Pudo tomarse vacaciones, jugar al misterio o correrse de la escena por un tiempo para darle todavía más volumen a un inexorable regreso. Pero no. Rodrigo de la Serna regresó de España tras su exitosa participación en la tercera temporada de “La Case de Papel” y no paró un segundo. “Madrid es una ciudad muy generosa con los latinoamericanos. Uno se siente bastante como en casa, más allá de algunas diferencias idiosincráticas. Conmigo fueron muy hospitalarios y cariñosos. Pero no me daban las patas para volver. Necesitaba estar con mi gente en este contexto sociopolítico y ofrecer todo lo que tengo para dar”, explica el actor y músico.
Esa necesidad de expresarse y participar de la reciente pulseada electoral y social incluyó el regreso de «El farmer», la brillante obra de teatro en la que junto a Pompeyo Audivert personifican dos versiones de Juan Manuel de Rosas que recuerdan, dialogan y polemizan. Al mismo tiempo, esos Rosas sobre el escenario dan testimonio de buena parte de las tensiones y dramas que marcan la historia de nuestro país. La reposición de «El farmer» concluirá este viernes, al menos en esta etapa: “Siento que se trata de una obra mágica desde lo artístico y lo político. Así que este parate es sólo para retomar fuerzas. Con Pompeyo vamos a volver, irremediablemente”.
Su otra gran aventura es El Yotivenco, el grupo que comparte con Juan Pablo Díaz Hermelo (guitarrón), Blas Alberti (guitarra) y Fabio Bramuglia (guitarra). Ni bien el cantante y actor volvió a la Argentina se lanzó a una gira por el interior del país que concluirá el 13 de diciembre en el teatro Gran Rex.
En diálogo con Tiempo Argentino, De la Serna reflexionó sobre sus necesidades expresivas, el presente del país, lo que vendrá y mucho más.
–¿Qué particularidades tiene “Volver en guitarra”, el nuevo espectáculo de El Yotivenco?
–Incluye un repertorio nuevo, que amplía nuestra paleta de ritmos. Empezamos desde lo criollo, pero lo fuimos ampliando, sumando alguna chamarrita, por ejemplo, y ahora profundizamos todavía más en esa búsqueda. La Argentina es un país muy grande no sólo desde la extensión de su territorio: musicalmente tiene una amplitud y riqueza increíble. La zona mesopotámica, por ejemplo, construyó una tradición cultural muy rica. Ahora nos animamos a hacer algún chamamé, de hecho el nombre del espectáculo viene de uno que compuso Roberto Galarza. La idea es profundizar en ritmos e historias para darle más variantes a nuestro repertorio y celebrar una música que sentimos muy nuestra. También vamos a sumar una orquesta típica en algunos temas, para así también crecer en cuanto a sonoridades Y, por supuesto, como siempre, va a dar el presente nuestro grupo de tambores amigos para el cierre y el gran final cortando la avenida Corrientes.
–En los shows de El Yotivenco se nota que disfrutan y a la vez transmiten un muy importante compromiso con esos ritmos, una búsqueda casi reivindicativa.
–Sí, hay un compromiso y una reivindicación. Pero más allá de que los grandes sistemas de difusión los ignoran, son ritmos muy vivos. Lo puede comprobar todo aquel que se dé una vuelta por las peñas y las milongas de la Ciudad. En el interior se nota todavía más. En algún momento sentíamos que la reivindicación de estos ritmos tenía que ser muy potente porque notábamos que había muy pocos jóvenes interesados en ellos, básicamente porque son bombardeados por otras cosas. Pero desde hace más de una década eso cambió, afortunadamente. Nuestro compromiso es muy hondo y tiene que ver con el goce y con ese patrimonio. Sin chovinismos ni falsos nacionalismos, se trata de uno de los tesoros más valiosos que construyó nuestro pueblo y no lo queremos abandonar.
–La vuelta de “El farmer” concluye este viernes, después de llenar el teatro La Comedia durante casi dos meses.
–Sí, necesito parar un poco por temas familiares. Fue un año muy intenso. No fue casual esta vuelta. Con Pompeyo queríamos acompañar la coyuntura de la Argentina. Rosas es importantísimo para la historia de nuestro país. Y esta obra en particular reflexiona mucho sobre su vida, su legado y todo lo que sufrió. Es increíble la vigencia del texto y de la propia construcción de Rosas. La problemática del ser nacional tiene plena actualidad. Las reflexiones de Rosas en la obra también cuestionan nuestro presente. Diría que puede aplicar también para este momento de Latinoamérica. Todo eso y el tono de la obra que se mueve entre lo histórico, lo político, lo filosófico y lo esotérico, hace que sea un placer hacerla y que ineludiblemente en algún momento, no tan lejano, volvamos a ella.
–Durante estos últimos cuatro años se multiplicó la inflación, la pobreza y el desempleo. Vos lo señalaste en reiteradas oportunidades.
–Sí. Fui muy crítico con el macrismo, pero creo que debí serlo mucho más. Tuve que dar mi opinión con más firmeza. En ese sentido hago una autocrítica. Antes que asumieran ya sabíamos lo que iba a pasar. No había forma de que esto saliera bien, no era lo que buscaban. Siempre dije lo que pensaba, pero quizás tuve que aprovechar mejor los espacios de difusión que tengo. Hubo gente que se mandó para adelante con todo. El Gobierno de Macri hizo mucho daño.
–¿Cómo vivís la inminente llegada a la presidencia de Alberto Fernández?
–Con mucha esperanza, con muchas expectativas. Pero sabiendo que Alberto Fernández va a asumir en un contexto muy delicado. Lo que está pasando a nivel continental es muy preocupante y los frentes que se pueden abrir en nuestro país también pueden serlo. Por eso siento que todas y todos debemos abrazar esta esperanza y pelear por ella. Creo que es bueno que en este contexto regional la Argentina haya logrado una transición entre gobiernos democráticos sin muertos, desaparecidos ni torturados. Espero que las cosas vayan mejorando, considero que vamos a entrar en un sendero virtuoso y ojalá las cosas se vayan acomodando lo más rápido posible. Pero necesitaremos coraje para asociarnos con los socios que más nos convienen. Habrá que bancarse posibles resistencias internas y externas. Creo que existe un camino para un país mejor, una región mejor y –si querés– para un mundo mejor. Hay un paradigma en disputa, algo nuevo que quiere salir, no es casual tanto movimiento en las calles. Hay que visualizar un destino mejor y avanzar en esa dirección como pueblo, como Estado y como país.
“El Farmer”. Viernes a las 22 en el teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062. El Yotivenco presenta “Volver en guitarra”, el viernes 13 de diciembre a las 21 en el Gran Rex, Av. Corrientes 857.