Nacido de la necesidad de descubrir y difundir múltiples puntos de vista sobre la migración de grandes poblaciones, ya sea en modalidad hormiga o en la de manada, el próximo martes comienza la séptima edición del Festival de CineMigrante.
Con las primeras ediciones, sus organizadoras advirtieron que poner el cuerpo en movimiento para traspasar una frontera, incluso imaginaria, es cruzar un estado de situación de cosas. Por eso es un espacio que todo el tiempo está tratando de moverse para generar discusiones, dice Florencia Mazzadi, directora argentina del festival que cuenta con representantes de distintos países y muestras itinerantes por todo el mundo.
Bajo esa perspectiva, este año se realiza la sección temática El movimiento del cuerpo como acto insurreccional, curada por la directora y docente francesa Clarisse Hahn y el politólogo italiano Sandro Mezzadra.
Si se observa la cantidad de fronteras de control que hay a lo largo de un recorrido migratorio para que esos cuerpos no puedan pasar, una se da cuenta de que la decisión de salir y de llegar es un acto de libertad, señala Mazzadi. No es que estamos en un momento de un sistema, esto es el sistema. Y hay una fuerza, la población migrante, el pueblo, que en el hecho de migrar se resiste a vivir en las condiciones que el neocolonialismo está instalando en sus países.
Sin embargo, Mazzadi reconoce que este año hubo que recalcular. Nos sorprende que a pesar de esa complejidad en la que creíamos, dialogábamos, hoy tengamos que volver a decir que migrar es un derecho humano, decir no a un centro de detención como quiere hacer este gobierno y deconstruir las imágenes estereotipadas de los medios de comunicación; ¡qué loco!, expresa.
Este año hay más de 78 películas de 25 países, incluida una retrospectiva de los hermanos Gianluca y Massimiliano De Serio (por primera vez sus trabajos se exhiben en la Argentina), en el marco del Segundo Encuentro latinoamericano de arte urbano, y cuenta con presentación de Stanze, videoinstalación que retoma la tradición oral Somalí, interpretada por jóvenes refugiados políticos somalíes en Torino, Italia.
Entendemos al cine como un arma de transformación, afirma la directora.
CineMigrante avanzó con pie firme y ojalá esta edición sea una manifestación de ese crecimiento: que se sienta que la gente está en una función creyendo que tiene que salir de su casa, dejando la pantalla del teléfono o la computadora, reunirse en un espacio, llegar como pueda, entrar, sentarse y disponerse a ver esa película», finaliza.
Todas las proyecciones tienen entrada libre y gratuita. Programación completa: www.cinemigrante.org