El próximo domingo 14 de noviembre serán las elecciones generales para cargos legislativos a nivel nacional, y desde Grow las analizamos desde una perspectiva de género ¿Cómo está compuesto hoy el Congreso? ¿Qué lugar ocupan las mujeres en las próximas elecciones? ¿Y las personas de la comunidad LGBTIQ+? ¿Podemos seguir pensando en términos binarios nuestro sistema político?
Actualmente, en la cámara de diputados hay un 59% de varones y 41% de mujeres; y en el senado los varones ocupan el 60% de las bancas, y las mujeres el 40% ¿Cómo termina sucediendo esto, si Argentina cuenta con una ley que desde 2017 garantiza la paridad entre varones y mujeres en los cargos legislativos? Sucede por el fenómeno “cabeza de lista”: si en general son los varones quienes encabezan las distintas listas, proporcionalmente serán ellos quienes obtengan más bancas.
Y las próximas elecciones no son la excepción. Del total de listas que se presentan para la cámara de diputados a nivel nacional, el 64% está encabezada por varones y el 36% por mujeres; mientras que para el senado, el 66% de las listas las encabezan varones, y el 34% mujeres. Habrá que ver cuáles son las ganadoras en cada caso para ver efectivamente la distribución, pero esta disparidad da una pauta de que siguen siendo los varones quienes ocupan los principales lugares.
Ahora bien, seguimos hablando en términos binarios, y de varones y mujeres cis género, en un país que en los últimos años ha avanzado mucho en las conquistas de derechos de la comunidad LGBTIQ+ ¿Qué lugar tienen mujeres y varones trans en el sistema político argentino? ¿Qué sucede con las identidades no binarias?
En las elecciones PASO del 12 de septiembre había 5 candidatas trans a diputadas nacionales, y un candidato trans a senador suplente. De todas esas candidaturas, solo una candidata a diputada por la Provincia de Buenos Aires competirá en noviembre. Pero difícilmente logre entrar en la cámara: está en el puesto 21, cuando hay 35 bancas en juego. Por su parte, el candidato a senador por Córdoba también competirá, pero como suplente.
El 2021 fue un año en el que se promulgaron leyes importantes para promover la igualdad de oportunidades de la población trans. La ley de cupo laboral travesti trans insta a los organismos del Estado a contar con un 1% de personas trans; mientras que la ley de equidad en los medios públicos promueve su incorporación en estos espacios. En este contexto, quizás sea momento de diseñar los mecanismos necesarios para que la voz de mujeres y varones trans estén representadas también en el Congreso nacional, así como en los otros poderes del Estado.
Por otro lado, desde julio de este año, Argentina cuenta con DNI no binario: cualquier persona mayor de edad que no se identifique con el género masculino ni con el femenino, tiene derecho a contar con un DNI que así lo establezca. Ante esta conquista, cabe preguntarse, ¿cómo se adapta la ley de paridad -que plantea un armado de listas con mitad varones y mitad mujeres- a este avance de derechos? Habrá que hacer las reformas necesarias para dejar de pensar en términos binarios, sin abandonar las políticas progresivas ya vigentes.
El desafío hoy radica en avanzar en la democratización de nuestro sistema político. Ir un poco más allá de lo conquistado con la ley de paridad, para lograr una real distribución, que contenga las voces de todas las identidades.