Anna
Llega una de las miniseries que más repercusión tuvo en Europa el año pasado, y que varios asocian con la exitosa Los 100 (2014). Cuenta la historia de la aparición de un virus a nivel planetario que sólo mata a los adultos, dejando al mundo a disposición y mando de los niños, que son inmunes hasta la pubertad. La inmediata asociación con el Covid -sobre todo en sus comienzos-, no tiene relación con la fantasía pergeñada por Niccolò Ammaniti, el creador de la muy buena Il Miracolo: tiene más relación con esa idea cada vez más extendida, en especial en el mundo desarrollado, de infancias que antes que pensadas para jugar y divertirse, están diseñadas para el trabajo y el bienestar en el futuro (que después siempre resulta distinto al imaginado). Como buena aventura, se presenta incierta y peligrosa, pero también llena de descubrimientos jamás imaginados.
Desde el lunes 13 en AMC (TV por cable)
Amor y anarquía
Segunda temporada de la picante y por momentos incisiva comedia sueca con episodios de 30 minutos. La serie está comandada por una consultora casada (la sensual Ida Emelin Engvoll como Sofie), con una cabeza ganada por las principales ideas neoliberales, que se masturba periódicamente para encontrar un poco de satisfacción sexual. Es contratada por una editorial de tanto prestigio como malas finanzas, que quiere empatar un poco las dos dimensiones. Allí conoce, entre otros, al ‘pibe de informática’, que como suele ocurrir en los trabajos tan relacionados con el capital simbólico, desentona del resto. Al punto que se enganchan sexualmente -él más romántico, como corresponde a sus tempranos veinte-, y todo empieza a desequilibrarse en la vida de Sofie, cuya única preocupación antes de su entrar a la editorial era sentir mucha culpa por masturbarse tanto. Con su tono liviano, la comedia pone el dedo en la llaga sobre los lugares comunes de la progresía biempensante y también en el del neoliberalismo que se siente práctico y superado: Sofie tiene un padre de fracasado pasado izquierdista que le inculcó, precisamente, sus ideas más encantadoras, pero que no le sirvieron para hacer dinero.
Disponible en Netflix desde el 16.
No me conocen (viernes)
You Don’t Know Me (tal su título en inglés) es una miniserie de cuatro capítulos cuya primera escena es la acusación a Hero de haber perpetrado un asesinato: las pruebas en su contra son innumerables; parece que nada ni nadie, y menos él mismo, podrán evitar que se lo encuentre culpable de haber matado a Kyra. Pero él quiere dar su propio alegato, y ahí comienza el lado B de la historia, en la que el espectador, al mismo tiempo que el jurado, podrá establecer cuánto de lo que se lo acusa a Hero es verdad, y cuánto de lo que Hero dice, además de no ser mentira, podría aliviar su culpa en la muerte de la joven. Basada en la novela policial de Imran Mahmood publicada en 2017 (y que se ocupa también de los problemas de las comunidad negra en Inglaterra), luego de su estreno exclusivo por la BBC tiene su lanzamiento mundial
Disponible en Netflix desde el viernes 17.
Players
Con un estilo documental aunque se trata de una ficción, la serie sigue a un equipo ficticio de esports profesionales de League of Legends, que busca conseguir su primer campeonato. (Para quien no está familiarizado, el League of Legends -también conocido como LoL- es un videojuego del género multijugador, que forma parte de los deportes electrónicos; fue desarrollado por Riot Games para Microsoft Windows y OS X y para consolas digitales). El dilema acá es, como en tantas historias, generacional: hay un pibe nuevo de 17 años que es un capo total y un veterano de 27 años que armó la estructura que llevó al equipo a esta posibilidad, pero se llevan a las patadas. Sin embargo, su principal atractivo es que es de los mismos creadores de la muy buena American Vandal, Tony Yacenda y Dan Perrault.
Disponible en Paramount desde el 17.
It’s a Sin
Gran miniserie que cuenta como pocos audiovisuales los primeros días del HIV, cómo tomó por sorpresa a todos, mayoritariamente a la comunidad homosesual, que vivía un momento de nuevas libertades de disfrute a partir de sus luchas y de una disminución en la persecución legal y moral que se hacía de sus juegos y elecciones sexuales. Porque si muchos se ocuparon de lo que fue el virus y la posterior enfermedad del SIDA, casi no hubo crónicas de aquellos primeros momentos donde el desconocimiento y el casi obvio prejuicio prevaleció por sobre todo, y la discriminación que estaba disminuyendo tomó al virus como excusa para crecer a límites que parecían haber quedado atrás. Crueldad y ternura se unen en esta miniserie que rescata esas dos caras de la moneda humana.
Disponible en HBO desde el viernes 17.