Este miércoles se estrenó Morir de amor, una nueva producción de Telefe que, en términos de televisión moderna, es también la primera conducida por una mujer. El canal eligió a Anahí Berneri, la directora ganadora de la Concha de Plata de San Sebastián en 2017 (la primera de habla hispana en ganarlo, la segunda en la historia) por su film Alanis. La ficción de 12 capítulos es un thriller con importante toques fantásticos que ya está disponible en forma completa en Cablevisión Flow y canal 1 de Cablevisión HD. La protagonista es Griselda Siciliani junto con Esteban Bigliardi.
«En televisión creo que no hay directoras –hace memoria Berneri–. Y la mayoría de los técnicos son hombres, cosa que no pasa en cine. Lucía Puenzo hizo algo, pero con (Pablo) Fendrik. Y en el piso tampoco hay mujeres. En el canal la gerencia de contenidos y la gerencia artística están a cargo de mujeres. Pero en los puestos inferiores no hay. A mí me llamaron de la gerencia artística y de contenidos».
Fue Mercedes Reincke –gerenta de contenidos– la que conocía el cine de Berneri antes de Alanis y le propuso que escribiera algo. «Pero los proyectos no cuadraban demasiado. Entonces dije: ‘Llámenme para dirigir’ (sonríe). Y quedó como dando vueltas. Después del estreno de Alanis me llamaron para este proyecto, que había ganado el concurso del Incaa. La verdad, creo que me convocaron porque era un proyecto de mucho riesgo», confiesa. La dificultad también implicó una gran oportunidad: «Buscaban que la ficción tuviera una mirada femenina. De hecho, la protagonista no era mujer y estaba todo más centrado en el asesino, que era empático y compasivo. Si bien lo sigue siendo, es un femicida. Utilicé el lugar de la empatía y de cierta galantería porque Bigliardi es un galán, y busqué jugar entre el thriller y el melodrama para hacer una crítica a cierto modelo patriarcal que todavía tenemos las mujeres: esa fantasía de que el amor nos va a salvar, que va a llegar el príncipe azul y todo se resuelve».
Esa mujer es Helena Karsten, una abogada de una obra social que se entera de que sufre una enfermedad terminal. «Griselda le puso mucha fuerza al personaje. La verdad es que la peleé mucho. Para el personaje veía una mujer fuerte pero que también tuviera algo de mucha seducción. Y no quería una heroína… ¡Ay, me va a matar con esto que voy a decir! No quería que la heroína fuera muy joven. Buscaba una mujer con todas las letras (ríe). Con historia: exmarido, un hijo adolescente. Y la verdad es que trabajamos mucho con el erotismo y el deseo de distintos cuerpos de mujeres, tanto en edades como de clase social. Y en estos tiempos, una historia así, que habla de la enfermedad, la debilidad, daba mucho miedo. Así que nos corrimos del realismo, es un thriller que tiene mucho de fantástico».
Siciliani, como Sofía Gala y Celeste Cid –otras actrices con las que trabajó Berneri–, son populares pero no tienen cartel de indiscutibles. «Son un poco punks, sí (sonríe). Tiene que ver con mi empatía. Es el lugar desde donde miro. Me interesa mucho la popularidad, no me interesa hacer un cine o televisión de gueto. Sí me parece que una tiene cosas para decir que a veces no son tan fáciles de digerir, o de tocar, y me parece que hay que intentar ser lo más masivo y popular posible, respetando la estética de uno, la ideología de uno. Y en ese camino la elección de un casting tiene mucho que ver».
El tono feliz de la directora se corresponde con el resultado, al menos del primer capítulo: atrapante desde lo narrativo, atractivo desde lo visual, seductor desde una Siciliani distinta a la que se acostumbra ver, fascinante desde un Bigliardi asesino serial de vuelo internacional.
Morir de amor también tiene muchos pasajes de acción, pero Berneri nunca había filmado ese tipo de escenas. «De golpe tenía los efectistas día por medio y todo era cuchillos y sangre», recuerda. Pero la experiencia resultó gratificante: «Me encantó. Filmamos persecuciones en la nieve con moto esquí. Me sentía James Bond (ríe). Nos fuimos con el imaginario para construir un monstruo de verdad, un psicópata vestido de lord, porque Bigliardi es un señorito inglés. Así que probé cosas que no había hecho nunca, pero en las que me reconozco». «
Morir de amor
Miércoles a las 23:30, por Telefe. Todos los capítulos disponibles en Flow. Protagonistas: Griselda Siciliani y Esteban Bigliardi. Participan: Nacha Guevara, Brenda Gandini, Sofía Gala y Verónica Llinás, entre otras figuras.
Un film sobre la masacre de Carmen de Patagones
En estos momentos Anahí Berneri trabaja en la producción del film 7:35 AM, dirigido por Javier Van de Couter, con quien comparte una productora. La película retrata la masacre de estudiantes ocurrida el 28 de septiembre de 2004 en el Instituto Islas Malvinas de Carmen de Patagones (de donde es oriundo Van de Couter). «Lo interesante es que los protagonistas son dos sobrevivientes con los que venimos trabajando hace rato –cuenta Berneri–. No es una reconstrucción del momento. Desarrolla lo que sucede en la actualidad, 14 años después. Es una road movie: son ellos yendo a buscar a Junior, el chico que mató a sus compañeros, que nunca estuvo preso porque era menor de edad, y alternó diversos centros psiquiátricos. Ahora está en libertad».
El recorrido comienza con un dato y se transforma en una búsqueda frenética: «Uno de los sobrevivientes persigue la venganza, el otro sólo quiere sacarse el miedo y cerrar esa historia. Es un viaje adolescente aunque ya no lo son ninguno de los dos: ellos arman una especie de grupo que tiene como misión encontrar a Junior». «