Hace casi 30 años que Nora Benaglia llegó a Jujuy, oriunda de La Plata, y sin embargo dice que todavía no sabe del todo los motivos que la llevaron allí. “Hay una canción, “Agua cantora”, que dice: ‘Ya mis ojos van buscando la mirada revelada/ que germina en lo profundo de los párpados del mundo’. Y yo la estaba trabajando con mi profe de canto y me apareció en la cabeza la imagen de uno de los chicos a los que les dispararon y perdieron un ojo (durante el reciente Jujeñazo, N. de R). Ahí me di cuenta de que eso también era una respuesta mía de este momento acá. No sé por qué salió ese texto. Siento que hay una convivencia de situaciones que se van entrelazando y dando sentido a este aquí y ahora, por más que todavía no lo puedo expresar más claramente”. “Agua cantora” cierra el armoniosamente bello Agua, el último álbum de esta música, escritora, docente y militante por la Pacha, que presentará en La Plata el próximo sábado 30 y en Buenos Aires el sábado 6 de octubre.
“Los tiempos lentos” de Tilcara, dice, donde se alojó a poco de llegar a Jujuy a mediados de los ‘90, le hicieron entender que lo importante para la transformación “es trabajar en lo pequeño, en muchas, muchas pequeñeces”. De esas pequeñeces nació su disco, que siente integrado a la lucha que desde hace años están llevando adelante las comunidades originarias y a la que en los últimos años se sumó parte del pueblo trabajador, en especial el gremio docente. Más cronológicamente, puede decir que el disco nació en la pandemia: “Sentí que la naturaleza nos estaba dando una alerta, era una última oportunidad. Nos estaba diciendo de manera muy drástica y tremenda lo que estaba por pasar. Tenía mucha bronca, más que miedo, de lo que estábamos haciendo. Tuve tiempo de observar, de percibir cosas que tenían otros tiempos. Siempre pienso que lo pequeño nos da las pistas para entender lo más grande, desde ahí podemos comprender: el reflejo de las cosas más grandes siempre nace de las cosas más chiquitas. Ahí empezó toda esta historia del agua, a pedir pista, digamos (risas)”.
Y si bien no es sencillo dar cuenta de un pensamiento holístico como el que sostiene Agua y del que forma parte Benaglia a través de su quehacer y su lucha, el relato le va dando forma. “Los alumnos no relacionaban la cuestión ambiental con la pandemia. Ellos naturalizan las cosas: saben que puede venir otra pandemia en cualquier momento, se van a acomodar.” Pero ese acomodar no es una adaptación acrítica, muy por el contrario: “No es que se conforman, adaptan su accionar a la nueva realidad. Y aprenden rápidamente a generar respuestas frente a lo que va cambiando”. De hecho, Benaglia recuerda que todo “empezó con el paro docente”, al que rápidamente se sumaron las comunidades y “los chicos jóvenes, que están a full, comprometidos, porque realmente hay un maltrato muy fuerte a la docencia en la provincia”. Y aunque no lo asegura, sugiere que esa concatenación de hechos tiene deuda con uno anterior: las elecciones en el gremio docente en abril pasado que consagraron en la dirección del gremio a Mercedes “Mecha” Sosa. “Es la primera vez en muchos años que hay una participación fuerte de los agremiados, porque le creemos a nuestra representante. Que es una profe de Literatura de acá de Tilcara.”
Músico por la lucha colectiva
Benaglia forma parte del colectivo El arte transforma, que cuenta con un canal de YouTube con más de 10,000 suscriptores y donde hicieron festivales virtuales en los que participaron León Gieco y Juan Falú, entre otros. “Seguimos al Malón de la Paz: es una situación muy trágica la que están viviendo de invisibilización. Puede parecer que estas cosas me corren del disco, pero todo el tiempo siento que las cosas que pasan aquí, en Montevideo, en Catamarca, en el mundo son de las que estoy hablando en el disco”. Por eso, cuando esté en Buenos Aires va a ir a visitar al Malón de la Paz que desde hace semanas acampa frente al edificio del poder judicial en Tribunales en busca de justicia para su reclamo.
La primera presentación del disco se hizo en Tilcara, pero fue accidentada: los músicos llegaron retrasados porque “hubo gente, emprendedores turísticos de Purmamarca que fueron a patotear en el corte que hacía la permanencia y no sabíamos cómo estaban los músicos y si iban a llegar. Con esa vivencia lo presentamos: está muy enredada la temática con la realidad. Y en Jujuy cada presentación se termina con la gente cantando: ‘Abajo la reforma, arriba la Whipala’. Es muy fuerte. Tenía pensado presentarlo el 21 de junio, que es el Año Nuevo Andino y no llegamos con las mezclas. Así que se postergó. Y muchas veces me preguntaba si tenía sentido seguir: éramos doce personas en escena, con mucho ensayo. Y los mismos músicos me decían: hay que hacerlo, hay que hacerlo; los bailarines también. Agradezco al equipazo que me sostuvo porque era muy angustiante a veces. Pensaba que no podía tener sentido, que era más importante estar en el corte. Pero son distintas formas de una misma lucha”.
Una lucha que, para alcanzar logros y hasta la victoria, entre otras cosas y pese a que pueda sonar contradictorio, “hay derrotas que tiene que asumir. Si no las asumimos, no vamos a poder avanzar. Una, que el individualismo está ganando, o ha ganado muchísimo espacio en estos últimos años. Entonces hay que buscar qué vamos a hacer con eso. Porque en todos lados leemos y decimos que la salida es colectiva, pero ¿cómo vamos a hacer?”.
Agua
Nuevo álbum de Nora Benaglia. Lo presenta el sábado 30 de septiembre a las 20.30
en el Teatro de Cámara de City Bell, Diagonal 4 (Urquiza) 327, entre 462 y 464, City Bell; y el viernes 6 de octubre a las 20.30 en Páramo Cultural, Carlos Calvo 3974.