Apenas amanecía el sábado y las calles del barrio de Almagro que rodean a la Casa Pringles ATR ya estaban colmadas de policías que tenían como objetivo desalojar el lugar donde vivían nueve mujeres con sus hijes, y funcionaba un proyecto cultural comunitario.
El operativo, desmedido como todos los que realiza últimamente el Gobierno de la Ciudad, tuvo como saldo 6 detenidos que fueron liberados esa misma noche y que llegaron al lugar para acompañar a las mujeres que sostienen el espacio hace casi dos años. Todo inexplicable. Sobre todo, porque el desalojo se provocó en medio de las negociaciones que estaban llevando las mujeres del lugar con Matías Vitale, encargado del área de Bienes de la Ciudad.
Como imagen final de esa jornada triste e inolvidable, durante la cual las mujeres resistieron ocho horas el desalojo, las integrantes del colectivo Yo No Fui, quienes vienen acompañando a las mujeres recuerdan ver a la titular del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad María Migliore tomándose una selfie a puertas del lugar, como muestra de una victoria de la política excluyente y autoritaria que vienen llevando desde hace años.
“Una misma actitud tuvo, a través del teléfono, la titular de la Dirección de la Mujer de Ciudad, Carolina Barone. Ella confirmó que quieren convertir el lugar en un hogar para mujeres, o sea, algo que ya existe”, cuenta al otro lado del teléfono, Alejandra Rodríguez, integrante del colectivo Yo No Fui.
Hoy esperan, se concrete la reunión citada para el miércoles y que fue postergada para este jueves. En ella piensan pedir que se reubique a las mujeres y niñes desalojades de la casa de calle Pringles 340 en lugares aptos para vivir.
Ratas, agua fría y nada de espacio
“Durante la madrugada nos llamó una compañera aterrada porque en su habitación había ratas de las grandes”, cuenta Alejandra. Además de separarlas, el Gobierno de la Ciudad repartió a las mujeres y sus hijes en lugares que no están acondicionados para vivir, menos con niñes.
“En la reunión queremos escuchar qué tiene pare decir el gobierno y de ahí vamos a evaluar qué hacer. Nuestro objetivo es luchar hasta último momento y con toda nuestra fuerza para que compañeras tenga su lugar para vivir y no estén en los hoteles mugrosos que las mandaron. Están sin agua caliente, con ratas, con habitaciones de un metro por un metro. Las chicas no están dispuestas a estar ahí, agrega Rodríguez.
Casa Pringles es un proyecto de vida colectivo y autogestivo. Es eso lo que lo que desarmó el Gobierno de la Ciudad con el desalojo y el intento de separar a las mujeres. “Es un proyecto de transformación, de ensayar otra forma de vivir, un proyecto de reparación de una vida de violencia, de desamparo. Y todo eso es lo que lo que se construyó en este año y medio. Ése es el capital de las chicas, de las mujeres, de les compañeres y eso lo vamos a cuidar”, afirma.
El objetivo de destrucción
La orden de desalojo que comenzó con un despliegue policial a las 7 de la mañana del sábado fue emitida por la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas 19 a cargo de Lorena San Marco, luego de una denuncia de la Dirección General de Administración de Bienes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El operativo fue una sorpresa ya que durante las últimas semanas estaban tratando de llegar a un acuerdo con Vitale, de esa misma área.
La casa pertenecía al artista argentino Eduardo Sívori quien murió en 1918 y dejó el lugar para que sea usado con fines sociales y culturales. Es lo que habían construido las mujeres durante este tiempo, luego de que el gobierno no lograra rematarla.
El argumento del gobierno de la Ciudad, que fue confirmado por la funcionaria Barone es que quieren armar un lugar institucional para cobijar mujeres y niñeces. “Es realmente un argumento inverosímil porque en principio la casa estuvo 30 años en desuso, estaba destruida por dentro y abandonada”, resalta Alejandra Rodríguez. “De hecho encontramos un montón de obras de arte que estaban ahí, todas mojadas al olvido del gobierno. Intentaron rematarla en distintas oportunidades, pero nunca lo lograron”.
