Tres datos bien sirven para ilustrar lo que genera una historia como Star Wars, hechos originados por fans que superan cualquier ficción: el primero de ellos relacionados con las comunidades internacionales 501st Legion y Rebel Legion, que con réplicas de los trajes de personajes oscuros y luminosos de la historia, van y vienen por hospitales pediátricos, hogares y colegios realizando campañas benéficas (en nuestro país hay que buscarlos en internet bajo los nombres Legión 501 Garrison Argentina y Base Cruz de Sur-Rebel Legion). El segundo dato: en la Catedral Nacional de Washington, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, bien alto, elegida por votación popular, vigila al público una gárgola de ¡Lord Vader! Y un tercer dato no por eso menos importante sobre esta historia que cautiva al mundo desde hace unos cuarenta años: en 2006, un grupo de fanáticos italianos fundaron un nuevo deporte, el combate con sable láser, que tiene base en Milán y que rápidamente supo generar sucursales en más de 30 ciudades italianas.
Sin duda alguna, hay mucha gente empeñada en llevar esta ficción a la realidad, mientras que otros varios se esfuerzan en buscar una explicación para semejante fenómeno: será que todos se sienten parte, identificados con imágenes arquetípicas del inconsciente colectivo presentes en esta historia. Porque Star Wars es una nueva mitología construida meticulosamente por George Lucas con elementos claves de los grandes relatos ocurridos en Oriente y Occidente, pero actualizados. Y, como toda historia mitológica, Star Wars sobrevive de generación en generación. En este caso, con padres que llevan a sus hijos a las salas cinematográficas para instruirlos como si fueran sus padawanes. «
*Autores de El camino del jedi