Canciones que se fueron sucediendo en pandemia y que en el andar se convirtieron en un disco que no casualmente se llama Canciones que nadie va a escuchar, que es debut, pero también una especie de tránsito, una bisagra entre dos tiempos en la vida de Vicky Soulé a los que la pandemia ayudó a concretar. “Fue un quiero aprovechar este tiempo de parate del mundo para grabar algunos temas con tranquilidad, de la mejor forma posible”, cuenta sobre el reciente lanzamiento en plataformas. “Y me sentí acompañada por una súper banda y en un momento nos dijimos: ¿y si hacemos un disco? Y de ahí un poco el título: siempre pienso que es como una declaración de artista independiente; bueno, tengo un alcance que no es masivo -aunque obviamente deseando que sean más-, pero vamos a hacer que esas canciones existan porque hay una necesidad de expresión”.
El envión llevó a componer 15 canciones totalmente nuevas, de las que finalmente quedaron 10. “Fue muy difícil seleccionarlas, más cuando las escribís vos: siempre te sentís conectada, son todas lindas -ríe-. En un principio parecía complicado lograr que se cerrará la idea, que quedara como un producto terminado (aunque no me gusta hablar de producto), pero que los temas tienen que tener como un sentido, un principio y un final.” Las dudas más grandes aparecieron con “Caer” y “Canción de YouTube”, pero Vicky Soulé fue “tozuda” con ellos: “Escucho mucho la opinión de la banda, porque lo que yo escucho no quiere decir que lo escuchen todos, así que siempre lo tengo muy en cuenta. La impresión era que no tenían tanto aguante. Pero creo que esos dos son muy importantes, en especial a ‘Caer’ la defendí a muerte. Terminado el disco recibo de ese tema un feedback muy bueno, y ‘Canción de YouTube’ también es de las que más gusta, y en un principio parecía complicado con esa canción conseguir algo cerrado, que quedara la idea. Estoy un poco feliz de haber sido cabeza dura.”
“El primer tema -‘Me voy tranquila’- creo que te cuenta hacia dónde va la historia. Es un poco mi viaje. Yo soy viajera, hago música, grabé en Italia –donde se encuentra ahora–, soy aventurera, me moví de Argentina para trabajar, para tocar siempre con la música en la mochila y tratando de ganarme la vida. Y tengo mucha nostalgia debido a eso. Porque yo quiero estar realmente en mi tierra, con mi gente; permanentemente la extraño. Pero me fui cargando está mochila de buenos sentimientos, esa nostalgia me la fui amigando y estas canciones son una forma de catarsis, de seguir contando que me voy a veces, pero me voy más tranquila, más segura de mí misma, me voy encontrando en otros sitios. Y siempre estoy volviendo a mí, a quién soy yo y al mismo lugar físico al que siento que igual puedo volver. Aunque ‘Buenos Aires’ (la última) es una canción que está totalmente dedicada a esa nostalgia que lleva el músico que sale a laburar y que tiene que dejar a veces su casa por un tiempo largo.”
El Topo Espíndola en batería, Fede Balcaza en bajo y Sergio Ortega en guitarra acompañaron ese deseo que tiene en la voz de Soulé, pero mucho más en una libertad que buscar un sonido que reconoce su génesis en el rock, pero se muestra sin ataduras a la hora de conseguir su mejor forma posible. En ese clasicismo del inicio que cierra con una nostalgia que breva de igual manera del rock setentista como del tango, se puede observar un saber de dónde se viene. “Creo que lo que más sentís que te roban cuando volvés después de mucho tiempo es el tiempo, por eso Buenos Aires habla mucho de querer volver el tiempo. El tiempo es un enemigo muy cruel porque lo cambia todo, y no hay nada que puedas hacer para luchar contra eso: vas a volver y las cosas van a estar cambiadas, las personas van haber crecido, envejecido; y hay una lucha muy fuerte que igual sabés que siempre estás perdiendo. Y acordarte de una esquina que era exactamente de la forma que la recordabas y cuando volvés está diferente es como si te sacarán un pedazo de vos. En ese sentido siempre estamos con el viento en contra.”
-De alguna manera dicen que el arte se inventó para eso: ser recordado cuando ya no estemos.
-Creo que los artistas nos sentimos jóvenes para siempre. Los artistas, los amantes del arte o simplemente las personas con una sensibilidad fuerte. Somos un poquito indiferentes a ese paso del tiempo, a esto de que hay que madurar o que hay que hacer determinadas cosas a lo largo de un tiempo establecido. En ese esquivar un poquito esa alineación que se propone hay mucho de arte. Porque por supuesto que si no hubiera tiempo entonces no existirían el principio y el fin, y entonces no podríamos ni festejar la vida, ni sufrir por la muerte. Y nuestra vida está un poco basada en esas dos sensaciones: alegría del nacimiento y tristeza de la muerte. Y esas son inspiraciones para el arte.
Canciones que nadie va a escuchar
Disponible en plataformas de streaming digitales. Vicky Soulé (guitarra y voz), Topo Espíndola (batería), Fede Balcaza (bajo), Sergio Ortega (guitarra). Participación especial de Ricardo Soulé en «Aire» y «Superstar».