De acuerdo a lo que les confirmó Carolina Barone ese mismo día, quieren hacer la extensión del Hogar Eva Perón. “Nos parece increíble porque las chicas le dijeron que ese hogar ya está funcionando, que es la casa que se está armando, la propuesta está viva. Pero ellos no querían eso, quieren hacer un hogar institucionalizado, es decir, institucionalizar algo en vez de fortalecer una experiencia que ya existe. Es increíble, es la política más antipolítica que escuché” agrega. “Tenés un grupo de mujeres autogestivas que se organizaron con sus hijes, que traen un proyecto súper interesante para la comunidad y para el barrio, pero no quieren eso”.
Alejandra Rodríguez cuenta que eran muchísimas las propuestas que se elaboraron para la casa.
“Ese mismo viernes estuvimos trabajando hasta tarde con un montón de propuestas, desde un nodo de verdura agroecológica hasta talleres para los chicos, talleres de cocina para ellas, para mejorar la alimentación. Había un montón de cosas pasando de forma positiva en la casa. Las pibas no estaban solas, nosotras como organización Yo No Fui estábamos siendo unos actores más en la construcción de esa vida comunitaria. Se respiraba un aire muy hermoso en la casa, muy afectivo, político, de lazos. De efectivamente sentir que se está construyendo algo nuevo, algo lindo. Eso es lo que el Gobierno de la Ciudad no tolera, no toleró y no va a tolerar. Sobre eso fue esta acción represiva tan desmedida”, enfatiza.
Autogestión y exclusión
El lunes el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación confirmó que se suman en el acompañamiento y el pedido para una solución habitacional de las mujeres de Casa Pringles. Sin embargo, el proyecto nació y se desarrolló siempre en forma autogestionada.
“Este proyecto es autogestivo. Se armó desde las chicas con lo poco que tenían y con el apoyo de organizaciones y personas que se acercaron a acompañar, quienes creemos en la potencialidad que tiene una experiencia de estas características, en una Ciudad donde la forma de vida es justamente todo lo contrario: vivir para uno mismo, el individualismo. Ellas venían a proponer algo totalmente revolucionario”.
Los lugares donde se llevaron a las personas que estaban en Casa Pringles son, para Alejandra una muestra de lo que busca el gobierno de la Ciudad.
“Son esos lugares donde quiere condenar el gobierno de la Ciudad, a la gente que no tiene recursos. Ésta es una Ciudad cada vez para menos gente, busca excluir corporalidades y vidas. Como la de estas pibas que vienen de situaciones de violencia, de sufrir otros desalojos, que vienen de vivir en habitaciones en las villas de las cuales se tuvieron que ir porque no podían pagarlas o porque vienen huyendo de un hombre que las golpean. Todo eso atraviesa la biografía de las pibas. Que ellas hayan podido reconstruir esto fue realmente muy reparador”, destaca.
Romper lo colectivo
“¿Cuánto le costó al gobierno de la Ciudad este operativo del sábado? Eran 9 pibas con sus hijes. ¿Tanto despliegue? ¿Cuál era el sentido de meter 300 policías para mover nueve mujeres? No se explica si no es por el efecto espectacular del hecho y hacer de eso migajas para su campaña política”, agrega.
En ese sentido, Casa Pringles ATR tuvo un buen recibimiento en el barrio. Al lugar asistían alrededor de 30 niñes para recibir apoyo escolar y participar de actividades que se proponían. “Era un espacio cultural y una muestra de arte. Las actividades culturales estaban abiertas a toda la comunidad”.
El día del desalojo los vecinos del lugar se acercaban a preguntar sin necesitaban algo, cargaban los celulares y acompañaron a las mujeres mientras resistían el desalojo.
“Nosotras estábamos trabajando de acuerdo a lo que se había acordado en esa mesa de conversación con Matías Vitale. Cómo es posible imaginar que el desalojo va a venir en el medio de una mesa de conversación y una negociación abierta. Es increíble, se llevaron todo puesto, no les importó nada”, manifestó, por último, Alejandra.
La reunión con las autoridades del Gobierno de la Ciudad está prevista para este jueves a las 12.30.