Rina (Marilú Marini) regresa a su casa de Tigre después de mucho tiempo; una manera de recuperar algo de lo mucho que en ella dejó. En especial la relación con su hijo, al que invita a una breve estancia, al igual que a muchos otros personajes con los que llena la casa: ellos son, de alguna manera, un resguardo ante la pretensión patoteril de un emprendimiento inmobiliario que quiere sacarle la casa. El hijo, heredero al fin, acude a la invitación de su madre en busca de que el presente le dé algo de lo que el pasado le quitó.
A Rina esos personajes con los que llena la casa (invitados de distintas categorías y relaciones afectivas), la resguardan de los desatinos sospecha puede cometer su hijo: después de todo tiene buenos reclamos para hacerle.
El film se reconoce en La ciénaga, en especial en su atmósfera. En el Tigre todo es pegajoso, y eso hace todo cansino; desde el aire hasta el agua, que parece no poder refrescar ni borrar la sensualidad que esa humedad pegajosa produce en los cuerpos. Sin embargo, el territorio no es el Tigre, sino las mujeres. Sus relaciones y sus innumerables maneras de ser según edad, antecedentes y relaciones que establecen con el sexo masculino, al que se nota acorralado, incluso en su adolescencia y pubertad: ellas manejan los ritmos y los flujos. No quiere decir que manden; parecen muy conscientes de su lugar subalterno en la jerarquía social patriarcal: pero allí, aliadas a la naturaleza, muestran su poder direccionando las cosas, los sentidos, los sentimientos.
Son ellas también las que imponen ese tono de desorden narrativo, que lejos de ser producto de un no saber qué decir o cómo, responde a una voluntad de la pareja realizadora para imponer en el film ese clima tan peculiar del Tigre, en el que los sujetos se sienten a merced de esa forma de la naturaleza que los aleja de cualquier voluntad de dominarla. En ese estado de falta de voluntad intenta dejar al espectador. Y por momentos lo consigue, mostrando lo poderoso que puede ser el cine.
Tigre (Argentina, 2017). Dirección: Silvina Schnicer y Ulises Porra Guardiola. Con: Marilú Marini, María Ucedo, Agustín Rittano, Lorena Vega, Melina Toscano, Magalí Fernández, Tomás Raimondi y Ornella D Elía. Guión: Silvina Schnicer. 92 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.