La pandemia golpeó con gran fuerza a los cines. No sólo porque obligó al cierre de las salas por casi un año. También porque casi asfixió la generación de nuevas producciones y desplazó centenares de películas al formato streaming. En ese marco, el estreno de Tenet asume cierta aura de cruzada que reivindica el cine de autor de altísima producción para ser consumido en las salas. En esta aventura el director Christopher Nolan contó con un presupuesto de 200 millones de dólares, filmó en siete países y hasta dispuso de un Boeing sólo para hacerlo explotar.
El reconocido cineasta responsable de películas como Memento y El origen, entre otras, regresa para volver a desplegar buena parte de sus obsesiones, pero también suma algunas sorpresas. La historia se desarrolla de la mano de El Protagonista (nombre del personaje encarnado por John David Washington), un espía que luego de una misión en Ucrania es reclutado para un trabajo ultrasecreto del que, según dicen, «nadie que lo conozca puede quedar vivo».
A esa nueva misión llega gracias a que genera «confianza» y ha demostrado «lealtad», dos conceptos que serán usados por todos los personajes a lo largo de las dos horas y media del film. Desde el principio la trama se muestra compleja. El objetivo de El Protagonista es el de evitar que «alguien en el futuro» se haga con la tecnología para viajar en el tiempo con armas «invertidas». Esto es: cualquier objeto o ser vivo que sea ingresado a una máquina puede viajar en el tiempo, pero sus movimientos irán para atrás, lo que lo convierte en algo impredecible.
Desde Memento, pasando por El origen e Interestelar, al director británico siempre se mostró proclive a un uso singular del tiempo (al cual definió cómo lo más «equitativo» en la vida, porque a todos les pasa por igual) y para escribir sus guiones siempre realizó una investigación previa para que sus producciones tuvieran una base teórica científica.
En esta ocasión, el agente y físico nuclear Neill (Robert Pattinson) es el encargado de explicar la teoría por la cual, con el material radiactivo plutonio-241 el magnate y traficantes de armas ruso Andrei Sator (Keneth Branagh) controla este proceso invertido en el tiempo.
La película ofrece más de un personaje «flojo de apeles» –con reacciones y motivaciones más afines a las necesidades de una película de acción que a genuinas necesidades personales–. En ese marco, el magnetismo de Pattinson gana fuerza y sostiene el film. El científico guarda varios secretos sobre su presente, pasado y futuro, pero de una forma tan efectiva que se desarrolla con naturalidad y mucha efectividad.
Tenet no está a la altura de lo mejor de Nolan. Tampoco se acerca a la trilogía de Batman iniciada con El Caballero de la Noche. Pero claro, mientras navegamos una pandemia que puso en jaque a la humanidad, quien quiera volver al cine se encontrará con una producción que –sin ser brillante– aspira a entretener con inteligencia, detalles y una pantalla gigante. Cosas de la vieja normalidad.
Director: Christopher Nolan. Elenco: John David Washington, Robert Pattinson, Elizabeth Debicki, Dimple Kapadia, Michael Caine y Kenneth Branagh. Estreno: 4 de marzo en salas.