Nora Sarmoria: «Las etiquetas son barreras que hay que saber ignorar»

La pianista y compositora Nora Sarmoria quería hacer algo especial para su décimo disco solista. Por eso indagó en su trabajo para ver qué era lo que mejor representaba su recorrido musical y se encontró con la idea de fusionar dos autores que la apasionaron desde siempre. El trabajo se llama simplemente Thelonious & Cuchi y es un esfuerzo minucioso y dedicado que une dos mundos aparentemente distantes: el del emblemático pianista de jazz Thelonious Monk y el enorme compositor y también pianista de nuestro folklore, el Cuchi Leguizamón.

El repertorio del álbum está conformado por versiones de «Well You Needn’t», «Boo Boo’s Birthday», «Japonese Folk Song», «Pannonica», «San Francisco Holliday» y «Skippy», de Thelonious Monk; y «De solo estar», «Amores de la vendimia», «Zamba del mar» y «Chacarera del holgado», del Cuchi Leguizamón.

«Son artistas que toqué mucho y escuché mucho desde mi más tierna juventud», explica  Sarmoria y luego detalla: «Junté unas grabaciones que tenía de un pedido que me había hecho Adrián Iaies alguna vez para la Usina del Arte y salió esto». La pianista y compositora articuló material de dos conciertos: Versiones Sudamericanas de Monk (Festival de Jazz BA 2014) y Avenida Leguizamonk (2018). «Me gusta la impronta que logré y siento que uní a estos dos maestros con mi mirada de una forma muy natural», destaca.

Sarmoria está convencida de que la música es unión: «El proceso de tocar al Cuchi y arreglar sudamericanamente a Thelonious fue un desafío grande, pero muy fluido. El modo de encarar el piano me identifica totalmente, me marcó desde mi más tierna adolescencia, cuando escuchaba tocar el piano a Thelonious y al Cuchi. Tengo entendido, por charlas con su familia, que el Cuchi no conoció la música de Thelonious sino hasta los 70 años. Pero el modo despojado y tan original de encarar el piano está presente en ambos, cada uno en su hemisferio, pero con la misma innovación en el ADN de sus pianos, de eso no tengo dudas».

Sarmoria dirige la Orquesta Sudamericana (que cuenta con 22 músicos) y es su fundadora y arregladora. También está a cargo de la Orquesta Popular del Conti (35 músicos) y del Ensamble Juvenil del Conti, donde participan niños y jóvenes entre 6 a 17 años.

Sobre la música en general, señala: «Me parece que no hay que encuadrarse tanto sino tocar y tocar. El folklore y el jazz los puedo navegar sin ponerme tapujos. Las etiquetas son barreras que hay que saber ignorar. Me gustan las canciones que no son fáciles de etiquetar. Está bueno sentir sin pensar qué es o cómo se llama el estilo».

En el álbum Thelonious & Cuchi, Sarmoria –piano y voz– está acompañada por Patricio Bottcher en vientos y Vanesa García en percusión. También participaron en la grabación Martín Pantyrer, Facundo Ferreira, Ariel Naón, Marcos Cabezaz, Victoria Zotalis y Asaka Igarashi, la chelista japonesa.

Para Sarmoria, hacer música siempre es decir algo, por eso cada expresión debe ser diferente: «Me gusta tocar para ver la versatilidad que tienen canciones que parecen sagradas. En todo estilo hay algo de algún otro. Hay encares rítmicos que se hermanan y es interesante ir encontrándolos».

«Una de las cosas más interesantes de estos dos maestros es que fueron grandes innovadores –subraya la pianista–. Por eso también busqué darle mi mirada, acudir a canciones que no fueron tan reversionadas o incluso inéditas de ambos. Sobre todo de Cuchi. Encontré muchas excelentes canciones para mostrar. Con Monk busqué  durante meses, escuché todos sus discos. Quedaron un montón afuera. De las que quedaron, algunas son simples, otras más complicados, pero todas tienen la magia de dos músicos maravillosos e irrepetibles».