Lorena Vega es actriz, directora, dramaturga y docente de teatro. Nacida en Lomas del Mirador, desde los 16 años trabaja en la escena independiente. Participó en más de 40 obras de distintos autores, tanto clásicos como contemporáneos, y en piezas de creación colectiva. Formó parte de la Compañía Grupo Sanguíneo, con Valeria Lois y Martín Piroyansky; y de Buenos Aires Escénica, con Matías Feldman. Entre sus papeles más recordados se cuentan los que interpretó en Salomé de Chacra, de Mauricio Kartún; en el unipersonal Yo, Encarnación Ezcurra, y el más reciente Imprenteros, un biodrama donde se animó a contar su infancia y adolescencia junto a sus hermanos menores, Sergio y Federico, a los que convenció de actuar a pesar de no ser del palo artístico. También hizo cine (Aire Libre, de Anahí Berneri: La Paz, de Santiago Loza y Un bosque en silencio, de Alex Tossenberg, entre otros) y televisión (Graduados, Un año para recordar y varios más). Actualmente dirige Precoz, obra basada en el libro de Ariana Harwicz, con actuaciones de Valeria Lois y Tomáz Wicz, y bajo las órdenes de Mariano Tenconi Blanco, actúa en dos puestas: Las cautivas, en el Metropolitan Sura, y La vida extraordinara, en el Teatro Picadero.
-¿Cuáles son las primeras tres cosas que debe decir tu biografía?
-Hija de Alfredo, gráfico; y de Yeni, modista. Luego; actriz, directora y todo lo demás.
-¿Hiciste algún deporte alguna vez?
-Jugué al vóley muchos años, de chica.
-¿En qué se parecen el deporte y el teatro?
– En que hay gimnasia. El deporte tiene algo de arte, también. Te doy un ejemplo; como actriz, me siento o me sentí mucho tiempo, más teniendo un tol de armadora que rematando.
-¿Cómo sería eso?
-En la cancha, en vóley, yo levantaba la pelota y la remataba mi amiga Luciana. Eso quedó en mí, incorporado, y a la hora de poner el cuerpo o aportar algo a un espectáculo, yo tomaba ese rol de dar la chance al otro para que se luzca. Con el tiempo fui tomando otro lugar, animándome a ser más el centro, yo, y tratando de no repetirme. Lo colectivo es clave en las disciplinas de equipo.
-Para ver un partido: ¿Vóley o fútbol?
-Hoy por hoy, fútbol. El Mundial de Qatar nos marcó a todos. Fue hermoso.
-¿El escenario es un lugar de encuentro o de disputa?
-Es un espacio, según entiendo, en el que todos los que participamos podemos aportar un estilo, una mirada, sin pensar lo mismo; cada uno tiene una impronta singular que permite un ejercicio constante de convivencia. Me gusta trabajar con otros y otras, escucharnos y dejar que nos ponga en jaque lo que los demás aportan. Eso está bueno. Eso nutre.
-¿Qué es más importante para tu oficio: leer un libro, ver películas u obras?
-Todo es importante, todo es parte de la formación constante y diversa, que te sirve cuando tenés que resolver cualquier situación en escena. Es como entrenar.
-¿Salir o quedarse en casa?
-Depende del momento. A veces una cosa, y a veces otra. Si no tengo ganas, no me obligo a salir, porque la voy a pasar mal.
-Una parecida, pero de vacaciones. En uno de esos períodos complicados que a veces tocan: ¿viajás o te quedás a resolver algo que durante el año no se pudo?
-Y… Prefiero viajar, pero es verdad que a veces no hay alternativa y hay que aprovechar el tiempo libre para cuidar lo de uno. Pero si me das a elegir, sin dudas, prefiero ir a pasear.
-¿Algún destino en especial? ¿Montañas o playas?
-La playa, siempre. Es lindo ver distintos paisajes, pero el relax de mirar el mar y sentir la arena, no tiene qué le compita.
-¿Y si hay que elegir entre turismo aventura o grandes ciudades?
-Soy urbana. Me gusta Buenos Aires, prefiero ver otras locuras y compararlas con las que tenemos acá. Me gustan las ciudades. Una ciudad cerca de una playa, eso sería ideal.
-¿Indignarte o resignarte?
-Indignarme. Resignarse es entregarse; eso nunca, hay que lucharla, pero también es cierto que sólo indignarse y no hacer nada, es una queja sin sentido. Sirve sólo si mueve a la acción para cambiar.
-¿Cábalas?
-Sí, tengo cábalas, pero no las voy a decir.
-¿Para el trabajo o para la vida?
-La vida y el trabajo son casi lo mismo para mí, no hay mucha diferencia. Pero más para trabajar, te diría. Pequeños rituales que te relajan, pero que se pueden identificar como cábalas.
-¿Talento o esfuerzo?
-Las dos cosas. Una sin la otra, no sirve demasiado. Son las dos o nada
-¿Enseña más éxito o el fracaso?
– Tampco hay uno sin otro. Hay aprendizajes en los dos casos, ninguna de las situaciones es tan fácil como parece.
-¿Qué es mejor? ¿Tener una habilidad oculta o una pericia reconocida por los demás?
– No sí si tengo una, pero me gustaría más una habilidad oculta. Estaría bueno.
-¿El teatro o el cine? ¿Cuál sería tu hábitat natural?
-El teatro es donde más estoy, por donde me nuevo. Si tengo que elegir, me quedo con el teatro, pero es amor total que tengo por el cine, también. Es maravilloso. Es parte de mi vida, de hecho, estoy casada con un cineasta, imagínate…
-¿Invierno o verano?
-Invierno.
-¿Por qué?
-Me gusta el color de los días, el clima. Es más difícil sobrellevar el calor, que es agobiante. El frío se resuelve más fácil. Además, siempre es un momento del año muy activo y eso me atrae. Hasta me gusta ver a la gente pasar toda emponchada.