Dice uno de los testimonios de Por el Paraná que la naturaleza no perdona nunca. Y algo así hizo con los realizadores Alejo di Risio y Franco González. Partiendo de la intención de explicar las razones de una expoliación económica como es la llamada hidrovía del Paraná y potencial renovación de su contrato de explotación, al remontar el Paraná en busca de testimonios e imágenes terminan ofreciendo un testimonio profundo sobre lo que es un ecosistema: algunas de las formas de su funcionamiento, la influencia que tiene en el quehacer diario de los lugareños a sus orillas y ciudades lindantes, la configuración de sentimientos y sueños, en su forma de decir y pensar, en síntesis, la conformación de una cosmogonía alrededor de un “accidente natural”: una razón más para entender por qué somos humanos y no otra cosa y, lo más lindo, el orgullo por serlo.

“No sólo se trata de la identidad del río -coincide di Risio-, sino que es imposible pensar ciertas construcciones comunitarias sin él. Mientras la película avanza deja de hablar de la hidrovía y empieza a hablar del río Paraná, y mostrar que la cultura litoraleña es indivisible del ambiente. Al principio cuando la gente decía: el río es la vida, lo pensábamos más como una cuestión de que tomaban agua, pero no: el río es la vida cotidiana, la poesía de Juan de Ortiz, es el ritmo del río festejado en el chamamé y las chamarritas, es la cuenca como una forma de habitar y de entender qué es lo que les sucede día a día. La pregunta que nos regía era: ¿dónde empieza y dónde termina un río que está constantemente atravesado por bajantes y crecientes, que es un delta, que sus fronteras están constantemente cambiando entre tierra, agua, humedal, tierra que se inunda y se desinunda? Y en ese sentido la salud del río se ve reflejada en la salud de lo comunitario y de las visiones comunes, que es lo que la extrema derecha viene a destruir: noción común y comunidades organizadas.”

González y di Risio se conocieron haciendo cobertura “en los albores del macrismo en 2016”, y mientras Franco tiene militancia sindical, Alejo la tiene en lo ambiental y temas de ecología. Al toque de la salida de la pandemia, se pusieron a investigar sobre el “derrame de petróleo en agua dulce más grande de la historia, que fue en 1994 en Punta Indio”, pero ante las noticias sobre la renovación del contrato de explotación de la hidrovía decidieron cambiar por algo más coyuntural. “Entendíamos que lo que estaban contando los titulares de los grandes medios hegemónicos reflejaba algo similar a lo que sucede con otros grandes proyectos de infraestructura: se llama el triángulo del litio a la cuenca de Atacama.” Además González, natural de San Pedro, estaba algo más consustanciado con el estropicio que vienen haciendo con el Paraná.

Mientras descubre cosas del río, el público descubre razones para algunos de sus pesares, que exceden lo económico. Sobre el final, el joven historiador Ezequiel Gato, al responder sobre los futuros del río, al borde del río, dice: “Estas son las costas que necesitamos: el relativo silencio que hay en este lugar es un bien muy escaso en las ciudades, y haría muy bien tener más espacio de silencio en las zonas urbanas”. “Para nosotros el río es un bien común -señala di Risio-. Lo que tenemos para oponer a los que dicen que nos salvamos solos tiene que ver con visiones comunes: el ambiente, la cultura, el río, un reivindicar una posibilidad de comercio exterior con otro poder y otras distribuciones que vayan a otras visiones comunes por y para el pueblo.”

Hay una profunda necesidad del paso a la acción, de respuestas concretas a esta gran temática -cuenta di Risio sobre cómo fue cambiando la recepción del público desde su estreno comercial en Mayo pasado en el Gaumont-. Venimos distribuyendo el documental por circuitos no tradicionales, lo acercamos a organizaciones ambientales y sociales que quisieran organizar funciones y tuvimos una respuesta increíble. Y el foro por la recuperación del Río Reconquista, en el municipio de San Martín, les pareció súper movilizante para avanzar en propuestas para tener una reserva que hay en San Martín que da al Río Reconquista. Hay algo que la gente quiere y necesita pasar a la acción.” 

La intuición de la gente no parece para nada desacertada: el Reconquista pertenece a la cuenca Del Plata, que es la que está en riesgo, por más que sólo se hable de la hidrovía Paraná – Paraguay. Y por eso en el documental se ven escenas de fraternidad -desde vaqueanos que bajan a la orilla a gente a caballito hasta biólogos que tratan al camalote con el amor que se le dispensa a una mascota- que en el bombardeo comunicacional reaccionario, misógino y racista funcionan como activismo político contracultural. La película que además cuenta con una hermosa música original compuesta por Pol Nada (“a quien invito a escuchar en las redes”), opera un cambio de perspectiva sobre las formas nuevas que deben emplearse para una lucha que se presenta como novedosa, antes que por sus objetivos, precisamente por sus formas.

“Compartiendo la película con mucha gente que estaba interesada en la temática, muchas veces nos preguntaban sobre ambiente y economía, como si hubiera una dicotomía entre ambas. Y lo que fuimos desenredando a partir de hacer la película es antes que nada quiénes somos el nosotros que tiene que hacer algo con eso, si había un posible nosotros en un modelo de hidrovía nacional. Y lo que llegamos a reflejar en la película es que no había una división entre ambiente y desarrollo. El agua es la vida no en el sentido de supervivencia, sino que expresa que la disolución de las fronteras entre ambiente, cultura y vida es algo natural. Algo que quienes estamos en las ciudades lo vemos como cosas separadas. Teníamos muy en claro que no queríamos hacer un documental de denuncia, no queríamos solamente decir lo que estaba mal, pero sí acercar visiones comunes en torno al ambiente, las economías para la vida y a sociedades que puedan vivir en conjunción con esos ambientes.”

Por el Paraná: la disputa por el río

Dirección: Alejo di Risio, Franco González. Guión: Alejo di Risio, Franco Gonzalez, Matías Blanco. Próximas funciones: jueves 21/11, Bariloche, Centro Cultural Municipal La Llave;  viernes 22/11, Bariloche, Centro Cultural Macacha; martes 26/11, Facultad de Ciencias Exactas, UBA (Ciudad Universitaria); Viernes 29/11, con la CTA en Zárate; viernes 13/12, con Ambiente en Lucha en CABA.