Las temporadas, en Hollywood, no se miden por la temperatura. Allí no existe la primavera, el verano, el otoño ni el invierno. Con el paso de las décadas, la industria cinematográfica fue dividiendo sus estrenos en sólo dos grandes temporadas. Una es la que se podría denominar como la «comercial»: la de las superproducciones, los «tanques de taquilla», las sagas de superhéroes (Marvel, DC) y secuelas de todo tipo. Se extiende de fines de marzo a principios de septiembre y este año trajo títulos como Barbie y secuelas de Rápido y furioso, Indiana Jones y Misión: imposible, entre otras.
Ahora comienza la otra, la conocida como «temporada de premios», que se inicia con los festivales de cine de Venecia y Toronto –ambos ya concluidos– y se extiende hasta que alguna celebridad, usualmente un domingo de marzo, abre un sobre y dice: «el Oscar a mejor película es para…».
Es una temporada que funciona más a partir del prestigio que de los efectos especiales, de la supuesta calidad de las películas que de su espectacularidad visual y es una en la que las críticas importan un poco más que en la época de los estrenos comerciales: pocos dejan de ver una secuela de Marvel si tiene malas reseñas, pero una película supuestamente importante con un gran elenco y un famoso director puede tambalear –tanto en la cartelera como a la hora de los premios– si la recepción mediática es floja.
Obviamente, hay excepciones a la idea de las temporadas definidas. La última ganadora del Oscar a mejor película (Todo, en todas partes, al mismo tiempo) se estrenó a fines de marzo del 2022 –casi un año antes de los premios– y no estaba en los planes de nadie que llegara tan lejos. Y una de las más firmes candidatas para estos Oscar, Oppenheimer, se estrenó en plena temporada de títulos comerciales, nada menos que contra Barbie. Y no sólo funcionó bien: es una de las películas más taquilleras de la historia de Universal Pictures. Además, como sucede casi todos los años, quizás aparezca alguna tapada (como fue la coreana Parasite) y le birle el Oscar a las grandes candidatas.
La temporada que se inicia no excluye por completo los grandes films de taquilla –habrá nuevos títulos de Marvel, films animados de Pixar y así–, pero el eje está puesto en el prestigio. O, dicho de otro modo: hacer dinero a través del prestigio. Y eso funciona tanto para los estudios tradicionales como para las plataformas de streaming que son independientes de los estudios, como Netflix, Amazon Prime Video, Apple TV+ y MUBI, entre otras. Para los clásicos sellos de Hollywood, los que apuestan principalmente por las salas de cine, el eje pasa por la taquilla y por la gente que a partir de estos títulos se sume a sus respectivas plataformas (Warner tiene HBO Max, mientras que Paramount, Universal, MGM y Disney tienen las suyas, cada una con un «+» detrás) mientras que las otras lo que buscan son suscriptores, sí, pero más que nada la pátina de calidad y buena prensa que pueden darle este tipo de películas. Si bien Netflix no ha ganado nunca el Oscar a mejor película, Apple lo logró con CODA y reavivó el interés por los premios de estos gigantes, que este año van por más.
La entrega de los premios de la Academia es, cronológicamente la última de una larga serie de eventos que incluye galardones de todas las asociaciones de críticos, de gremios, decenas de otras estatuillas y los celebrados pero controvertidos Globos de Oro, entre otros. En Hollywood todos cruzan los dedos para que las huelgas se levanten pronto y los actores puedan ser parte del proceso de promoción y publicidad de sus películas. Es que sin las estrellas, la temporada deja de tener sentido, ya que son ellos los que generan el rating televisivo de los eventos y sostienen el circo mediático que vive durante meses de esta industria. Si los estudios y las plataformas no acuerdan con los actores –como sucedió con los postergados premios Emmy de la TV que se pasaron para enero–, el show tendrá que esperar. Pero hasta ahora, todo sigue en pie.
