El cantante de Hijos del Hijo es autor de la canción “Sangre aborigen”y representante artístico de la comunidad Qom y Moqoit. Su mirada sobre la importancia del proceso que se está llevando a cabo para juzgar la masacre (de Napalpí) y el valor del arte para despertar la conciencia colectiva.
Como es sabido, los delitos de lesa humanidad nunca caducan. En ese contexto es que desde el 19 de abril pasado se está desarrollando el juicio por la Masacre de Napalpí, ocurrida en Chaco en julio de 1924, y en la que fueron asesinados más de 750 aborígenes Qom y Moqoit. Se da junto a otro juicio, por la matanza de Rincón Bomba, en Formosa, sucedida en octubre de 1947.
Rudy Serrano, líder de la banda Hijos del Hijo, le dedica su vida a la música, pero también a visibilizar por medio de canciones como “Sangre Aborigen”, la profunda segregación y ninguneo histórico que sufren las comunidades originarias de nuestro país. Serrano fue nombrado en 2006 representante artístico de la comunidad Qom y Moqoit, un hecho ocurrido en el Servicio de Paz y Justicia de Adolfo Pérez Esquivel, en el marco una ceremonia muy emotiva donde estuvieron presentes diferentes líderes indígenas. Desde entonces y de manera más que activa, el cantante concientiza con su música sobre las masacres ocurridas, al mismo tiempo que acompaña a las comunidades originarias en la reivindicación de sus derechos, algo que por estos días toma más fuerza con el juicio que se desarrolla en Buenos Aires.
“Mi relación con las comunidades aborígenes comenzó de manera muy loca, porque yo estaba buscando mi propia identidad. En 2004 empecé a buscar información porque se decía que mi abuela era diaguita, y luego encontré un texto del escritor Vidal Mario donde se hablaba de dos masacres terribles como la de Napalpí y Rincón Bomba. Eso me sensibilizó mucho y comencé a escribir canciones, pero un día en 2006 mi manager me llevó al Servicio de Paz y Justicia donde estaban los líderes de la comunidad Qom, donde me pidieron que sea una voz para sensibilizar las masacres acá, en Buenos Aires. Más tarde al golpear puertas llegamos a la Asociación Indígena de la República Argentina, después me dio una mano Lito Vitale y muchos artistas más. Ese fue más o menos el comienzo a grandes rasgos. Digamos que 2006 fue un año de mucha sensibilidad para mí”, afirma Rudy Serrano desde su estadía temporal en Chaco, lugar donde está acompañando a los familiares de Egidio García, líder de la comunidad Qom que falleció recientemente.
En tren de conocer las razones por las cuales se perpetuó la matanza de Napalpí, Serrano da a conocer los hechos ocurridos en 1924: “El acto animal que desató la tragedia con las comunidades se dio con un pedido de mejoras en la remuneración del trabajo que se realizaba en los campos, porque no les querían pagar nada, ya que los consideraban como esclavos. Al levantarse en huelga, amenazaron con ir a trabajar a Salta, entonces se desató todo el resto. La masacre fue terrible porque cortaron cabezas y muchas partes de los cuerpos los tiraron por ahí, siendo el mejor el testimonio de lo ocurrido el que ofreció Melitona Enrique, la última sobreviviente que murió en 2009. Ella contó con lujo de detalles lo que pasó frente a la justicia”.
En la actualidad el juicio se desarrolla en la ESMA. Para Serrano, “todo lo que está pasando es más que bueno para las comunidades indígenas, ya que están muy abandonadas. Creo que el juicio va a servir para visibilizarlo y sensibilizar al criollo, o al menos intentarlo. Estoy seguro de que en Buenos Aires no saben mucho de los indígenas, ni de sus necesidades, ni cuál es su espiritualidad. Acá en Chaco, la empatía no existe, y el indígena es un cero. Existe el racismo y tanto acá como allá la gente es indolente con las comunidades, y eso tiene que ver mucho con los tiempos en que vivimos y con el ego que despierta la subjetividad al momento de ver las cosas. Creo que el Estado debería hacerse cargo de todo esto con una reparación histórica, que devuelva tierras, algo que está a mitad de camino porque se habla de cierta cantidad de tierras, pero deberían ser mucho más. Ellos sienten que su oro es la miel, pero ese oro lo maneja el criollo y a la algarroba se la están cortando. Es muy loco hablar de esto en 2022, pero es así”.
Poco tiempo atrás murió Egidio García, líder histórico de la comunidad Qom, un hombre querido y valorado que despertó conciencia puertas afuera de su comunidad. Así lo recuerda Serrano: “Él fue una persona muy sabia y el último líder, con una gran espiritualidad. Yo siempre le dije que tenía que venir a la ciudad para que más gente se entere de lo que pasa con los indígenas, pero él me decía que Buenos Aires era un show. Lo estaban perfilando para que lidere todas las asociaciones indígenas de Argentina, pero ya estaba cansado y me decía que ya estaba viejo, que tenían que sucederlo con los jóvenes. En vida fue una persona que recorrió toda Latinoamérica llevando su mensaje a gente como Rigoberta Menchú, Jacques Cousteau, intercambió diálogos con Jimmy Carter, el Comandante Marcos. Su historia es la de un hombre que tuvo mil vidas en una”.