El chileno Víctor Jara, uno de los cantautores más combativos de los años setenta, fue asesinado cinco días después del golpe de estado de 1973 percutido en Chile. Fue concretamente el 16 de septiembre, cuando terminaron con su vida a los 41 años en los camarines del Estadio de Fútbol Nacional de Chile. Jara fue un músico y letrista chileno muy cercano al gobierno de Salvador Allende, y para celebrar a ese gobierno compuso canciones sumamente emblemáticas como “Manifiesto”, donde expresaba su ideología fuerte a las ideas de izquierda de la época.

Su lírica supo decir en ese contexto: “Mi canto es de los andamios, para alcanzar las estrellas, que el canto tiene sentido cuando palpita en las venas del que morirá cantando. Las verdades verdaderas”. Tales palabras fueron una premonición porque pocas semanas más tarde después de grabar tales palabras, su cercanía al gobierno popular presidido por Salvador Allende le costó su vida. Fue así que el 12 de septiembre de 1973, un día más tarde del golpe sangriento que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende, Víctor Jara fue detenido y llevado contra su voluntad al Estadio Nacional de Chile, donde fue ampliamente torturado y posteriormente asesinado.

 El chileno fue una de las voces más celebradas de este lado de la cordillera que generó múltiples adhesiones en docenas de cantantes argentinos como Víctor Heredia. “Víctor Jara fue una de las voces más valientes de la generación de cantautores de la década del sesenta. Cuando me preguntan a quienes rescato de aquellos años siempre lo menciono porque de alguna forma sigue estando en mi manera de decir y de cantar realidades. Para nosotros, los que empezábamos en la década del sesenta, de alguna manera fue como un faro en todo sentido. Hoy lo sigo recordando porque fue un gran cambio para mi manera de ser y de componer”, sostuvo Heredia consultado por Tiempo Argentino.

Para otro de los artistas célebres de la cultura popular ligada a la poesía como Fernando Noy, Jara también significó una figura relevante de aquellos años difíciles. “La música de protesta fue más que importante en los años sesenta y setenta, pero lo de Víctor Jara fue superior. La manera directa pero sutil que tenía para decir sus cantares fueron sublimes y por algo permanecieron en el tiempo. Su muerte fue terrible, pero siento que los pueblos de Latinoamérica supimos apreciar su arte para hoy tenerlo muy en lo alto. Canciones como “Te recuerdo Amanda”, fueron muy importantes para varias generaciones. Fue algo muy escuchado en el exilio por muchos de los que nos tuvimos que ir de alguna parte del mundo”.

Víctor Jara nació el 28 de septiembre de 1932 en el sur de Chile. Era hijo de Manuel Jara, un campesino trabajador de sol a sol y de una cantora de rango popular conocida como Amanda Martínez, de quien sacó la pasión por el canto, las letras y la guitarra, algo que abrazó en la adolescencia y de lo que no volvió a despegarse jamás. Fue en esa época que ingresó al coro de la Universidad de Chile, fue concretamente en 1953, donde su pasión fue afianzándose más y más con el paso de los calendarios. Sin embargo, su pasión por el arte vino por el lado de una manifestación como el teatro, algo que supo estudiar y resalta entre 1959 y 1961 como un alumno destacado.

La trascendía de Víctor Jara fue de carácter continental y como tal generó influencia no sólo en países limítrofes, sino también en espacios donde la resistencia de izquierda siempre estuvo alerta. Así lo recordaba en declaraciones a la prensa el cubano Silvio Rodríguez: “Pude conocer a Víctor en Chile, aunque antes pude tener contacto con él en Cuba. Lo que más recuerdo de él es que en 1972 estuvimos juntos en su país y tuvimos mucho tiempo para conversar, para hacernos amigos. Conversar con él era muy grato porque su personalidad era muy cálida, más allá del valor de sus ideas. Sin embargo, era una persona muy polémica, pero su personalidad era muy valedera, muy generosa, amistosa y de camaradería. Siempre lo recuerdo como un compañero con el que todo podía ser muy grato compartir momentos”.

Más allá de su terrible tortura y asesinato , la memoria del pueblo chileno (y del latinoamericano de la misma forma), no supo olvidar su arte, pero también exigió un pedido de justicia. Tal exigencia desencadenó un juicio que a cincuenta años de su cruel y cobarde ejecución se llevó a cabo en los tribunales del país trasandino. Así, el 28 de agosto de 2023, seis ex militares fueron condenados por el crimen del músico trovador de los setentas, pero un día después del fallo sucedió lo que nadie esperaba. La policía se presentó con una orden jurídica de detención en la casa de Hernán Chacón Soto, un ex brigadier condenado por el crimen de Víctor Jara. Lo que sucedió más tarde colmó todos los diarios, revistas y sitios de internet de Chile y de varias naciones, ya que el ex militar de 86 años antes de ser detenido pidió permiso para retirarse y tomar ciertas pertenencias, para acto seguido matarse de un tiro en la cabeza con su arma reglamentaria.

Por esa acción, el actual presidente de Chile Gabriel Boric lo consideró un verdadero cobarde, situación que desató un verdadero impacto en las noticias de Chile a raíz de las consideraciones populares despertadas.  “Fue un músico increíble y a la vez un símbolo de lo que un artista comprometido puede construir en términos de cultura. Fue un trabajador incansable y que creía en sus ideas. Su compromiso artístico, político y cultural fue parte de lo que dejó como marca”, acota también en relación a su aniversario de partida la cantante Julieta Laso.

Durante su vida, Víctor Jara generó grandes éxitos como “El derecho de vivir en paz” y “Te recuerdo Amanda”, este último lo catapultó de manera popular sobre las masas para ser posteriormente considerado un símbolo de la Nueva Canción Chilena de los años sesenta e inclusive de la década posterior. Hoy, a cincuenta años de su desaparición física, su música, impronta y relevancia siguen teniendo influencia en la opinión pública.