Los primeros días de enero de 2025 llegará a los cines Better Man, la película que lleva a la gran pantalla la vida del cantante Robbie Williams en la que el artista es representado, desde su infancia hasta su consagración como gran estrella del pop, por un chimpancé creado por CGI. Dirigida por Michael Gracey (El gran Showman) en la película Williams aborda sus problemas familiares, sus inicios con la formación de Take That y también sus años de mayor autodestrucción con múltiples adicciones y ataques de pánico en los escenarios.
«He aprendido más de las drogas que en el colegio», afirma en una entrevista concedida a Europa Press en la que matiza que, lejos de hacer apología del consumo de ciertas sustancias, aquellos años oscuros le sirvieron para conocerse mucho más como persona y ganar en «inteligencia emocional» en una época en la que la que palabras como depresión, adicción o salud mental no estaban en la conversación como lo están hoy en día.
«No sugiero que las personas salgan y tomen drogas. Solo estoy diciendo que yo tuve suficiente la suerte de graduarme de esa escuela y dejarla atrás», expone el autor de éxitos como ‘Angels’, ‘Rock DJ’ o ‘Feel’ que destaca que, además de «los muchos arrepentimientos», «la vergüenza» y «todas esas cosas malas», en esa época aprendió a tener «la inteligencia suficiente» para ser consciente de su condición. «Pude darme cuenta de que estaba matándome, de que yo era un adicto, un alcohólico y que reaccionaba de manera diferente a esas sustancias que el resto de la gente», señala.
Ese proceso de sanación y reconstrucción personal, que se refleja en el tramo final de la película, sigue a día de hoy cuando Williams reconce que, «aunque mucho, mucho menos», sigue viendo a monos enfadados cuando sube a un escenario y sigue sufriendo en cierta medida el síndrome del impostor.
«No siento que merezca lo que tengo, pero ya no me preocupa. Ya no es un problema. No pienso en ello y si lo pienso, recuerdo que siento que no merezco nada de esto… sé que va conmigo en el viaje, pero ahora hay un adulto al volante. Pero el chimpancé, la impulsividad, el idiota, el chico divertido… siguen conmigo en el coche», reflexiona Williams que reconoce que la idea de representar a su personaje como un mono fue del director y le pareció excelente para no hacer de ‘Better Man’ otra película más sobre la vida de una estrella de la música.
«Hay muchos, muchos biopics, tal vez demasiados. El público creo que muy posiblemente ya está aburrido de los biopics. Y necesitamos un punto de vista que lo hiciera único. Michael Gracey vino con esa idea y pensé que era increíble», recuerda el artista que también confiesa que creía que les sería «imposible» encontrar en la industria personas lo suficiente «locas» como para conseguir financiación. «Pero los encontramos. Gracias. Necesitamos gente loca», dice con una sonrisa.
Y más allá de la financiación, reconoce Gracey, el mayor reto a la hora de ejecutar esta heterodoxa idea, que sacó reconoce tras repasar horas y horas de entrevistas y conversaciones con el propio Williams que repetía una y otra vez «como un mono atrapado que actúa ante los demás», fueron las cuestiones técnicas.
Un aspecto en el que destaca el gran trabajo durante el rodaje de Jonno Davies, el actor de captura de movimiento que encarna al personaje protagonista, y de WETA Digital, la compañía neozelandesa fundada por Peter Jackson responsable de los efectos especiales de las películas de El Señor de los Anillos, la saga Avatar, producciones de Marvel como Guardianes de la Galaxia 3 o Thor: Love and Thunder y, también, de las más recientes entregas de la franquicia El Planeta de los Simios. «Fue una decisión que costó mucho dinero pero de la que no me arrepiento en absoluto, porque creo que es lo que hace el filme tan especial», sentencia.
Junto al mencionado Jonno Davies, el actor que pone movimiento al mono protagonista que representa a Williams, el reparto de Better Man lo completan nombres como Alison Steadman, Steve Pemberton, Damon Herriman, Raechelle Banno, Kate Mulvaney, Frazer Hadfield, Tom Budge o Anthony Hayes.
Europa Press