Un amor, una búsqueda, un colectivo, una celebración. Testimonios para invocar un viajante es todo eso y mucho más, pero la enumeración ofrece una aproximación a una obra diferente, de una osadía que los tiempos parecen impedir, excepto en el Teatro Cervantes comandado por Alejandro Tantanian. “Presenté un proyecto que no fue seleccionado, y algo parecido le sucedió a Patricio Ruiz –sintetiza la directora Maruja Bustamante–. Pero a Tantanian se le ocurrió que yo dirigiera la obra de Pato. Lo conozco hace un tiempo, tenemos muchas cosas en común y también muchos amigos y amigas en común. Me pareció que estaba bueno, que podía dirigir esta obra por la empatía que yo siento con este tipo de temas, de texturas.”
“No es una obra tradicional –agrega casi enseguida–. Básicamente son monólogos, entrevistas que hace un chico a personas cercanas a un chico del que se había enamorado. Se puede decir que es un documental apócrifo sobre un chico que busca reconstruir este amor a través de personas que estuvieron muy cerca de este amor. Y también habla un poco de sí mismo. La obra tiene un fuerte lado costumbrista, pero a la vez presenta el show de Drag Queen y Drag King con canciones hechas de Lip Sync. Se mezcla lo pequeño, lo íntimo con el show, el brillo, las luces. No es una obra que cuenta el cuentito, sino que tiene un tinte más posdramático, narratúrgico.”
La obra incluye un trabajo de generación de imágenes con Majo Malvares y Gimena Tur. “En un momento estaban un poco perdidas, porque yo, al tener la obra en la cabeza, les decía cosas que no entendían bien –recuerda Bustamante–. Entonces les empecé a dar ejemplos y trabajamos muy bien, porque ellas son muy prolijas y talentosas. Básicamente lo que les dije es que muestren las cosas que no podemos ver en el teatro: las cosas muy pequeñas, los primeros planos, los detalles. Y las ciudades: México, Berlín y Buenos Aires para que den esa sensación de viaje, de movimiento, y la verdad que hicieron algo muy lindo.”
Se puede decir que Bustamante es una de las baluartes del teatro independiente, por sus apuestas temáticas de narrativas atrevidas que entran en discordia con lo tradicional y el promedio. Sin embargo, esta experiencia en el Cervantes le ha dado una nueva perspectiva. “Me permitió trabajar de forma un poco más relajada con respecto al dinero. Por eso es muy importante para mí que podamos acceder a hacer obras en el circuito oficial. Incluso en el comercial. Porque en el independiente nunca habría podido hacer los vestuarios espectaculares que tiene la obra, que son de Gustavo Alderete; o la escenografía tan perfecta de Cecilia Zuvialde; o las luces de show que armó Vero Alcoba. Esas posibilidades las da el dinero. Es más del que normalmente tiene una obra mía, que tampoco es tanta, pero te permite soñar un poco más con la puesta, los vestuarios. También eso lo da el relajo de que tengan un sueldo: bueno, estos meses estoy tranquila, tranquilo, puedo trabajar en esto y prestarle atención. Y en las emociones sentí cierta madurez como directora”, destaca.
Bustamante también señala que la construcción de la obra también fue una experiencia divertida e inspiradora para todos los involucrados: “Por ejemplo, Belén Gatti se acaba de licenciar el año pasado en la UNA, para Diego Benedetto y Agustín Rittano fue un desafío porque tienen que hacer de Drag Queens, que no es una pavada, hay que trabajar mucho con el cuerpo, la idiosincrasia, saber llevar esos vestidos, esos vestuarios, el maquillaje; Flor Dyszel que tiene que hacer un monólogo íntegramente en inglés. Para todos es un desafío. Y la verdad es que se nota que se divierten y lo disfrutan porque la obra es emotiva y divertida. En ese sentido también me siento contenta porque se logró que sucedan esas cosas: la ternura, la nostalgia, la emoción y la risa.”
¿Cuándo?
Testimonios para invocar a un viajante. De jueves a domingos a las 18 en el Teatro Cervantes, Libertad 815. Hasta el 10 de noviembre.