La ansiedad de la multitud reunida en el estadio Diego Armando Maradona era cada vez mayor. Inquietos, durante la espera los presentes sabíamos que estamos viviendo la introducción al éxtasis de una noche especial para la música popular argentina. Por fin, al apagarse las luces del estadio, la niebla blanca cubrió el escenario, entre la tensión generada por un juego de luces y sombras. Con la banda ya ubicada en sus puestos, la pantalla se abrió en dos y allí, parado ante la ovación de la multitud, entró el anfitrión de la noche. Wos, el artista veinteañero que vive su consagración, estalló de energía al compás del riff de “Buitres”, que sonó como una advertencia autorreferencial: “ahora que todos nos ven, hacen sus apuestas”.
Y claro que se los ve: en el segundo show que el rapero dio este sábado 29 de octubre en el estadio de Argentinos Juniors (el primero fue el viernes 28), Wos y los músicos de su banda (Tomás Sainzen, Natasha Iurcovich, Fran Azorai y Facundo “Evaly” Yalve) mostraron una precisión y versatilidad propias de aquellos que tienen “mil maneras de avivar el fuego”, y que todas esas formas cautivan. Como si eso fuera poco, la saga de recitales contó con la presencia de invitados como Nicki Nicole (sólo el viernes), Ricardo Mollo, Ca7riel y Acru, entre otros.
Enseguida, a la riffera “Luz delito” le siguió la balada hipermoderna “Pared de cristal”, cuya bajada de dinámica no sólo ayudó a reservar energía para un concierto que duró más de dos horas, sino que además sosegó la euforia, permitiendo apreciar cada detalle de una gran puesta en escena, a la que se sumó una parrilla de luces ubicada en el centro del escenario, que desde diferentes posiciones generó climas para acompañar las rimas del freestyler. Para “Puaj” y “Fresco” se sumaron al grupo un trío de vientos, que reforzaron la energía funk de la noche. Wos demostró en cada canción que sabe muy bien cómo ser un verdadero maestro de ceremonias, deslizándose por el escenario con confianz,a compromiso, y alma.
La velada continuó con un segmento especial, en el que un trío de cuerdas y la guitarra acústica de Manuel Oliva, hermano del rapero, dieron un nuevo vuelo a la banda en las emocionantes interpretaciones de “Mirá mamá” y “Algo del vacío”. La sección tuvo un cierre íntimo, con Wos y Evlay solos en medio de una pasarela, interpretando “Arrancármelo” junto a las más de veinte mil personas que coreaban desde todos los sectores del estadio.
El clima cambió una vez más y el escenario se iluminó completamente de blanco para ver una “batalla” entre Wos, quien mostró sus habilidades como beatboxer, y Tomás Sainzen, quien respondió desde la batería acústica. Con un concepto ya planteado, los artistas se arengaron mutuamente mostrando lo mejor de cada uno, y Wos invitó al escenario a Zone para oficiar como DJ, en lo que se convertirá en un homenaje al freestyle, junto a Acru y Klan. El encuentro de raperos dejó en evidencia la marca de una generación de artistas que tiene mucho para decir, y tuvo su punto álgido con la interpretación freestyler de “Animal” que Wos interpretó junto a Acru.
Lo que siguió fue un momento adrenalínico con “Canguro” y “Que se mejoren”. Este último tema tuvo una dedicatoria especial, después de que Wos advertiera que uno de los presentes había sufrido un desmayo: “Cuídense, dénse amor, ventílense entre ustedes… Y esta canción se la dedico a los mezquinos de corazón”. Las palabras dieron inicio al furioso funk rockero y su crítica a la industria de la música.
De la mano de “Mugre” el show se abrió a una instancia más espacial, pero igual de poderosa, junto al coro gospel Afro Sound. La parrilla de luces móvil se transformó entonces en una plataforma para sostener y elevar a Wos, quien “licuando el status quo”, se permitió mostrar una vez más su “flow demasiado argentino”, en una seguidilla de temas que combinan rítmicas propias de la música autóctona de nuestro país. Es así como pasaronn “Gato negro” y “Culpa”, este último con la aparición sorpresiva de Ricardo Mollo, quien además de poner voz en la segunda parte del tema, regaló a la audiencia un solo de guitarra explosivo, que dejó boquiabiertos hasta a los más rockeros.
En un show único, Wos mantuvo una energía muy alta, constante y con total naturalidad. Y cuando la noche parecía estar llegando a un final, “el mono más rabioso de todo el safari” (como dice una parte de “Terraza”) desplegó una serie de hits entre los que incluyó ese tema y “Melón vino”. Como una última descarga eléctrica, se subió al escenario Ca7riel con toda su locura e histrionismo, para interpretar “Niño gordo flaco” en una versión que incluyó, además de su inconfundible esencia vocal, otro solo de guitarra 100% rock, que contrastó de maravilla con el sonido pop del tema. Para cerrar, Wos tuvo un especial agradecimiento para el público y todos los que participaron en el segundo encuentro del estadio Diego Armando Maradona. En el sonaron las notas de “Púrpura”, una invitación a bailar junto a un artista que definitivamente ya encontró su lugar en el mapa de la música popular argentina.