El equipo de la Defensoría LGBT que asesora a turistas LGBT+ para que puedan acceder a su derecho al matrimonio igualitario recibió 70 consultas de personas extranjeras desde fines del 2021 hasta esta semana, luego de la imposibilidad de viajar durante un año y medio producto de la pandemia.
“Desde que finalizó lo que fue la cuarentena o las restricciones en términos del turismo, que fue más o menos en septiembre, octubre del año pasado, obviamente hubo varias personas que empezaron a contactarse. Entre fines del 2021 y ahora, registramos aproximadamente unas 70 consultas en relación a matrimonios de turistas, de las cuales ya vinieron a casarse alrededor de la mitad”, contó a Télam Maribe Sgariglia, integrante de la Federación Argentina LGBT y la Defensoría LGBT.
La cifra aún no alcanza los valores previos a la pandemia, pero comenzó a reactivarse. “En el año justo anterior a la cuarentena, el 2019, recibimos 145 casos de personas que querían venir a casarse. Pensamos que quizás iba a haber mucha gente que se iba a venir a casar, pero claramente me parece que todavía la pandemia afecta un poco el tema del turismo, y quizás las economías de las personas se vieron afectadas también”, agregó Sgariglia.
Las personas que viajan a la Argentina “principalmente son de países de Latinoamérica y de Centroamérica”, indicó. “Muchas personas de Perú, Paraguay, El Salvador, Panamá. También han venido de otros países como Turquía, o de Rusia, desde donde han venido muchas personas”, dijo Sgariglia.
Las historias
Jorge Mena y George Muñoz son dos jóvenes dominicanos, de 32 y 27 años, que viajaron a la Argentina en junio de 2019 para casarse, luego de dos años y medio de estar en pareja.
“Habíamos tomado la decisión de casarnos para que George pudiera darme la residencia aquí en Estados Unidos, donde él vivía en se momento. Obviamente en República Dominicana no podíamos casarnos porque es ilegal, y yo no podía ir a los Estados Unidos porque no contaba con el visado correspondiente”, dijo Mena a Télam.
“La Ley de Matrimonio Igualitario de Argentina impactó en gran medida en nuestra vida, puesto que producto de habernos casado allá, hoy en día pude venir a los Estados Unidos con mi esposo. Estamos viviendo aquí hace más o menos un año y medio. Todo está bien, gracias a Dios. Continuamos juntos, que era básicamente lo que nosotros queríamos”, sostuvo.
“No podíamos creer que éramos libres”
Anastasia y Anna son una pareja de mujeres rusas que llegó a la Argentina en enero de este año para pedir asilo por pertenecer al colectivo LGBT+, perseguido en su país que, al igual que John y Richard, provenientes de Jamaica, hace pocos meses lograron casarse bajo la Ley de Matrimonio Igualitario, que garantiza este derecho desde hace 12 años en el país y también a extranjeros.
“Cuando en enero nuestro avión llegó a la Argentina, Anna y yo comenzamos a llorar. No podíamos creer que éramos libres”, dijo a Télam Anastasia.
Anna (33) y Anastasia (44) llevan el mismo apellido, Domini, para hacerse pasar por hermanas en su país natal. “Nos conocimos en 2009, cuando yo era una activista LGBT y abogada de la organización LGBT ‘Krug Karelia’ -que ya no existe- en mi oficina a partir de un evento donde miramos y debatimos la película Rainbow families”, contó Anastasia.
En marzo del año siguiente formaron pareja y en 2016 tuvieron su primer par de hijos mellizos, Mikhail y Aksinia, y en 2019 nacieron sus hijas menores, Agata y Uma.
“En ese entonces, la situación LGBT+ en Rusia se volvió más difícil. Desde el 2013, cuando el gobierno aceptó la ley que prohíbe la propaganda LGTB, en efecto significaba que nos teníamos que olvidar de decirle a nuestros hijos que éramos una familia. Conocimos casos donde los chicos fueron tomados de familias LGBT+ y puestos en custodia. Comenzamos a tener miedo, y el miedo aumentó día a día”, explicó Anastasia.
La última situación crítica que vivieron fue en 2021, cuando la policía visitó su casa para preguntarle a Anastasia con quién vivía y quién criaba a sus hijas menores. “Cuatro meses después de esto, vendimos nuestro departamento, todas nuestras cosas, renunciamos al trabajo y nos fuimos de Rusia”, contó.
En enero de este año llegaron a la Argentina y el 11 de marzo se casaron. “Fue el casamiento que soñamos. Nuestros amigos rusos y argentinos, hermosos vestidos, todos felices”, dijo Anastasia.
Luego de la celebración, pidieron asilo en el país: “Sabemos que la gente en Rusia que nos conoce saben que dejamos el país por ser una familia lesbiana, y nuestros amigos nos dicen que es mejor para nosotras no volver. Igualmente, no queremos hacerlo”.
Garantizar derechos
Desde enero de 2010 hasta junio de 2020, 43 personas obtuvieron efectivamente la protección del Estado argentino en calidad de refugiados, según los últimos datos de la Comisión Nacional de Refugiados (Conare).
“En general vienen a solicitar refugio, y al estar acá se enteran que se pueden casar y muchos deciden hacerlo, sabiendo que pueden acceder a ese derecho en este país”, explicó a Télam Maribe Sgariglia, integrante de la Federación Argentina LGBT y la Defensoría LGBT, perteneciente a la Defensoría del Pueblo porteña.
Según la última actualización del Informe de “Homofobia de Estado”, de ILGA World, de diciembre de 2020, 67 Estados Miembros de Naciones Unidas presentan disposiciones que penalizan los actos sexuales consensuales entre personas adultas del mismo sexo.
Seis de ellos lo hacen con la pena de muerte (Arabia Saudita, Brunei, Irán, Mauritania, Nigeria (en doce Estados del norte del país) y Yemen, y en otros cinco “ciertas fuentes indican que podría potencialmente imponerse la pena de muerte”: Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Qatar y Somalia.
También, según indica el informe, hay al menos 42 Estados Miembros de Naciones Unidas con restricciones jurídicas a la libertad de expresión en cuestiones vinculadas con la diversidad sexual y de género.
“Convocamos a defender los derechos conquistados”
La organización 100% Diversidad y Derechos destacó que “tiene un efecto simbólico fundamental en la lucha contra la discriminación y la violencia por orientación sexual e identidad de género” y “un valor intangible”.
En un comunicado, la organización expresó que “además del reconocimiento de derechos, que históricamente fueron negados a las parejas conformadas por personas del mismo sexo y sus familias, la sanción de esta ley tiene un efecto simbólico fundamental en la lucha contra la discriminación y la violencia por orientación sexual e identidad de género. Un valor intangible, que los proyectos de vida común de lesbianas, gays, bisexuales y trans son tan dignos como cualquier otro, que merecen la misma valoración social y protección legal”.
La organización destacó los avances luego de la sanción. “Con la Ley de matrimonio igualitario abrimos una gran compuerta para el debate, la movilización y la construcción de consensos sociales y políticos que posteriormente permitieron el reconocimiento de más y mejores derechos: la identidad de género, el reconocimiento igualitario de las hijas e hijos de familias comaternales, el nuevo Código Civil y Comercial, la interrupción voluntaria del embarazo, el cupo laboral para personas travestis y trans, el reconocimiento de las identidades por fuera de la norma binaria de género, etc.”.
Por último, desde 100% Diversidad y Derechos llamaron “a todos los sectores sociales y políticos a defender los derechos conquistados, a frenar la reacción conservadora ratificando el compromiso con los derechos humanos de las personas LGBTINB+, y de todas las personas”.