La pianista y compositora Noelia Sinkunas sigue presentando Salve, su nuevo trabajo de estudio. Se trata de una búsqueda enfocada en el chamamé y los sonidos del Litoral argentino, que rompe con la estética de los dos álbumes anteriores, principalmente porque esta vez suma arreglos musicales para otros instrumentos como bandoneón, guitarra, contrabajo y cuarteto de cuerdas.
«Es una especie de visión, de voz propia sobre el género chamamé», afirma Sinkunas, quien le dedica letras a su abuela (que es la que le da nombre al disco), al río, a los recuerdos, a la tristeza y a la esperanza, así como también a su barrio natal, Berisso. En las ocho canciones de Salve, la autora comparte con invitados e invitadas momentos de improvisación que, por decisión propia, dejó plasmados en la grabación final. Así, en el disco suenan las voces de Luciana Jury, Nadia Larcher, Lidia Borda, Micaela Vita, Julieta Laso, Yoli Campos, y Valen Bonetto, así como los sonidos de los arreglos de cuerdas realizados junto al contrabajista Cristian Basto, Carolina Rodríguez en viola, Violeta García en violoncello y Christine Brebes y Alex Musatov en violines.
Este sábado Sinkunas llega a Galpón B para actuar junta a las cantoras Florencia Bobadilla, Rocío Araujo, Yoli Campos y Tomás Llancafill. “Será un recital emotivo, variado, intenso y también con canciones de mis discos anteriores, pero en formato cuarteto. Obvio que recorremos este disco, que habla de las pérdidas y de cómo pude atravesar el duelo haciendo canciones, algo que me pasó en la pandemia con seres queridos. Lo que viví le pasó a muchas personas, por lo que termina generando mucha empatía. Es una experiencia catártica colectiva”.
-Son temas que hablan de distintas vivencias propias. ¿Ya tenías algunas letras escritas o surgieron todas durante la cuarentena?
– Tenía algunas letras y algunas ideas. Pero la pandemia me ayudó a pisar un poco el acelerador. Yo venía haciendo cosas de piano solo: improvisaciones inspiradas en géneros populares como la cumbia y el tango, y en mi primer disco eran canciones mías instrumentales, pero que había tardado como 5 años en darles forma. Entonces tuve ganas de probar algo nuevo y salió esto. Me costó decidirme a mostrarlo, porque era algo íntimo, pero varios compañeres me convencieron primero para grabarlo y luego para sacarlo y compartirlo.
– ¿Tenías ganas de cambiar de género o se dio naturalmente?
– Tuve ganas, no lo tenía pensado previamente. La instrumentación siempre me atrajo, y como siempre estaba a full aportando lo mío para los demás, aproveché para ver qué tenía ganas de hacer. Fui por el lado del chamamé sin darme cuenta. Pero me gustó porque conocí a personas nuevas, como Milagros Caliva, la bandoneonista, con la cual haremos algo juntas seguro en el futuro, en algo que llamamos Flamamé, mezclando lo litoraleño con lo latino. Viniendo del tango es todo nuevo para mí, aunque tengo conexiones con muchos géneros, desde el rock indie de Lucy Patané o algo de jazz. Pero siempre aportando lo mío en ideas de otros, ahora es al revés.
– Es un disco con muchos invitados, ¿tiene que ver con lo que acabas de comentar?
– Son casi todes amigues o gente que admiro, entonces les propuse participar. Por suerte aceptaron. Como soy alguien que participa de muchos proyectos, soy parte de bandas de otras cantantes, de agrupaciones experimentales, tenía contacto con muchas de las personas que me ayudaron a terminar este disco. Pelu Romero, con el que trabajamos seguido, me produjo y llamé a Julieta Laso, Lidia Borda, Nadia Larcher y Micaela Vita, con la que tenía ganas de laburar y nunca se había dado, y los demás fueron apareciendo. A Luciana Jury también solo la había cruzado una vez, y me dijo que sí de entrada. Fue un honor compartir y disfrutar de hacer el disco con todes. Estuve abierta para experimentar nuevos caminos
– Hay un track que son sólo sonidos con cuerdas.
– Sí, es una idea que tuve y que hicimos con Julián Di Pietro, para generar un momento previo a la última canción, que justo es “Salve”, que le da nombre al disco. Es una puerta sonora, que es como un descanso de todo lo que las letras cuentan. En el concierto en vivo también lo hacemos, genera una emoción y una relajación que pone en clima a quien lo escucha para el final. Como que da una espacialidad sonora distinta.
-¿El piano es un instrumento que se adapta a todo?
– No pertenece a nada y pertenece a todo. Se puede jugar y meterse por donde quieras con este instrumento. Yo no paro de tocar, no me canso nunca de poner los dedos en las teclas. Me cuesta darle un tiempo de reposo a las ideas sin estar frente al instrumento. Siento que es un poco mi identidad, es muy fuerte el vínculo que tengo. Siento que soy dúctil como el piano, que me puedo meter en cualquier género con él como llave.
Noelia Sinkunas
Presenta Salve, su nuevo disco, este sábado 30 de Julio a las 21 en Galpón B, Cochabamba 2536.