El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de Lomas de Zamora comenzó a juzgar al médico obstetra y ginecólogo Pablo Ghisoni acusado de abuso sexual agravado contra dos de sus hijos.
La prensa ni el público tuvo acceso a la audiencia que transcurrió mientras fuera funcionarias, activistas y organizaciones desarrollaban una manifestación convocada por la mamá de los chicos, Andrea Vázquez, una de las primeras madres protectoras.
“Sentimos que somos nosotros quienes estamos en el banquillo de los acusados”, dijo a Tiempo Argentino la médica Andrea Vázquez, un día antes del juicio. “El Poder Judicial nos ha dado muestras acabadas de la forma en que nos viene tratando, con mucha diferencia. Siempre nos ha sentado en el banquillo del acusado, tanto mi hijo como yo sentimos que nos vamos a defender”, agregó.
La mujer se separó en 2009 de quien entonces era su pareja luego de denunciarlo por violencia contra ella y contra sus hijos. Esa denuncia fue la primera de un largo recorrido por la justicia donde le quitaron sus hijos, la acusaron de impedimento de contacto y luego la absolvieron.
En 2012, la justicia intervino a favor del progenitor de los chicos y los obligó a convivir con él. Uno de los hijos de Andrea, relató en una entrevista para la Agencia Télam que los cuatro años que vivió con PG fueron un calvario.
“Fui al Poder Judicial buscando protección y me sentaron en el banquillo de la acusada. Primero sospecharon de mí, me maltrataron, me criticaron. Les molestaba que mi perfil como víctima no sea el de una víctima sumisa que se calle. Me sacaron mis hijos y se los entregaron a una persona que ya había demostrado acabadamente ser violento. Porque antes de entregarle el cuidado unilateral al perpetrador, el organismo de Niñez había suspendido el régimen de visita porque había escuchado a los chicos. Dijeron que estaba en peligro cierto e inminente luego del informe del Hospital Garrahan, donde habían atendido a mi hijo luego de qué lo empujó por una escalera. Ellos vieron una situación de peligro y crónica, luego todo lo que vaticinaron se cumplió”, dice Andrea.
Cuatro años después, cuando lo chicos pudieron volver con su mamá, Andrea descubrió que el acusado también abusaba sexualmente de sus hijos. Recién en 2019, Ghisoni fue procesado por estos delitos sexuales contra dos de sus hijos y la causa se elevó a juicio. En febrero de este año, la sala 3 de la Cámara de Apelación y Garantía del Departamento Judicial de Lomas de Zamora le concedió la excarcelación hasta tanto se realice el juicio que comenzó este jueves.
“Sería fundamental que lo condenen porque el Estado es responsable de los daños irreparables que nos ha ocasionado el Poder Judicial con sus omisiones y acciones. Un tribunal secuestró a mis hijos en el año 2012 y le otorgó la custodia unilateral de ellos, a quien está acusado del abuso sexual agravado y prolongado durante el tiempo en el que convivieron con él. Es responsabilidad del Estado que además haya podido utilizar el Poder Judicial a su favor para seguir dañando, incluso estando procesado y llevado a juicio, con prisión domiciliaria ha seguido haciendo daño”, finalizó Andrea.
En total fueron 40 las denuncias contra el progenitor de los hijos de Vázquez. El hombre también es médico y uno de los dueños del Sanatorio Juncal, en Lomas de Zamora. La agencia de noticias Télam consigna que a lo largo del proceso judicial hubo cinco excusaciones de fiscales porque “o bien jugaban al tenis o al golf con el acusado, o sus esposas habían sido pacientes de él” y tres fiscales se declararon incompetentes, según la información de las abogadas Florencia Piermarini y Verónica Heredia que patrocinan a Vazquez.
Fuera de tribunales
Funcionarias, activistas y organizaciones como Ni Una Menos, Yo si te creo, Marabunata, Frente Popular Darío Santillán y la Campaña contra la prescripción de los delitos de violencia sexual acompañaron a Vázquez durante el inicio del juicio.
“Estamos transitando un proceso histórico en relación a este juicio y otros que se van a empezar a desarrollar en breve que tiene que ver con la defensa de las niñeces, las adolescencias, con buscar justicia y poder lograr la sanción y el castigo para los abusadores que siempre han gozado del silencio y la impunidad”, dijo a Télam la diputada nacional Mónica Macha antes de ingresar a la primera audiencia del juicio.
“Este juicio es una esperanza para un montón de madres que vienen luchando, algunas más en soledad, otras más acompañadas”, dijo a esta agencia Silvina Silva, integrante de la Mesa Nacional contra el Abuso Sexual a las Infancias y Adolescencias.
Gisela Molina, también participante de la Mesa, agregó que “como el caso de Andrea tenemos un millón más en los que lamentablemente las niñeces vuelven con el progenitor y los jueces son patriarcales”.
Por su parte, La secretaria de Género de La Matanza, Liliana Hendel, escribió el libro Violencias de género. Las mentiras del patriarcado, donde el caso de Andrea Vázquez es uno de los capítulos, y como es testigo de la causa va a declarar la semana entrante.
“Llegar a juicio y que los abusadores estén sentados en el banquillo es un logro importantísimo. Tiene que ver con la dosis de coraje de estas mujeres, con la militancia que las acompaña y con el periodismo feminista que a pesar de las dificultades difunde estas noticias”, señaló Hendel en la puerta del tribunal.