Las mujeres y niñas afganas sufrieron un «deterioro diario y continuo» de su situación en el primer año de gobierno talibán en Afganistán, que supuso la eliminación de «décadas de progreso» en igualdad de género en el país, denunció este lunes Naciones Unidas. «Esto ha abarcado todos los aspectos de sus derechos humanos, desde el nivel de vida hasta el estatus social y político. Ha sido un año de creciente falta de respeto por su derecho a vivir una vida libre e igualitaria, al negarles la oportunidad de ganarse la vida, el acceso a la atención médica y la educación y a escapar de situaciones de violencia», señaló en un comunicado ONU Mujeres, que es una de las entidades humanitarias presentes en el país.
Según la nota, las políticas de desigualdad «meticulosamente elaboradas por los talibanes» distinguen al país a nivel internacional, siendo el único del mundo en el que las niñas tienen prohibido ir a la escuela secundaria. Además, destaca que no hay mujeres en el gobierno talibán -ni siquiera en el Ministerio de Asuntos de la Mujer- y que la mayoría tiene también restricciones para trabajar fuera del hogar. Las mujeres deben, asimismo, usar el velo integral en público, tener un acompañante masculino al viajar y continúan siendo objeto de «múltiples formas de violencia de género».
Esta exclusión y discriminación deliberadas representan, según ONU Mujeres, «un terrible acto de autosabotaje» para un país que enfrenta una grave crisis humanitaria, con unos 25 millones de afganos en la pobreza, muchos de los cuales pasan hambre. «Sin la plena participación de las mujeres y las niñas en todos los aspectos de la vida pública, hay pocas posibilidades de lograr una paz, una estabilidad y un desarrollo económico duraderos», subrayaron.
A un año de la vuelta al poder de los islamistas, la entidad instó a las autoridades de facto a abrir escuelas para todas las niñas, eliminar las restricciones al empleo de las mujeres y su participación en la política y poner fin a la violencia de género, además de revocar todas las decisiones y políticas que despojan a las mujeres de sus derechos. «Debemos continuar haciendo un llamado colectivo y continuo a los líderes talibanes para que cumplan plenamente con las obligaciones vinculantes en virtud de los tratados internacionales de los que Afganistán es parte y debemos continuar alzando las voces de las mujeres y niñas afganas que luchan todos los días por su derecho a vivir una vida libre e igualitaria. Su lucha es nuestra lucha», concluyó la agencia de Naciones Unidas y sentenció: «Lo que les suceda a las mujeres y niñas en Afganistán es nuestra responsabilidad global».
El 15 de agosto de 2021 los talibanes capturaron Kabul, tras una campaña en la que reconquistaron gran parte del territorio de forma rápida ante el retiro de las fuerzas de EEUU y sus aliados, y que les permitió volver a controlar las riendas del país que habían gobernado entre 1996 y 2001. La nueva situación inició una acelerada evacuación de civiles y fuerzas militares extranjeras, como también de miles de afganos y afganas. Pese a afirmar en un principio que iban a abandonar sus métodos represivos y respetar los derechos de las mujeres, los talibanes compusieron su nuevo gobierno con figuras de la línea más dura del movimiento y reinstauraron el Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, encargado de imponer su interpretación ortodoxa de la ley islámica.