas porteña María Mercedes Maiorano.
Violencia de género por chat
En los chats que se convirtieron en evidencia judicial, los adolescentes hablaban de violar a una de sus compañeras “por feminazi”, a otras planteaban “llevarlas al río” para que “mueran ahogadas”. Y atarlas “con cables de auricular”. Proponían “cortarlas en fetas como si fueran jamón” y “guardar los cuerpos”, entre otras aberraciones.
En cuanto el caso cobró difusión, la escuela emitió un comunicado e informó que “se abrieron espacios de escucha y de diálogo con las y los estudiantes afectados”, con una serie de reuniones y capacitaciones. Las autoridades agregaron que el caso se presentó ante la Supervisión de Dirección General de Enseñanza Privada (DGEGP) y el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CNNyA).
En una carta a las familias, la institución además de informar sobre las medidas planteó que “como escuela salesiana, comprometidos en el cuidado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que participan de nuestra Obra, pedimos a todas las familias que conversen con sus hijos e hijas para reflexionar sobre el cuidado de la vida y el respeto de los demás. Para prevenir estas situaciones, como Comunidad Educativa Pastoral, debemos comprometernos en la promoción de valores como la solidaridad, el compañerismo y el respeto”.
Ante la consulta sobre el dictado de ESI en la escuela San Juan Evangelista, desde la institución aseguraron que “hace más de 15 años venimos dando ESI, con una mirada amplia de género, con una mirada integral y hemos realizado varios talleres preventivos de violencia de género”. Todo esto, en un contexto donde esos contenidos peligran: el presidente electo Javier Milei y quienes lo rodean se manifestaron en varias oportunidades contra la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral, y dejaron plasmada en su plataforma electoral la intención de eliminarla en todos los niveles de enseñanza.