Por eso de cómo se construyen los sentidos comunes, hasta no hace mucho el género pareció ser -excepto la comedia, en menor medida el policial- algo que no le interesaba al cine argentino. Sin embargo, desde su primera edición en 2000, el festival Buenos Aires Rojo Sangre a dar cuenta de que, en cuestión de terror, el género era algo bien vivo. Así y todo y pese las preferencias que viene concitando en el público, no cuenta con buena prensa; incluso no son de la preferencia de los festivales tradicionales, y así terminan en certámenes del propio género como una manera de poder mostrar todo aquello que tienen para dar. Aquí, sin orden de preferencia, cinco títulos argentinos recientes como para asustarse un poquito con algo que no sea la pandemia.
Aterrados (2017, de Demián Rugna)
Miedo a partir de fenómenos paranormales, de los que participan un niño pequeño y la esposa de un hombre que será acusado de homicidio. La investigación del caso que no tiene una clara explicación, queda a cargo de Albreck, Jansen y Rosentok, respetados investigadores de fenómenos extraordinarios a nivel internacional, y del comisario Maza, nexo con “la realidad”. Entre ellos le darán una explicación coherente y entendible para el común de los mortales, a quienes mientras tanto asustará bonito.
No dormirás (2018, de Gustavo Hernández)
Una verdaderamente mainstream, con Eva De Dominici, Belén Rueda, Germán Palacios, Eugenia Tobal, Natalia de Molina, Juan Manuel Guilera, Susana Hornos, María Zabay, Miguel Ángel Maciel y Joche Rubio, y producción de Argentina, Uruguay y España. Ideal -o tal vez todo lo contrario- para quienes en estos días están sufriendo insomnio. Se trata del sueño frustrado de Belén (Eva de Dominici), que quería ser una actriz famosa pero la enfermedad psiquiátrica de su padre le impidió conseguirlo porque tiene que cuidarlo. En esa trayectoria de vida, se cruza con Germán Palacios, que le propone unirse a un proyecto experimental de tipo psicológcio con una reconocida doctora (Belén Rueda), en un hospital psiquiátrico abandonado. Formalmente impecable (Hernández cuenta con buenos antecedentes en el género), tiene algunos baches que sin embargo no afectan el objetivo de producir tenebrosidad en el espectador.
Francesca (2015, de Luciano Onetti)
Quince años después de la desaparición de la pequeña Francesa, se reabre el caso. Es que empiezan a producirse crímenes con marcas de agua similares a las que llevaron a la desaparición de la niña. Con referencias a la Divina Comedia y a la estética de su amado Dario Argento, a quien los hermanos Onetti (que filman y escriben juntos) ya habían homenajeado en Sonno profondo.
Terror 5 (2016, de Sebastián y Federico Rotstein)
Rafael Ferro, Gastón Cocchiarale, Walter Cornás, Lu Grasso, Nai Awada, Julián Larquier, Edgardo Castro, Berta Muñiz, Juan Barberini y Marcos Woinsky son el grupo de actores que le dan vida a un film que reúne cinco historias para poner en superficie vicios y malas costumbres argentinas a través del humor negro, algunas perversiones y explosiones gore. Una especie de Relatos salvajes del terror para exponer desde la corrupción institucional al bullying.
Bruja (2019, de Marcelo Paez-Cubells)
Terror tierra adentro, podría decirse. Protagonizada por Erica Rivas, tiene magia negra, Déjà vus y sacrificios y un objetivo de cuestión de género bien marcado. Ella vive sola con su hija -a punto de cumplir los 17- en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Discriminada, usa sus saberes (de bruja) para sobrevivir. Su hija coquetea con un chico al que ella define como La Rata, y termina en un contenedor con otras chicas. Como buena bruja, no falla, y hacia allí va la aventura del film, que también funciona como denuncia social.