En la calle muchas veces la reconocen como la chica que acompañaba a Diego Capusotto y a Ivana Acosta no la sorprende. Sonríe y sigue. Estuvo en tele, radio y cine. Pero ahora desarrolla su carrera por otro lado: tiene una productora artística para eventos y reuniones sociales y empresariales. La fama no es algo que la obnubile y le gusta hacer cosas diferentes. “Siempre fui culo inquieto”, admite esta chica nacida en Córdoba capital, en el barrio Alto Alberdi (simpatizante de Belgrano y fernetera, según su autodefinición).
Entró al programa de Peter Capusotto y sus videos en 2007 y desde entonces entró en el imaginario popular como la chica Capusotto. Al terminar el ciclo hizo teatro en Carlos Paz y en la pantalla grande filmó Peter Capusotto y sus 3 dimensiones, y también la película Fontanarrosa, Lo que se dice un ídolo. También incursionó en radio, publicidad y, en los dos años de pandemia, produjo muchos videos que compartió en sus redes.
-¿Qué recuerdo tenés del primer sketch que hiciste con Capusotto?
-No entendía bien la onda de lo que tenía que hacer, pero Pedro Saborido me explicó y listo, arranqué de una. Todo fue rápido, no es que estaba nerviosa o algo así. La pasábamos bárbaro. Era un ejercicio imposible no reírme en el medio de la filmación ante la poesía de Luis Almirante Brown, por tirarte un ejemplo.
-¿Cómo llegaste a Peter Capusotto y sus videos?
-Por un casting al que fui a probar suerte, como tantas veces hice. Lo loco es que como siempre digo, no sabía quién era Diego, no lo conocía, ni nunca había visto nada de él. Le puse poca expectativa, pero le agarré al vuelo la onda y quizá por eso salió bien. Me quede hasta que terminó el ciclo.
-¿Recordás que te pidieron en la primera escena?
-No, tanta memoria no tengo. Pero creo que me quedara quieta y me salió perfecto (risas). Arranqué con apariciones mínimas, detalles, hasta que me fui soltando y pude encontrar un lugar como un personaje más dentro de la dinámica y estructura del programa. Con Pedro y con Diego pegamos una onda bárbara al toque. Fue todo muy lindo.
-¿Qué querías ser de chica?
-Toda la vida soñé con ser artista. Lo tenía claro. Estudié danza desde muy chica, sin saber para donde iba a ir, pero siempre quise estar relacionada con el asunto. En mi época subirse al escenario era visto como un hobby. El famoso de qué vas a vivir. Pero siempre supe que algo de esto iba hacer.
-¿Cómo alumna cómo eras?
-Muy aplicada. En la primaria fui abanderada alguna vez. Y en la secundaria también me iba muy bien. Me daba la cabeza para hacer de todo. Tenía buenas notas y era prolija. Pero lo que más me gustaba era gimnasia. Jugaba en el equipo de vóley del colegio, y en mi colegio le daban bola, así que entrenábamos bastante. Ayudaba tener buenas notas. Tenía changui para manejarme un poco como quería.
-¿Juego favorito para el recreo?
-El elástico me encantaba. Y de grande, ya en la secundaria, me acuerdo que armábamos partidos de handball. Siempre andaba en algo. Pero siempre algo sano, no armaba bardo. Siempre fui muy madura.
-¿A qué edad te viniste a Buenos Aires?
-A los 21 años, como bailarina, algún bolo como actriz tuve, pero lo primero grande fue ganar un concurso para seleccionar bailarinas para un show del Puma Rodríguez. Debuté nada más y nada menos que en el Luna Park, pero fue difícil tener continuidad. Pero bueno, hacía castings para ver si salí algo mientras trabajaba en una oficina de administrativa.
-¿Qué otras cosas hiciste antes de Capusotto?
-En 2001 estuve con Roberto Pettinato en vivo por El Nueve, cuando era todavía Azul Televisión, junto a Coco Sily, Daniel Aráoz, Fernando Peña y seis bailarinas que danzaban al ritmo de una banda en vivo. Después baile en La movida del verano, junto al Muñeco Mateyko y en algunos programas de Julián Weich, además de algunas participaciones en ShowMatch. Llegar a tener un programa de gimnasia Utilísima Satelital. Y por cordobesa, también fui parte de sketches de Yayo Guridi, en Sin codificar. Pero cositas esporádicas. Lo más estable fue lo de Capu. Pero siempre me las arregle, pude comer.
-¿Comida favorita?
– El asado. Completo, con todo, con amigos y familia. Me encantan las milanesas con papas fritas. Pero el asadito es lo más, por lo que significa todo el ritual.
-¿Qué es lo primero que hay que hacer al levantarse?
-No sé. Pero yo no puedo evitar agarrar el celular. Está pésimo, pero bueno. No lo puedo reprimir. Es despertador, linterna, agenda, teléfono, o para la pavada, ni hablar. Es una adicción de estos tiempos. «