Tras su paso por el Festival Internacional de Venecia, recientemente llegó a los cines el film Invisible, del director Pablo Giorgelli. Esta es la segunda película del realizador de la multipremiada Las acacias, que en 2001 ganó en el Festival de Cannes el galardón a la mejor ópera prima. Para esta nueva entrega, el director eligió contar la historia de Ely interpretada por Mora Arenillas, una adolescente embarazada que debe tomar una decisión sobre su cuerpo mientras se pregunta si está lista para ser madre.
En tren de explicar su nueva película, Giorgelli sostiene que «uno no sabe bien de dónde vienen las cosas, hay algo que se tiene adentro para contar y termina saliendo. Para mí, arrancar con una película es como enamorarse, es un sacrificio grande, físico, emocional y económico que agota. Por eso me tomé un tiempo para darle distancia al mareo que me dieron los premios y la buena repercusión de Las acacias. Estuve casi un año dando vueltas después de eso, así que me tomé mi tiempo para desprenderme. Todo el mundo me decía que ahora era el momento para aprovechar el envión, pero paré hasta que tuviera algo que me gustase. Supe al tiempo que quería contar una historia adolescente y desde la mirada de alguien que atraviesa ese momento. Tenía un viejo proyecto de una historia que transcurría en Catalinas Sur, mi barrio, pero nunca lo pude hacer, así que creo me parece que esta es la evolución de aquel viejo proyecto», cuenta Giorgelli.
El director empezó con el proyecto de Invisible en 2012, cuando esbozó los primeros esquemas generales del film que terminó estrenando justo cuando el debate por la legalización del aborto está más que presente que nunca, tanto en la agenda mediática como en la opinión pública, especialmente después de que se confirmó que el debate llegará al Congreso Nacional. «Estoy feliz porque estrené en un contexto como este y tuve la suerte de haber llegado por estos días a las salas. La idea es que se genere una conexión emocional con el espectador que mire la vida de Ely. Espero que trate de entender lo que le pasa a alguien que vive esa problemática y que también pueda aportar su granito de arena al debate», afirma el director, al mismo tiempo que sostiene: «Detrás de los discursos y estadísticas hay gente que la pasa mal».
Por otro lado, Mora Arenillas, la protagonista del film, sostiene que Invisible tiene características de buena factura: «Es una historia bien contada y verosímil, con un tema que es importante para todas la mujeres. Es conmovedor saber más y dejar de esconder las cosas de este tipo». Ella se enteró del casting para esta película por su papá (el actor Fabián Arenillas), y confiesa que estuvo un año y medio para enterarse de que había obtenido el papel. Giorgelli aclara: «La película fue un proceso largo de elaboración y no queríamos que cualquiera sea la protagonista. No era fácil, estaba prohibido sonreír y todo tenía que pasar internamente. Encontrar a alguien como ella, que transmitía mucho sin decir palabras, fue lo mejor que nos pudo haber pasado en esta producción».
El aborto está prohibido en toda América Latina, a excepción de Cuba y Uruguay (se legalizó en 2012) cuyo sistema registró una considerable baja de la mortalidad materna desde su implementación según datos oficiales. En la Argentina, según cifras de la CEPAL, se estima que se realizan un promedio de entre 486 mil y 522 mil abortos clandestinos al año. «El cine es catarsis. Creemos que una película puede ser un excelente vehículo para dar mayor visibilidad a la problemática, buscando generar un cambio en la mirada negativa y prejuiciosa que hoy tiene el público en general sobre el embarazo adolescente. El cine no es para pasarla bien sino para movilizarte, que te pase algo con lo que ves en pantalla», concluye Arenillas. «