Ahora y siempre no da respiro desde el primer segundo. La Fernández Fierro se abalanza sobre nueve temas de autoría propia y de otros compositores de tango contemporáneo con los dientes apretados y el corazón acelerado. El primer disco de estudio con Julieta Laso en la voz es un tratado sobre angustias existenciales y sociales. No es una ruptura, no se trata de un antes y un después: es un paso más en una batalla contra modas, tendencias y estereotipos. En este camino que se acerca a los 20 años la Fernández Fierro reinterpretó e intervino muchos preceptos propios y del género hasta transformarse en una marca registrada.
El histórico nombre de Orquesta Típica Fernández Fierro (OTFF) parece haber quedado en el pasado. Ahora y siempre está firmado por la Fernández Fierro y no es un hecho menor. Cuando esta enorme aventura empezó, a principios del nuevo milenio, reivindicar las formas, el concepto y hasta el nombre «orquesta típica» era un acto de resistencia. Hoy esa restitución tiene múltiples exponentes y la actual Fernández Fierro parece subrayar que le queda muy poco de típica. La agrupación que siempre comprendió y ejerció un compromiso con la música y con lo simbólico continúa sentando precedentes de una forma singular de entender el tango, la vida y todo lo demás.
Yuri Venturin (dirección y contrabajo), El Ministro (bandoneón) y Julieta Laso (voz) hablaron con Tiempo sobre el presente continuo de la orquesta.
–No es la primera vez que editan un disco que apenas supera los 20 minutos. Otros músicos lo disimularían con bonus, recitados u otros recursos. ¿Lo consideran parte de su identidad?
Yuri Venturin: –Putos (2009) y T.I.C.S. (2012) tenían más o menos esa duración. Componer corto y no sobreabundar en tracks surgió de una forma muy natural. Son nueve temas en ese tiempo y no pretendemos disfrazarlo de otra cosa. La duración no nos produce ningún tipo de angustia existencial.
El Ministro: –Mucha gente nos comentó que escucha Ahora y siempre varias veces seguidas. De alguna manera, esa duración los invita a volver a dar play. Me parece muy piola. Es el resultado de nuestra forma de componer y arreglar los temas. Me parece que sintoniza con los tiempos que corren: la gente escucha cada vez más en formato zapping.
Y. V.: –Consideramos que hay mucha música en esa cantidad de minutos. Incluso nos lo dijeron varias personas. Nos comentan que escucharon el disco varias veces y que encuentran cosas nuevas en cada oportunidad que lo hacen. Ese tipo de comentarios son reconfortantes.
–Temas como “Ahora y siempre” y “Demolición” expresan cierta angustia personal y social que definen mucho del espíritu de la Fernández Fierro. ¿Lo observan así?
Y. V.: –La poesía del tango suele tener mucho de existencialista o metafísico. Creo que eso es lo que más quedó en el ser argentino, por decirlo de alguna manera. Y a nosotros es el estilo de letras que más nos movilizan. Pero a la hora de escribir pensamos en presente.
E. M.: –Me parece genial que se perciba que tenemos esa búsqueda. En estos casos le llevé las letras a Yuri y hubo muchas idas y vueltas. Cambios, conversaciones, quizás una frase nos gustaba particularmente y llevaba la canción en otra dirección.
Y. V.: –A veces las letras se encuentran en lo no dicho y partir que detectamos eso trabajamos en una nueva dirección.
E. M.: –Las letras se trabajan como todo en la orquesta: con muchas ganas y esfuerzo. Así vamos encontrando los resultados que nos identifican.
–¿El estudio es un lugar amigable para ustedes?
Y. V.: –Es un espacio muy diferente a todo. Un disco suena como un disco y nunca va a sonar igual en vivo. Eso lo tenemos claro. Todavía seguimos aprendiendo. En su momento Tito Fargo laburó con nosotros y nos mostró un universo nuevo. En este disco la grabación y mezcla estuvo a cargo de Walter Chacón y los resultados fueron muy buenos. De la misma forma que se estudia un instrumento se debería estudiar cómo trabajar en un estudio.
E. M.: –Nos gustó mucho como quedó En vivo (2014), esa cosa de saturar el sonido casi al punto de romperlo. Generalmente los discos de estudio son más estilizados. Con Ahora y siempre intentamos llevar las cosas más cerca del extremo.
–Este fue tu primer disco de estudio con la Fernández Fierro. ¿Cómo te sentiste?