Las más esperadas
Terminado el festival de Venecia y Toronto, se pueden sacar algunas conclusiones. Sin dudas, la más beneficiada por el recorrido festivalero fue Poor Things, en la que el director griego de La favorita, Yorgos Lanthimos, se reúne con una de las actrices de aquel film, Emma Stone, para contar la historia de Bella, una mujer que es creada por un científico (Willem Dafoe) con el cuerpo de una mujer adulta y el cerebro de un bebé. Las desventuras y descubrimientos de Bella son contadas por el realizador en un tono entre cómico y absurdo, y ya se habla de varias nominaciones para la película que llegará a las salas en diciembre en los Estados Unidos.
Otra película que apuesta fuerte por los Oscars y tuvo una buena recepción es Maestro, la biografía del compositor y conductor de orquesta Leonard Bernstein que dirige y protagoniza Bradley Cooper. El realizador de Nace una estrella pone el acento en la historia de amor del músico con su esposa Felicia (Carey Mulligan), además de sus affaires con otros hombres. Maestro, en el que Netflix pone todas sus fichas para llevarse premios, se verá en algunos cines a partir del 22 de noviembre para llegar a la plataforma el 20 de diciembre.
The Killers of the Flower Moon, de Martin Scorsese, ya se vio en el Festival de Cannes en mayo y llegará a los cines el 20 de octubre para luego recalar en Apple TV+, empresa que la convirtió en una de sus apuestas más ambiciosas en el negocio del cine. En el film se analiza e investiga la misteriosa muerte de muchos miembros de la Nación Osage –un pueblo originario del Norte de Oklahoma– en los años ’20, justo en la época en la que en sus territorios se habían descubierto grandes cantidades de petróleo. Leonardo DiCaprio y Robert De Niro son los protagonistas de esta mezcla entre thriller y drama del director de Taxi Driver.
Otra de las grandes apuestas de Apple es una que busca recapturar el éxito de Gladiador, ya que tiene también a Ridley Scott como director y a Joaquin Phoenix como protagonista. Se trata de Napoleón, histórico relato sobre el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte a través de una serie de épicos combates pero con el eje puesto en su relación con su esposa Josephine (Vanessa Kirby). Sony la estrenará en cines el 22 de noviembre y la plataforma de la empresa creada por Steve Jobs la dará más tarde vía streaming.
Quizás con menos expectativas para los Oscars, el policial El asesino es otra de las películas más esperadas de la temporada, más que nada por su director, David Fincher, un experto en ese tipo de temáticas tras películas como Pecados capitales, Zodíaco y Perdida. Este retrato de la vida de un metódico e imperturbable asesino a sueldo interpretado por Michael Fassbender se verá en cines a partir del 27 de octubre y llegará a Netflix el 10 de noviembre. En tanto, otra película con posibilidades de obtener nominaciones es The Bikeriders, de Jeff Nichols, que tiene como protagonistas a Tom Hardy, Austin Butler y Jodie Comer y narra la historia de una pandilla de motociclistas de los años ’60. La película llegará a los cines en diciembre.
Tras una recepción un tanto tibia en Venecia, la que bajó algunos puestos en la fila de largada fue Ferrari, la biografía de Enzo Ferrari, el mítico dueño de la escudería automovilística. Dirigida por Michael Mann (Fuego contra fuego) y protagonizada por Adam Driver, Penélope Cruz y Shailene Woodley, la película llegará a los Estados Unidos a fin de año. Similar fue el caso de Saltburn, de Emerald Fennell, historia gótica protagonizada por Barry Keoghan y Jacob Elordi (el actor de Euphoria) que transcurre en Oxford y cuyo perfil bajó tras un frío recibimiento festivalero, generando un problema para Prime Video, que la tiene como su «caballito de batalla». Lo contrario sucedió con Priscilla, biografía de la esposa de Elvis Presley dirigida por Sofia Coppola, que salió fortalecida gracias a las buenas críticas obtenidas en Venecia. Basada en las memorias escritas por la viuda del cantante, tiene como protagonistas a Cailee Spaeny y Elordi, y llegará a las salas el 24 de diciembre para luego recalar en la plataforma MUBI.
