“Hola chicos, cómo están. Si alguno sabe dónde está Ana, porfa me manda un mensaje porque acaba de caer la mamá y diciendo que Ana no vuelve desde el mediodía”. La voz de una de las adolescentes alumnas de la escuela Normal Antonio Mentruyt (ENAM) de Banfield, Lomas de Zamora, suena angustiada. Apenas se había enterado de la desaparición de su compañera, Anahí Benítez, que seis después apareció asesinada.
Fueron días de tristeza, pero también de lucha para los chicos de la ENAM quienes se armaron de valentía y salieron a buscar a su compañera primero y luego a pedir justicia por ella. Todo eso está registrado en el documental Algo se enciende, dirigido por Luciana Gentinetta, exalumna de esa misma escuela quien llevó adelante el largometraje junto a un equipo técnico donde también hay egresados de esa institución.
“En julio de 2017, cuando sucedió estoy yo llevada dos años de egresada por lo que tenía mucha cercanía con los amigos de Anahí. Además de que tenía una participación bastante activa como egresada”, cuenta la directora a Tiempo Argentino.
La película muestra un lado poco explorado en la problemática de violencia de género extremo cuando se trata de niñas y adolescentes porque reconstruye lo que sucede con sus compañeros de escuela. Con ese banco vacío, con esa ausencia en los recreos y con esa cruda información de una compañera violentada. A pesar de ese dolor, Algo se enciende rescata el ímpetu adolescente que aparece en esos días posteriores a la desaparición de Anahí y que los ayudan a sobrellevar el terrible acontecimiento.
Gentinetta tenía un registro de esos momentos y notó que entre los chicos sucedían cosas muy importantes. “Tenía que hacerse algo con ese material para que sirviera para la comunidad educativa, para que todo lo que habíamos vivido no quedara como un relato de la nada”, relata la directora. “El trabajo está enmarcado en un proceso de la comunidad educativa, en el que los chicos estaban empezando a hacer intervenciones artísticas en espacios públicas para reclamar justicia por Anahí. Ellos lo deciden así y lo empiezan a motorizar así porque las movilizaciones los estaban desgastando mucho. En medio del duelo, a los chicos adolescentes los estaban partiendo al medio, no podían sostener las movilizaciones y ellos mismos deciden rescatar a Anahí como artista”.
“Tuvimos que hacernos adultos de un día para el otro y marchar por lo que queríamos”, dice una de las adolescentes que salieron a buscar y a pedir justicia por Anahí. “Trabajamos para encontrar una línea de la película para que las cosas más fuertes que aparecen no se volvieran un golpe bajo morboso. Sabíamos que el camino oscilaba por lugares muy oscuros, muy tristes. Mi premisa era que cuando lleguemos a ese punto tratemos de tomar otros caminos y tomamos ahí la pulsión de vida de sus amigos”, explicó a Tiempo la directora. “Esta línea entre lo difícil y lo emocionante se traza a través de los relatos buscando contar las cosas desde un lado emotivo que a veces puede ser difícil pero también la vuelta está en que ellos reconectan como comunidad, se apoyan entre sí”.
La escuela en el documental es el espacio de contención, de encuentro y de consuelo para los chicos. “No nos encontramos con estas situaciones cuando hablamos de femicidios pero algo hay que hacer porque estos chicos tienen una vida por delante. Y ellos tienen que poder encontrar qué hacer para desahogarse, para reclamar”.
La directora resalta el rol de la escuela en esta situación puntual que afecta a los chicos y a toda la comunidad educativa. “Es un gran vacío. En esos días, recuerdo que algunas amigas me contaban que sus hermanos no querían ir a clases porque era una ausencia era tremenda. Nuestra escuela tiene una especie de flashback con eso que las desapariciones. En otro contexto, durante la dictadura militar hubo una división entera que desapareció. En ese sentido, la representación del espacio nos servía mucho para traer esa situación, que la escuela tan grande de repente quedaba vacía”.
Para Gentinetta, el gran orgullo es que se trata de un film que no tiene golpes bajos, que no se ocupa de lo policial ni de lo judicial y que se enfoca en lo humano. En esa construcción colectiva y amorosa con la que se sale a pedir justicia. Uno de los recuerdos más fuertes en los chicos pero también en la directora del documental es el momento en que se realiza la multitudinaria manifestación ante el Congreso. “Esa dimensión de lo que estaba pasando se logró porque los chicos entienden muy bien cómo accionar en una organización estudiantil y eso es algo que se aprende en nuestra escuela porque tiene una larga tradición de organización estudiantil. Si esa educación ciudadana o crítica que vivimos en la escuela no existiera los chicos no podrían haber accionado tan rápido. Fue entender que las marchas contra los femicidios y contra la violencia de género son para nuestra sociedad, un duelo a cielo abierto. Cuando llegamos de Plaza de Mayo a Congreso, de repente era como si llegáramos a otra movilización donde había cuadras de gente. Ellos lograron llevarlo adelante por esta capacidad militante que tienen, aunque sean tan chicos. Eso es lo que me emociona”.
Algo se enciende está en cartel jueves y viernes a las 20 sábado y domingo a las 17 y a las 19 en el Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551. Además, este viernes y sábado cuando también se estrene en San Martín de los Andes. En el instagram de la película se pueden seguir las novedades de las proyecciones.