Julieta Laso: –Bien, por suerte. El estudio siempre impone algo de nerviosismo porque uno va a registrar algo que va a quedar para siempre. Pero al mismo tiempo es bastante más amigable que el escenario. ¡Y mucho menos estresante que grabar un disco en vivo en dos tomas a los pocos meses de entrar a la orquesta! (risas). Para este disco llegamos con los temas muy ensayados, habíamos repasado todo con Yuri y esas horas de trabajo creo que se notan en el resultado final.
–Son una de las orquestas de tango que toca más seguido. ¿Es una de las claves para la longevidad del proyecto?
Y. V.: Desde que creamos el CAFF tocamos un promedio de dos veces por semana. Para nosotros es fundamental. Nos sentimos muy raros si por alguna razón extraordinaria tocamos menos. Subirse al escenario seguido hace que la orquesta tenga un nivel de ajuste importante.
E. M.: ¿Estamos hablando bien del ajuste? (risas).
Y. V.: ¡Nivel de ajuste técnico-musical! (risas) Si no tocáramos tan seguido sería imposible. Podés ensayar, pero sin gente la adrenalina y la atención nuca es la misma.
–¿El vivo también ayuda a construir identidad estética?
Y. V.: Lo estético sale de la composición, los arreglos y los ensayos. Cuando tocamos temas nuevos en vivo ya estamos convencidos. No los ponemos a consideración del público. Pero, al mismo tiempo, en vivo encontramos ciertas «deformaciones» que nos gustan y van quedando.
–En sus inicios recibieron algunas críticas de los puristas. Hoy, más allá de los gustos, nadie duda que son una orquesta con una personalidad única.
Y. V.: –Creo que hoy se tiene una idea bastante clara de cómo sonamos. Si alguien dice «suena como la Fierro» no queda mucho margen para la duda. Me parece que es algo positivo.
E. M.: –Lo conseguimos por tocar mucho y por ser consecuentes con un discurso y un estilo. Pero también con un compromiso más amplio. La Fernández Fierro es la orquesta, pero también es el CAFF, Radio CAFF, nuestro formato cooperativo y las ganas de dar a conocer lo nuestro y también lo que hacen nuestros colegas.
J. L.: –Nos interesa aportar a la movida en general. El CAFF nació con eso en mente y por eso también tocamos y cantamos composiciones de colegas que hacen tango contemporáneo. Lo bueno es que así todos somos muy felices y millonarios (risas).
–La obra clásica del tango es muy rica, pero puede resultar intimidante. ¿Cómo resolvieron esa ecuación?
Y. V.: El pasado del tango es glorioso, pero nosotros vivimos hoy. Trabajamos para ser artistas de nuestro tiempo. «
¿Cuándo?
La Fernández Fierro presenta Ahora y siempre. Miércoles 20 de junio, sábado 30 de junio, miércoles 4, 11, 18 y 25 de julio y sábados 14 y 21 de julio. A las 21 en el CAFF, Sánchez de Bustamante 772.
El Caff y la emergencia cultural
Los integrantes de la orquesta crearon en mayo de 2004 el Centro Cultural Fernández Fierro (Caff). Se trata de un espacio ideal para propuestas de diversos géneros que se mantienen al margen del circuito comercial. A punto de cumplir 15 años, la existencia del Caff está amenazada por los tarifazos y la caída del consumo.
El Ministro: –La Cámara de Clubes de Música en Vivo declaró la emergencia cultural a mediados del año pasado. Pero ahora las cosas están mucho peor. Pagar los servicios se hace casi imposible. Y paralelamente a la gente se le hace muy difícil tener el dinero para una entrada o comprar un vino. El cierre del Caff sería muy malo para nosotros y para montones de grupos que lo sienten como un lugar propio. Trabajamos para sobrevivir, pero no es nada fácil. Igualmente, somos optimistas: por eso hacemos tango.
Una orquesta obsesiva y brutal
El quinto disco de estudio de la –ahora– Fernández Fierro es el primero con Julieta Laso en la voz y un repertorio creado a su medida. Entre composiciones propias –del dúo Venturin/El Ministro– y de colegas contemporáneos –Lele Angeli, Cintia Trigo, Lucas Ferrara y Santiago Bottirol–, la orquesta resuena obsesiva y brutal. El trabajo ofrece un instrumental –»Infierno porteño»– y ocho tangos cantados de gran peso específico. El dramatismo de «Otoño», la adrenalina de «Demolición» y los dientes apretados de «Astiya» hacen punta en un disco sin medias tintas. La Fernández Fierro extiende su leyenda e influencia.