Los festivales también sirven para darles visibilidad a títulos que pocos tenían en cuenta. Son varios los que ganaron puntos con esta exposición, empezando por All of Us Strangers, de Andrew Haigh, una historia de amor entre dos vecinos londinenses encarnados por Andrew Scott y Paul Mescal. La película empezará su recorrido comercial el 22 de diciembre. Algo similar sucedió con The Beast, de Bertrand Bonello, historia de ciencia ficción protagonizada por Léa Seydoux que fue una de las favoritas de críticos y público en Venecia; y con Hit Man, comedia policial de Richard Linklater (Antes del amanecer), en la que Glen Powell interpreta a un profesor de Filosofía que se hace pasar por asesino a sueldo. Ambas, aún, sin fecha de estreno cerrada.
Un repaso dentro del centenar de películas que lucharán por un lugar entre las nominaciones tendría que empezar por la Palma de Oro de Cannes, Anatomy of a Fall, de la francesa Justine Triet. Mezcla de película de juicio y drama familiar, el film protagonizado por Sandra Hüller se estrenará en Estados Unidos el 13 de octubre. Otras que darán pelea son The Zone of Interest, de Jonathan Glazer, centrada en la vida del comandante nazi encargado de Auschwitz; Fair Play, de Chloe Domont, thriller protagonizado por Alden Ehrenreich y premiado en Sundance que llegará a Netflix el 13 de octubre; May December, comedia dramática en la que Todd Haynes reúne a Natalie Portman y Julianne Moore (Netflix, diciembre); Fingernails, de Christos Nikou, centrada en el mundo de las aplicaciones de citas y protagonizada por Jessie Buckley y Jeremy Allen White (Apple TV, noviembre); The Holdovers, de Alexander Payne, en la que el director se reúne con el actor de Entre copas, Paul Giamatti, para contar la historia de un peculiar maestro de una escuela pupilo, y Rustin, de George C. Wolfe, biografía de un líder político afroamericano gay que luchó junto a Martin Luther King en los años ’60 (Netflix, noviembre), entre muchas otras. «
Los títulos nacionales más esperados
El cine argentino no atraviesa su mejor momento, pero no deja de producir películas de calidad. Salvo modificaciones de último momento, se espera el estreno de aquí a fin de año de al menos media docena de películas que pasaron o pasarán por festivales internacionales. Los delincuentes, de Rodrigo Moreno (El custodio), es una de ellas. Muy bien recibido en el Festival de Cannes, este policial protagonizado por Daniel Elías y Esteban Bigliardi se centra en dos empleados de un banco que organizan un robo en la sucursal en la que trabajan. Eureka, de Lisandro Alonso (La libertad) tiene en su elenco a Viggo Mortensen y a Chiara Mastroianni dentro de una ambiciosa historia filmada en una reserva indígena en los Estados Unidos que hace eje en la complicada vida de una chica de esa comunidad. Presentada en el Festival de Venecia, El rapto, de Daniela Goggi, se inspira en el libro de Martín Sivak El salto de papá para contar de la historia del secuestro de un reconocido empresario argentino en los ’80 y los intentos de su hermano para rescatarlo. La película tiene como protagonistas a Rodrigo de la Serna y Julieta Zylberberg. Puán, de María Alché y Benjamín Naishtat, es una comedia dramática sobre un profesor de Filosofía y Letras que entra en crisis tras la llegada de un colega exitoso. Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia son los protagonistas. La práctica, de Martín Rejtman, tiene en el rol principal a Bigliardi, que interpreta a un profesor de yoga argentino que vive en Chile. La apuesta de Netflix de este año es Elena sabe, con adaptación de la novela homónima de Claudia Piñeiro que dirigió Anahí Berneri. Este drama policial que tiene como protagonistas a Mercedes Morán y Erica Rivas llegará a las pantallas en noviembre.