La película Introduzione all´oscuro propone múltiples significados y formas de expresarlos. Se trata del cuarto largometraje del realizador argentino Gastón Solnicki, quien junto al destacado director de fotografía portugués Rui Poças (que fue parte de Aquel querido mes de agosto y Zama, entre muchas otras) se decidió a filmar un tributo a Hans Hurch. Hurch fue durante dos décadas director del Festival de Viena y falleció en Roma a los 64 años de un ataque al corazón, en julio de 2017.
«Fue más que un padrino artístico para mí, fue un gran amigo que me dio muchos buenos consejos. Una persona maravillosa, de otro planeta, con aires bohemios, medio punk, alguien de un mundo que ya no existe. Quería acercarme a él de la manera que le hubiese gustado», comenta el director en diálogo con Tiempo. «Nos conocimos hace diez años, cuando viajé por primera vez a la Viennale con mi película Süden –recuerda Solnicki–. A lo largo de esta década se fue consolidando un vínculo muy especial, de mucho afecto y complicidad. Nuestra amistad se desarrolló casi siempre a la distancia, pero de una manera cotidiana. Él tenía la habilidad de escuchar durante horas y de interesarse por los problemas de los demás como nadie.»
Introduzione all’oscuro es su oda a la amistad tras la muerte de un ser muy querido y cercano. Fueron 13 días de rodaje y unos seis meses de montaje, pero todo fluyó con naturalidad, acaso por el impulso de un sentimiento de pena muy profundo y la necesidad de expresarlo. «Algo que siempre cuesta mucho esta vez fue fácil y ayudó al duelo», detalla Solnicki en relación a cómo avanzó el proyecto.
Hurch no usaba correo electrónico. Prefería las postales escritas a mano o el fax. Era un hombre analógico en plena era digital, algo que Solnicki muestra muy hábilmente en la película. No se trata del típico documental donde quienes lo conocieron exaltan sus valores y aportes, sino un retrato muy particular, construido a partir de historias relacionadas directa o indirectamente con Hurch, que sintonizan con su impronta y pensamiento.
«Esta es una película que busca llegar a quienes no lo conocían, no a los que estaban cercanos o lo trataron. Era alguien muy especial e intenté transmitirlo en la edición final. Mostrar su personalidad y ternura para relacionarse con el mundo», dice Solnicki, un director con un estilo que se aleja de lo tradicional. Inmediatamente agrega: «Nunca tuve mucha tolerancia a la manera convencional de hacer películas. Por eso desarrollé una manera más libre, no tan atada a la escritura previa, que por lo menos a mí me hace sentir cómodo. Es una búsqueda que tiene que ver con mis necesidades artísticas. Lanzarse al rodaje es emocionante porque el material aparece sin una estructura previa».
El particular título de la película esconde una historia mínima. «Introduzione all’oscuro» es el nombre de un tema sinfónico del compositor italiano Salvatore Sciarrino. Solnicki lo escuchó casi de casualidad, pero quedó tan conmovido que decidió incluirlo en el film y darle el mismo nombre. «Me gustan las cosas que funcionan a un nivel emocional y ese tema es perfecto para lo que estábamos haciendo. Además, encierra una metáfora que cada uno puede interpretar como guste.»
El director es un apasionado de su oficio y de la facultad de las películas para llegar a la gente. «El cine tiene la capacidad de evocación y de poner en marcha ciertos procesos emocionales que lo vuelven único. Nada refleja emociones como una película. El espectador, creo yo, tiene que ser seducido pero a su vez debe estar atento a los estímulos que se le van presentando. Yo nunca tengo claro que es lo que quiero transmitir, pero sé que algo se va a dar. Ese es el cine que me gusta», puntualiza.
Introduzione all’oscuro tuvo su premiere mundial en la 75º Biennale di Venezia y en el New York Film Festival (NYFF) con excelentes críticas. También se pudo ver en los festivales de Vancouver, Zagreb, Rotterdam y Mar del Plata. Recientemente el MoMa (Museum of Modern Art de Nueva York) adquirió para su colección las cuatro películas que conforman la filmografía de Solnicki: Süden (2008), Papirosen (2011), Kékszakállú (2016), su primer trabajo de ficción, e Introduzione all’oscuro.
«Es un orgullo que algo tan íntimo pueda gustar a diferentes tipos de personas. Asimismo, el reconocimiento es un lujo en un mundo donde cada vez es más difícil encontrar espacios para este tipo de películas. Me considero una persona muy afortunada porque puedo hacer lo que me gusta», concluye. «
Introduzione all’oscuro. De Gastón Solnicki. Sábados a las 20 en el MALBA, Av. Figueroa Alcorta 3415.