Todo actor –se supone– sueña con un papel perfecto. Aquel que le permita contar una historia inolvidable y desplegar todos sus recursos expresivos. Pero la vida real suele transcurrir más allá de las grandilocuencias y encontrar su cauce bajo parámetros más pedestres. Daniel Hendler ya cuenta con más de 25 años de carrera y a la hora de involucrarse en un nuevo proyecto suele priorizar dos aspectos: el equipo creativo y el clima de trabajo. Con esas premisas se sumó a Virus 32, la película de terror del director Gustavo Hernández y el guionista Juma Fodde. Cuando ambos creadores uruguayos –al igual que Hendler– le propusieron un papel clave en esta película de zombis el sí fue rotundo: el actor también se había encontrado con una historia que permite diversas lecturas.

“Filmamos en plena pandemia, lo que en definitiva le terminó dando al relato cierto ida y vuelta intrínseco con la realidad. Al mismo tiempo, la película plantea una disyuntiva: ¿la salida es individual o colectiva? Creo que ese es un eje que quedó muy claro para toda la humanidad. El trabajo fue arduo y bastante distinto a todas mis filmaciones previas. Y eso está buenísimo porque te obliga a buscar dentro tuyo otras herramientas, otras formas de resolver”, puntualiza Hendler.

El film de director Gustavo Hernández narra como una madre y una hija luchan por sobrevivir mientras un virus se propaga en forma exponencial por las calles de Montevideo y desata una masacre. Los infectados se convierten a los 32 segundos en rabiosos cazadores que únicamente calman su fiebre matando a los que aún no están enfermos. Para salvar sus vidas, los protagonistas de esta historia se encerrarán en un club con más de 100 años de antigüedad, ubicado en el puerto de la capital uruguaya.

Hendler destaca los valores de la película más allá de lo lineal: “Estos muertos vivientes no dan posibilidad alguna de diálogo o de entendimiento. Y muchas veces quien está cooptado por un discurso mediático o político determinado es similar. Esta es una película que abre preguntas”.

El actor confiesa que no es un amante de los géneros por sí mismos porque –en principio– los considera fórmulas que renuncian a posibilidades artísticas más diversas. “Pero incluso dentro de los formatos de género más tradicionales puede haber una mirada personal y distinta que abre puertas. Ese es el caso de “Virus 32”. Se trata de una película que dispara múltiples reflexiones. Al menos a mí me pasó eso. Estos zombis tienen un verosímil interesante y permiten imaginar la violencia como recurso válido porque la vida de estas personas muertas vivas no vale tanto. Entonces, la historia juega también con el morbo y la atracción a la violencia como algo catártico, algo que parece una fantasía recurrente e intrínseca del ser humano. La película es una montaña rusa de principio a fin. Seguro que a los amantes del vértigo les va a encantar. Pero al mismo tiempo permite otras lecturas, depende de cada uno”.

Hendler, además de este estreno, está ocupado con diferentes proyectos.  El miércoles 27 en el Teatro Picadero (Pasaje Discépolo 1857) se volverá a presentar junto a Leo Maslíah con la obra Influencers, un proyecto que lo entusiasma. “Habla de la pandemia, de las inteligencias artificiales, de la cultura de la meritocracia y lo aspiracional. La escribimos por mail durante la etapa más dura del aislamiento, como para aprovechar ese tiempo en el que no había mucho por hacer. Tuve la suerte de poder hacerlo”.

Durante ese tiempo, Hendler también se puso a trabajar en Adelfa, una obra escrita por Florencia Aroldi en la tomó el rol de director. Se estrenó el mes pasado en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960), los sábados a las 22. “Me gusta ese desafío también y me tiene entusiasmado. Además en el Bafici se va a ver el trabajo que hice en Pequeña flor una película de Santiago Mitre, y en El sistema K.E.O.P.S., de Nicolás Goldbart”.

A Hendler le preocupa la situación de la cultura tanto en el Uruguay como en la Argentina. No sólo porque es un sector que genera trabajo y le da lugar a nuestras culturas en tiempos de una globalización feroz: “Creo que sólo la cultura ofrece ese aire necesario para ver las cosas desde otros lugares. Salirnos de las disyuntivas diarias o del binomio del bien y el mal, para aportar otras capas de miradas a la realidad. La cultura es como un parque que oxigena la comunicación de ideas cuando se pone difícil.” «

Virus: 32

Dirección: Gustavo Hernández. Guión: Juma Fodde. Protagonistas: Paula Silva y Daniel Hendler. En cines.