Son días agitados para Soledad Villamil. Tanto como el torbellino de sus actividades diarias que giran en base a sus proyectos y materializaciones. Son momentos de estreno para ella, lo que le genera una enorme satisfacción, que se hace notoria durante su encuentro con Tiempo. Más allá de la presentación de su protagónico cinematográfico en Las grietas de Jara junto con Joaquín Furriel y Oscar Martínez, el mundo de la música sigue ocupando un espacio central en su agenda.
Hablamos de una carrera que comenzó de a poco, pero que el año pasado cumplió una década de crecimiento continuo haciendo canciones. Como atributo de ese constante hacer, en la última parte de 2017, Villamil lanzó Ni antes ni después, su último disco grabado en vivo que contiene once temas nuevos que llevan su firma. El material fue producido por Matías Cella, quien en el pasado produjo a Kevin Johansen y Jorge Drexler, entre otros.
El disco marca el nuevo paso de una artista inquieta que no se ve exclusivamente frente a las cámaras y que delante de los micrófonos supo delinear un álbum en el que los géneros se cruzan de la mejor forma.
Casi como una constante de sus temporadas veraniegas, Villamil presentará su nuevo material el sábado 27 de enero y los 3, 10, 17 y 24 de febrero en un lugar al que define como su casa: el Centro Cultural Torquato Tasso. «A este disco lo grabamos en abril del año pasado pero ese no fue el comienzo conceptual. Lo hicimos en vivo y al mismo tiempo registramos un DVD que da cuenta del proceso. Se trata de un disco que tomó su tiempo porque pasaron unos años para materializarlo. En ese lapso pasé por muchas instancias y trabajé duro y parejo con muchísimos shows, aunque también filmé películas. Yendo más atrás, recuerdo que la idea de grabar un nuevo álbum apareció más o menos hace unos tres años. Lo que pasa es que le di vueltas a lo que quería grabar, al repertorio y cómo lo quería armar. Sin embargo, tenía muchos temas escritos y no sabía si grabar temas propios o de otros. Hace un año y medio lo llamé a Matías Cella, le mostré los temas, vino a ver un par de shows y me dijo que estaría bueno hacer el disco, pero con todos temas míos. Digamos que fue él la persona que me terminó de dar el empujón para decidir qué tipo de disco iba a terminar haciendo. Esa seguridad me impulsó a trabajar sobre las canciones que tenía escritas pero también a realizar nuevas para este disco. Así apareció el foco y el camino por delante que emprendimos», sintetiza Villamil.
Entre Canción de viaje (2012) y este nuevo álbum pasaron cinco años. ¿Por qué te tomaste tanto tiempo?
Digamos que no tengo a nadie que me corra con tiempos o diciéndome en qué momento tengo que entregar mi música, ni cuánto tiempo tiene que pasar entre un disco y otro. Prefiero tener claro qué quiero decir y luego elijo el momento. No tengo contratos y ninguna exigencia me corre para editar canciones. Edito mis discos bajo un sello independiente y me pongo rápidamente de acuerdo con ellos fácilmente.
Al material lo grabaste en vivo en el Margarita Xirgu, ¿te generó algún tipo de resquemor previo esa instancia?
Originalmente todo iba en dirección a grabar en el estudio. Teníamos pensada de manera muy práctica con el productor una grabación tranquila, aunque luego salió el tema de grabar en vivo. Al principio no me cerraba esa instancia, pero después maduró todo. En el DVD hay un minidocumental que se llama «Capa sobre capa», en el que cuento con más lujo de detalles todo lo que significó grabar en vivo este pack de canciones nuevas. Pero, más allá de esto, yo estoy algo acostumbrada a grabar rápido. Cuando hacemos cine algo de eso sucede, porque en dos días de rodaje tenés que hacer toda tu participación. Mi trabajo es así y cuando grabás tenés pocas jornadas para contar lo que querés contar. Eso, llevado a la música, fue un desafío enorme, pero sacamos todo lo que queríamos sacar. Salimos airosos haciendo este disco (risas).
¿Y el nombre del disco? Ni antes ni después es un título que puede tener múltiples interpretaciones.
Durante mucho tiempo el disco no tuvo título. De hecho, estaba listo y grabado en algún momento pero yo seguía sin poder encontrarle un nombre. En algún momento comenzaron a apurarme todos, los de la gráfica, prensa, productores. Entonces, a cada uno le fui diciendo: «No sé cómo se llama el disco. Y tendrá nombre cuando tenga que salir, ni antes ni después». Ahí pensé un minuto y me quedaron esas últimas palabras grabadas. Después eso me gustó más porque me parece que cada uno puede buscar o encontrar en ese nombre lo que pueda representarlo. A mí me representa en un montón de cosas.
En comparación con otros discos tuyos, este tiene once temas que llevan tu firma. ¿Sentís que compositivamente fuiste creciendo en ese aspecto?
Tal cual. Yo tenía muchas canciones escritas y venía grabando cosas mías, pero nunca en esa cantidad que tiene este disco. Digamos que yo venía buscando eso, y me entusiasmaba la tarea de encargarme de más aspectos de la composición. Algo que se dio también es que estuve escribiendo específicamente para esa instancia de lanzamiento.
La excepción es «No trates de», un tema de Jorge Drexler. ¿Por qué lo elegiste?
Eso también vino por parte de Matías, que tenía unos temas inéditos de Jorge. Escuché varios y me quedé con esa canción, me encantó. Él me gusta muchísimo como artista y compositor.
Hasta no hace mucho tiempo, tu foco estaba puesto en tu carrera como actriz. ¿El mundo de la música fue ganando cada vez más espacio en tu día a día?
Sí, progresivamente fue ganando mucho espacio, sobre todo en los últimos años y por distintos motivos. Cada vez la música gana más y no porque vaya a dejar de actuar. Es porque se fue organizando así mi trabajo.
¿Rechazaste muchas cosas a favor de la música?
Sí, se ha dado. Fue por cosas superpuestas o porque tenía una gira, algo pautado o similar. Lo que pasa con este proyecto es que yo soy la productora también. Si bien me asocio con diferentes personas que me ayudan un montón y me viabilizan la producción, más allá de eso tengo una productora desde donde salen los espectáculos y discos. En los últimos tiempos, para que todo crezca tuve que priorizar mi fase en la música. De todas maneras, siento que de todas las cosas que hago, ninguna se pelea con la otra. Eso me genera mucha satisfacción en mi carrera.
Sobre todo cuando la gente te acompaña.
Es que sin ellos no hubiese podido ser. Nada sería posible sin la gente y su acompañamiento. «