La espera terminó hace unos pocos días. Netflix lanzó Black Mirror: Bandersnatch, el primer episodio interactivo de la serie y uno de los primeros de la historia del cine y la televisión. Al estilo de aquellos libros titulados «Elige tu propia aventura», el capítulo tiene opciones binarias a elegir por el espectador (no en todos los dispositivos en los que habitualmente se puede ver la serie), en determinados momentos que pueden llevar a distintos finales. Así, la extensión original de poco más de hora y media puede ser llevada –explorando los distintos caminos– a una emisión de hasta más de cinco horas. La historia es sencilla: el derrotero final de Bandersnatch (y su héroe creador, Fionn Whitehead), un videojuego de los años ’80 que nunca llegó al mercado.

La novedad en manos de la plataforma streaming más popular del planeta y bajo el título de una de las series más inquietantes de todos los tiempos despertó expectativas acordes: casi literalmente el mundo consumidor promedio de audiovisuales esperaba que la serie hiciera volar cabezas, como suele decirse. Nada de eso ocurrió. Y pese a que la decepción no llegó a consumarse, el gusto a poco ganó los paladares de espectadores de diversos géneros, que hicieron saber de su tenue o nulo entusiasmo (cuando no cierta decepción) a través de las redes sociales. Hasta en los ránkings que se confeccionan sobre capítulos de Black Mirror en sitios de fans y especialistas, Bandersnatch figura de la mitad para abajo.


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Cuenta el mito urbano que a Charlie Brooker se le ocurrió escribir Black Mirror cuando tuvo su primera experiencia con Siri, el asistente virtual que iPhone estrenó en 2011. Más allá del mito, la serie que toma su título de cómo queda la pantalla de «cualquier televisor, LCD, iPhone, iPad que cuando se apaga parece un espejo negro» –según palabras de su creador–, esta vez estuvo lejos de provocar esa sensación «de algo frío y horrible» que se produce en el momento en el que el usuario ve su imagen reflejada en la pantalla a oscuras. No por las fantasías poco agradables que pueda despertar Bandersnatch, sino porque guardan poca relación con esa idea primigenia de relacionar las nuevas tecnologías proliferadas a partir de los teléfonos inteligentes con una distopía inminente.

Es lo primero que suena extraño en Bandersnatch y también lo que despierta los primeros alertas. Luego, las opciones. Poco después de la segunda elección, el final comienza a tornarse previsible. A continuación, la idea de la matrix, difundida sobremanera en los ’90 por la película homónima. Netflix se permite la gracia: «Estoy siendo controlado por algo llamado Netflix», dice en un momento el protagonista. La idea de que la vida que se vive es producto del pensamiento o el arbitrio lúdico de algún ente de variado tipo, tiene antecedentes en Platón y su Mito de la caverna, pasando por Rayuela de Cortázar, casi una precuela de Elige tu propia aventura. Cierto que millennials y centennials no tienen por qué saber de historia para arrojarse sobre la serie, pero lo mismo vale, aunque en sentido contrario, para quienes ya pasaron por alguna de todas las experiencias anteriores.


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Por último, la factura de producción. Se suele asociar a los ’80 con una imagen oscura, en algunos casos sucia, casi siempre opaca. La memoria de quien pasó por aquellos años indica que lo que era algo casi propio de lo analógico en comparación con lo digital, no siempre las producciones actuales lo consiguen (acaso Stranger Things sea el que más se acerca). Sin embargo en Bandersnatch se ve algo lindante con el descuido y la desprolijidad, como si el apuro por lanzar la serie a tiempo finalmente les hubiera ganado.

Por lo demás, también al estilo de los falsos documentales Netflix se ocupó de crear sitios falsos sobre el juego y de otros videojuegos de la ficticia empresa como para que sean visitados y hasta experimentados (jugando con pocas opciones). Todas cosas que ya fascinaron a los nacidos y criados en el mundo analógico, a las que sin dudas la era digital potenciará de forma novedosa, aunque Bandersnatch no haya estado a la altura. «

Bandersnatch

De Charlie Brooker. Dirección:
David Slade.
Con: Fionn Whitehead,
Alice Lowe, Colin Ritman.